Capítulo cincuenta y seis.

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Dedicada a mi querida ElenaaL04 , no puedo estar más orgullosa de ti. ❤️

—Entonces, ¿Estás diciéndome que después de actuar como un posesivo celopata contigo todo un año, ahora sin más, te dice que eres libre de irte?—habló Colton a través del teléfono mientras mis lágrimas seguían cayendo por mi mejilla.

—Sí, la verdad es que ha sido un día de mierda—susurré, tomando las últimas cosas y colocándolas en la maleta.

—Sabes que cuentas conmigo, tú y tu bebé—me dijo, y sonreí a través de la línea—, pero la verdad es que no creo que él simplemente te haya dejado ir así como así por lo que haya sucedido con Jack, no lo sé, no es propio de él.

—Tu no viste su mirada cuando descubrió que lo estaba besando—susurré, con el pecho ardiendo—, él realmente me odia.

—Vamos, Leah. El tipo siempre ha sabido que Jack está enamorado de ti. El jamás te habría dejado a su merced, menos ahora que estás embarazada. Aquí algo huele demasiado extraño.

—Creo que estás viendo demasiadas telenovelas.

Mi amigo resopló.

—Y yo creo que algo está pasando.

—Créeme, esto es lo mejor—susurré, terminando de armar la última maleta—, te llamo más tarde, debo ir a dejar mi ropa a casa de Jack y luego iremos con mi madre a verle al hospital.

—Realmente Cameron lo ha roto—susurró—, ni al caso, se lo merecía.

—Que tengas un flechazo con Cameron no significa que debas defenderlo, ¿Lo sabes no?

—Lo siento, es inevitable.

Colton acabó la llamada. Ahora, el cierre de maleta era lo único que sonaba por la habitación, junto con mis pasos rápidos. Quería huir, necesitaba alejarme lo más posible de Cameron, y todo lo que tuviera que ver con él. Ya había ido demasiado lejos.

Recuerdo que una vez mi madre me dijo que hacer lo correcto muchas veces te rompería el corazón. Qué razón tenía.

Suspiré y relamí mis labios, yo ya no toleraría otra despedida. No toleraría más idas y venidas, esta vez se había acabado.

Hay amores que sólo pueden vivir en nuestros corazones, no en nuestra vida.

Y dolía, ardía. Mi pecho ardía como si lo estuviesen quemando, como si alguien estuviese prendiéndome fuego encima. Quemaba y escocía. Y esa quemadura tenía nombre y apellido, Cameron Black. Pero esta vez ya no podía pensar solo en mi, había alguien más que necesitaba mi ayuda. No dejaría que la oscuridad de esta familia afectara a mi hijo, no cuando habían opciones para alejarme de todos ellos.

Yo ya no quería tener nada que ve con los Black.

Bajé las escaleras y la puerta resonó, Viana  entró apresuradamente. Corrió por toda la sala hasta introducirse en la oficina de Cameron. Vestía ropa negra e informal, y se le veía ansiosa.

Tras ella Steve se encontraba tomando un sorbo de agua, me acerqué a él y se sorprendió por mi presencia en cuanto me vio.

—¿Aún no te has ido?—susurró, mirando hacia todos lados, preocupado. Lo miré extrañado.

—Debía de empacar muchas cosas—le dije, señalando la maleta. El frunció el ceño.

—Déjame ayudarte con eso—dijo, tomando rápidamente la maleta y saliendo de la casa.

—¡Espera!—le hablé, caminando rápidamente tras él. Se veía nervioso. Definitivamente él ocultaba algo.

—Debes irte—dijo, serio. Lo miré confundida y me cruce de brazos.

CRUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora