𝐀𝐕𝐀𝐃𝐀 𝐊𝐄𝐃𝐀𝐕𝐑𝐀 |𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫|

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Samantha trataba de concentrarse en aquel pergamino que debía terminar cuanto antes pero le era imposible, eran días que fueron terribles para ella incluso empeoraron cuando recibió la carta de su tía lamentando no poder intervenir por el hipogrifo, el ministro tenía una decisión tomada y no la cambiaría por nada. Y por otra parte, Harry el muchachito se había molestado con ella sobre todo cuando oyó por la boca de Mcgonagall que ese hombre era su padrino y había traicionado a sus padres, la pelinegra trato de ayudar a Black pero ya era demasiado tarde.

— Sam, necesito hablar contigo — Dijo Minerva llamando la atención de la chica —. Recordé que deseabas decirme algo sobre Sirius Black, no es así?

La chica quedó sin palabras ahora no tenia idea que decir al respecto, sabía que Mcgonagall esta vez no la apoyaría con su relato y su tía podía estar perjudicada si hablaba por esa razón se excuso en que lo había olvidado y trato de cambiar de tema, cuando obtuvo la más mínima oportunidad de marcharse lo hizo. Apresuró sus pasos viendo hacia atrás rogando que Minerva no la estuviese siguiendo.

— Sam! — Oliver la tomo de los brazos cuando chocó con su cuerpo —. Donde ibas tan apresurada?

— Es Mcgonagall, necesito que me escondas de ella hasta que pueda tener una mentira coherente — Dijo Samantha a lo que Wood sonrió con burla.

Oliver la llevo a la torre de Astronomía, sabía que a esas horas estaba vacía allí trato de ayudarla con algo que pudiese ser creíble cuando Mcgonagall hablara con ella.

— Eso es perfecto — Ambos sonrieron.

— Quien es el mejor?

— Tu eres el mejor — Oliver se acercó a su chica y reclamo su premio.

Samantha correspondió aquel beso con más alivio al saber que tenía algo que la ayudaría al respecto.
Pero en un momento ese beso comenzó a tornarse bastante apasionado aún así ninguno de los dos pensaba detenerse hasta que el cuerpo de la chica choco contra un estante provocando que un libro cayera al suelo, vio la fotografía de su padre y de muchos alumnos dónde mencionaba los que más se habían destacado en los T.I.M.O.S. La chica sonrió un poco y se encargó de guardar aquel libro pero de pronto la clara imagen y voz del profesor Chester se hicieron presentes.

— Es el momento — Dijo Samantha con sorpresa —. Oliver, es el momento.

— El momento para que? — Pregunto confuso.

Estaba nerviosa pero ansiosa de hacerlo, tomo su mano y lo vio por unos segundos tratando de asegurarse si lo que haría iba a ser lo correcto o no.

— Necesito saber si me acompañarás a una nueva aventura — Dijo Samantha a lo que Oliver presto mucha atención.

La chica le explicó brevemente lo que harían y el porque, fue el turno de Wood decir algo al respecto. Estaba un poco preocupado pero no negaría que llamaba mucho su atención entonces prefirió aferrarse a su curiosidad y aceptar la propuesta en viajar al pasado para conocer la verdadera historia de Samantha.
Ambos fueron por aquel reloj giratiempos y regresaron a la torre de Astronomía para realizar ese viaje.

— Listo? — El asintió.

— Lista? — Ambos sonrieron y ella soltó un leve suspiro antes de asentir.

Recordando las instrucciones giro aquel reloj provocando que el tiempo a su alrededor comenzará a retroceder hasta la época de sus padres.
Ambos notaron como las cosas habían cambiado y supieron que estaban en el lugar correcto, Oliver tomo la mano de Samantha y salieron de esa torre topandose con los antiguos alumnos de Hogwarts, estos estaban sumidos en sus cosas que no se percataron del dúo.

— A dónde debemos ir?

— Primero a la sala de Slytherin, tal vez haya algún libro o algo que nos pueda ayudar...sino iremos con mis padres — Dijo algo decidida.

Tenía la esperanza en encontrar algún libro al respecto que pudiese ayudarlos y regresar otra vez a su actualidad.
Los dos se escabulleron entre los alumnos y trataron de dirigirse hacia la sala de Slytherin pero una voz los detuvo.

— Señorita Roosevelt — La chica se tenso y volteó encontrandose con un profesor —. Oh lo siento, pensé que era una de mis alumnas...por cierto quién eres?

— Me llamo Samantha, somos transferidos — Dijo rápido —. Usted, es el profesor...?

— Horace Slughorn — Dijo con amabilidad —. He llegado muy tarde a la ceremonia, en que casa pertenecen?

— Slytherin — Dijeron ambos —. Pero olvidamos la clave, aún no la hemos memorizado.

El hombre se ofreció a llevarlos mientras le hablaba acerca del colegio y lo bien que hicieron al transferirse también les sugirió darles un pequeño paseo pero los dos chicos al ver una pequeña oportunidad para entrar a la sala de Slytherin se despidieron del hombre e ingresaron tratando de pasar desapercibidos.

— Revisa ese estante y yo al otro — Dijo Samantha.

Fueron en busca de algún libro que pudiese ayudarlos pero no había nada, en un momento oyeron como alguien entraba.

— Maldito Potter — Dijo un muchacho con molestia.

— Es Snape — Susurro Oliver.

Severus se veía frustrado y su ropa algo sucia por lo que deducian había caído al suelo. Oliver saco a Samantha de allí antes que pudiesen notar su presencia.

— Y ahora?

Samantha soltó un leve suspiro al no obtener una dirección pero luego frente a ella apareció un grupo de chicos y entre ellos estaba Cassandra hablando con Edward. La chica vio a Oliver quien los veía con atención.

— Necesito hablar con ellos.

— Bien, ve a la torre de Astronomía los llevaré — Ella asintió y le dio un pequeño beso a Oliver quien se ofreció ayudarla.

La chica comenzó a sentirse nerviosa por ver a sus padres y hablar con ellos después de muchos años sin tenerlos frente a frente y que no fuese un sueño. Mientras esperaba trataba de calmarse y pensar con claridad lo que diría.

— Tu puedes Sam...— Susurro para darse ánimo ella misma.

Su cuerpo tembló un poco cuando escucho voces acercarse y una de ellas era de Oliver anunciando que estaban allí.

— Quien es? Por qué nos han llamado?

Oliver se acercó a Samantha quien estaba de espalda y tomo su mano para darle ánimo.

— Hola, quién eres? — Escucho la voz de su padre.

— Hola, soy Samantha...— Dijo nerviosa.

Volteó para que pudiesen verla, pero los otros dos no comprendían aún a pesar que notaban rasgos similares en ella. Wood le dio un pequeño apretón para que dijera quién era, Samantha asintió y vio a sus padres para decir la verdad.