Ese hueco vacío

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Como iba siendo habitual en la casa de los Uzumaki, Naruto no acudía ni tan siquiera para cenar con su familia. Sus hijos sabían que tenían un padre porque su madre hablaba de él -siempre hablaba para bien-; intentaba explicarles que su padre trabajaba mucho por el bien, no sólo de ellos, su familia, sino el de toda la Aldea. Y semejante responsabilidad requería hacer sacrificios, como era no poder estar con su familia todo el tiempo deseado. ¿Pero cómo iba a comprenderlo una niña pequeña, como es Himawari? No llegaba a entenderlo del todo; sólo sabía que su padre no estaba. Boruto lo llevaba algo mejor, pues se enorgullecía de que padre fuera el Hokage. Aún así, en una edad complicada como la suya, la ausencia de la figura paterna, era demasiado evidente, ya que no tenía los consejos que su padre pudiera darle.

En cualquier caso, cuando Hinata se casó, sabía a lo que tendría que enfrentarse. Es decir: A las largas ausencias de Naruto y que ella tendría que cuidar a sus hijos, siendo para ellos, casi su padre y madre a la vez. No podía hacer otra cosa. Ella adoptó ese rol encantada, aunque todo se torció cuando Naruto decidió que dormiría en otra habitación para así poder descansar -ésta fue la excusa que él le dio a Hinata-... Si fuera solamente eso, pero no... También hacía mucho que no tenían ninguna clase de encuentro íntimo, ni siquiera una mera caricia o cualquier gesto de cariño. Dicho esto, no quiere decir que Naruto despreciara a Hinata o a su familia, para nada. Es que cuando estaba en casa, aprovechaba para descansar, pero disfrutaba de sus hijos... De su mujer, no tanto. No es que la tratara mal; él la quería como una amiga. Nada más. Nunca hablaron del tema.

Los dos se casaron egoístamente, ya que Naruto se casó porque quería descendencia y para que así prosiguiera su relato; e Hinata se casó debido a que pretendía que Naruto fuera "suyo". Si los objetos no tienen ni dueños, muchísimo menos una persona. Y menos si esa persona era Naruto, que, aunque se había serenado con el devenir de los años, seguía siendo impulsivo en cuanto a sus sentimientos se tratara. Podía amarte con locura o despreciarte, pero no existía término medio. Para él, su término medio, sería no hablar las cosas, dejarlo todo en silencio y responder con largas ausencias sin dar un porqué. Él pensaba que lo tenía todo dicho, pero por dentro, sabía que era un cobarde por no hacer frente a esa realidad que él mismo había formado, cuando lo simple habría sido por optar por otro tipo de vida. Como es habitual en las personas, decidió complicarlo.

Desde hacía un tiempo, Hinata había tenido que atender a Konohamaru para hablar sobre Boruto; ella le preguntó en reiteradas ocasiones a Konahamaru, por qué no hablaba con Naruto, pero él siempre le contestaba que Naruto nunca tenía tiempo para atenderlo. Y cuando lo veía, era para un "hola y adiós". Hinata siempre creyó que eran buenos amigos, por lo que le extrañó ese comportamiento tan esquivo hacia Konohamaru. ¿Pero qué podía esperar? ¿Cómo iba a cumplir como amigo, si no cumplía como marido?

Impensable (Konohamaru x Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora