AVADA KEDAVRA¹
Ella huía pero él era su sombra que la hostigaba noche y día dispuesto atormentarla sin descansar.
𝗦𝗔𝗚𝗔 ¹
𝐀𝐜𝐭. 𝐎𝐧𝐞 ━━ 𝐒𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐇𝐀 𝐁𝐔𝐓𝐋𝐄𝐑 𝐘 𝐋𝐀 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐑𝐀 𝐅𝐈𝐋𝐎𝐒𝐎𝐅𝐀𝐋 (𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐄𝐓𝐀).
𝐀𝐜𝐭. 𝐓𝐰𝐨...
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Los días habían pasado bastante rápido acabando con las vacaciones invernales. Samantha y Harry no volvieron a ver aquel espejo ya que como Dumbledore lo había dicho fue ocultado nuevamente y ninguno de los dos u otro niño logro saber donde se lo habían llevado.
— Extrañaba el castillo y a ustedes pero no esto — Dijo Angelina tomando un libro de pociones a lo que Samantha solo demostró una pequeña sonrisa.
Todos estaban estudiando, los últimos exámenes se aproximaban y eran los más importantes del año para demostrar que si aprendieron los temas dados. La mayoría de alumnos se encontraban en el gran salón repasando o terminando tareas asignadas antes que acabará el día.
— Mira quien está allí — Dijo la morena codeando a su amiga.
Las dos chicas posaron su vista en Oliver quien ayudaba a dos de sus compañeros con una tarea. Samantha solo rodo los ojos y trato de irse junto a los gemelos antes que su amiga la siguiera molestando o llamará la atención del muchacho, a pesar que no fue ella quien lo hizo fueron los tres niños de primero que salieron corriendo del gran salón provocando que ambas chicas se hicieran a un lado pero desequilibrando a la pelinegra a lo que soltó uno de sus libros dejando que cayera al suelo.
— A dónde irán con tanta prisa? — Se pregunto Angelina viendo a los tres niños.
La otra chica se encogió de hombros y fue por su libro pero este ya estaba en manos de otra persona, Oliver. El chico se acercó con cierta timidez a la dueña de aquel libro para devolverlo.
— Gracias — Dijo Samantha algo sonrojada.
Angelina por más que deseaba quedarse allí oyendo a los dos chicos prefirió dejarlos solos para que tuviesen un poco de privacidad, aún que ella y los gemelos no pudieron evitar no ver esa escena entre sus amigos.
— Y cómo estás? — Pregunto Oliver creando un poco de conversación.
Debían estudiar, lo sabían pero también querían pasar tiempo juntos a pesar que no lo admitieran. El dúo salió a recorrer un poco el castillo para obtener más privacidad allí ambos mencionaron las vacaciones invernales y lo que habían hecho en ese tiempo de descanso. Aún que parecía un tema aburrido para aquel que lo oyera por encima, entre ellos dos había cierta emoción por oír al otro parecía que el aburrimiento ni siquiera existía en cambio el entretenimiento los rodeaba por completo.
— Este fin de semana irán a Hogsmeade, no?
— No lo sé, digo este domingo habrá un nuevo partido y como les llevo suerte no quiero que pierdan — Dijo algo divertida provocando que el otro chico riera.
— Es bueno saber que la aficionada número uno asistirá — Respondió Oliver riendo junto a Samantha.
Oír que la chica iría alegro el corazón de Oliver, estaba entusiasmado y deseaba que fuese domingo para lucirse y más que nunca, solo por ella. En ese momento de risas y tranquilidad fue interrumpido por otras carcajadas, Samantha soltó un leve suspiro y Wood simplemente observo como su querido rival Marcus Flint y su grupo pasaban por el pasillo burlándose de unos niños de segundo que eran de Hufflepuff. Pero la serpiente noto la presencia de los dos leones y se acercó a ellos para no romper con esa enemistad que los dos capitanes tenían.
— Que sorpresa Wood, así que ahora cumples tiempos como niñera — Dijo viendo con superioridad a los dos chicos.
— Y tú? Acabaste tus horas de idiota oh creo que no porque lo sigues siendo — Respondió Samantha asombrando a Oliver.
El capitán de Quidditch había conocido su lado tierno y amable pero al ver la verdadera valentía e inteligencia de la pelinegra comprendió por qué estaba en Gryffindor y no en Hufflepuff o Ravenclaw.
— Que has dicho? — Marcus era la segunda vez que era humillado por la misma chica.
Milagrosamente la primera la dejo pasar pero está se aseguraría que no y que esa chica pagara por sus palabras.
— A demás de idiota, sordo — Los únicos que acababan con toda su paciencia eran las serpientes, no todos pero sí Marcus y su grupo.
El otro chico la vio con furia mientras iba acercarse más a ella para amenazarla pero termino topandose con el cuerpo de Oliver quien lo veía de la misma manera o peor, dejaría salir ese león que llevaba dentro si era necesario solo por defender a la chica. Por un momento Samantha pensó en tomar su varita para proteger a su amigo, las serpientes eran más y viniendo de ese grupo jugarían sucio sin importar que, pero para sorpresa Marcus retrocedió aún más molesto cambiando su expresión a una burlesca.
— Díganme cuando será la estúpida boda para darles mis felicitaciones — Dijo Marcus —. Mejor vámonos y dejemos a la pareja, pero ten cuidado Butler no siempre estará Wood para defenderte.
— Tranquilo Flint no te tengo miedo ni a tí ni a tus amigos — Dijo viendo a los otros.
Marcus se marchó de allí junto a sus amigos dejando a los otros dos con cierta molestía.
— Ten cuidado de ellos Sam...— Dijo con cierto tono de preocupación.
— No debes preocuparte sé cómo defenderme — Respondió con seguridad observando el camino que habían tomando los de Slytherin.
— Lo sé y no tengo duda alguna pero Marcus hará cualquier cosa con tan solo ser el ganador — Dijo Wood viendo a la chica —. Incluso sabe poner a Snape de su lado.
En eso tenía razón pero Samantha también tenía a Mcgonagall y sabía que la mujer por más que otros dijeran sus fundamentos le creería a ella y trataría de ayudarla, al fin y al cabo le tenía un gran aprecio. Los dos chicos continuaron con su caminata por unos minutos hasta que decidieron regresar al gran salón para seguir con sus estudios.
— Te lo agradezco Oliver — Dijo Samantha cuando el muchacho se ofreció ayudarla con sus estudios.
— No hay de que, ya lo he visto y a pesar que no obtenía grandes notas tengo cierto conocimiento que puede serte útil.
— Lo sé pero hasta el momento no tengo dudas, tal vez antes de los exámenes pida de tu guía y saber si estoy en buen camino o no — Ambos sonrieron —. Nos vemos luego.
— Claro — Dijo el muchacho con una corta sonrisa.
Tanto el cuarteto como Percy no dudaron en molestar a sus amigos por lo muy unidos que se habían vuelto últimamente y esas sonrisas iluminadas que aparecían en sus rostros cuando estaban juntos. Y aún que ignoraban las burlas e intentaban concentrarse en los libros una que otras veces conectaban miradas que lograba el sonrojo de sus mejillas y que sus estómagos sintiesen agradables sensaciones por ello.