𝐀𝐕𝐀𝐃𝐀 𝐊𝐄𝐃𝐀𝐕𝐑𝐀 |𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫|

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Samantha y Angelina hablaban sobre la próxima prueba, faltaban dos días y la chica aún no había descifrado el huevo. Por un momento la muchacha tuvo las intenciones de pedir ayudar a Thomas Rosier, uno de los campeones del torneo pero luego recordó que debía hacerlo por su cuenta sino sería injusto para los demás competidores.

— Pero podría ser una pregunta algo indirecta — Dijo Angelina tratando de convencer a su amiga para que lo haga.

— Angie, eso sería jugar sucio y no pretendo hacerlo — Dijo la pelinegra —. Además no me importa ganar, solo tome el lugar de Harry para protegerlo.

— Deja de lado tu amor de hermana hacia ese chico y concéntrate en la competencia, diviértete pero si tienes la posibilidad de ganar hazlo — Dijo la morena —. Sería genial que Gryffindor tuviese la copa del campeonato y toda la escuela, solo piénsalo.

Angelina se despidió de Samantha al ver como Cedric se acercaba a ellas, a pesar que había aclarado todas las cosas con su amiga por un lado aún sentía molestia por el muchacho quién era bastante insistente. El tejón la invitó a dar un pequeño paseo mientras hablaban sobre la segunda prueba, todo indicaba que él la había descifrado y quería regresarle el favor a Butler por avisarle sobre los dragones.

— Pero solo los prefec...— Él la interrumpió.

— Tranquila vas de mi parte y no suelen ir muy seguido cuando hay asambleas a las cinco — Dijo Cedric —. Tu ve, relájate lleva el huevo y medita un poco.

La chica acepto la propuesta y le agradeció la información, Cedric sonrió un poco mientras observaba la belleza de Samantha por un momento se inclino para unir sus labios con los de ella pero la muchacha de tan solo sentirlo retrocedió, tal vez las cosas no estaban bien entre ella y Oliver pero no podía hacerle eso.

— Ced, yo...— Soltó un leve suspiro antes de interrumpirla.

— Lo siento, desde que te conocí me pareciste muy linda y pensé que estar juntos en esta prueba nos uniría más.

— Te aprecio pero como amigo, quiero a Oliver y a pesar que él no quiera verme o me odie mí corazón ya le pertenece — Dijo Samantha expresando una sonrisa algo entristecida.

Diggory lo comprendió y volvió a disculparse con ella por haberla besado pero ante esa incomodidad entre ellos prefirió marcharse dejando a Samantha sola con su mente algo confusa, aún así negó y evitó que eso le afectara. Fue en busca de su tía para hablar con ella ante lo sucedido y sobre la clave pero la mujer parecía apresurada por enviar una carta.

— Todo bien?

— Sí, es solo una carta para el ministro — Dijo la mujer algo nerviosa —. A pesar que me permitió acompañarte debo resolver alguna cosas del ministerio.

La pelinegra no quiso preguntar más solo permaneció con una pequeña duda ante sus repentinos “nervios”.
Julia le dijo que podía ser una buena idea ir al baño de los prefectos y descubrir la clave, también se ofreció a ir con ella para cuidar de la entrada lo cual Samantha agradeció.

A penas fueron las cinco en punto las dos mujeres se encaminaron al baño donde solo Samantha ingreso para tener más privacidad y descifrar la clave.
Las burbujas estaban presentes en al agua indicando a la pelinegra que era hora, con algo de incomodidad de tan solo pensar que Myrtle podía estar viéndola y salir para molestarla se sumergió con el huevo. Pero antes de abrirlo dudo si hacerlo o no, cuando al fin estuvo segura tomo aire y llevo todo su cuerpo a las profundidades dejando que sus oídos escucharan una bella melodía.

— Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora.

Logro darse cuenta que hablaban sobre el lago negro y que ese canto provenía de tritones quienes poseían voces extremadamente encantadoras para sus presas. Inmediatamente salió de allí encontrandose con Julia quien esperaba respuestas sobre la clave, Samantha le menciono que los llevarían al lago negro por esa razón debía encontrar un hechizo que mantuviera su respiración por una hora.

— Esa es mi niña, esa es mi niña — Dijo aplaudiendo y dando pequeños saltitos —. Ahora cual hechizo realizaras.

— No lo sé — Dijo con sinceridad.

La mujer le pregunto si en algunas de sus clases mencionaron algo con respecto a hechizos de agua y más pero la pelinegra recordó que Herbologia tenía unas algas marinas que podían ayudarla.

— Se quiénes me pueden ayudar.

Fue en busca de Lee y de Neville quiénes eran buenos en esa asignatura. Los muchachos le sugirieron dos algas que eran ideales para la prueba, una de ellas le creaba branquias y la otra al tocar el agua se transformaba en una mascarilla que trasmitía oxigeno.

— He leído que la mascarilla puede ocasionar un olor repugnante cuando su efecto está por terminar, es como una forma de aviso que no queda mucho tiempo — Dijo Jordan notando que Samantha iría por la mascarilla —. Ten cuidado.

— Con una hora me basta y sobra — Menciono la chica —. Gracias.

Los dos chicos se encargaron de conseguir las algas para Samantha mientras ella se preparaba mentalmente para la prueba y descansaba.
Harry al igual que Hermione trataban de ayudarla con el resto de la clave mientras que ron le daba masajes “motivacionales” en sus hombros.

— Y Gryffin? — Pregunto la pelinegra al ver que faltaba una del grupo.

Hermione se encargó de mencionarle que la había visto hablando con los gemelos hace un par de minutos atrás y que no debía preocuparse, Samantha ya tenía ese don de proteger a los suyos y Gryffin no era la excepción ambas se volvieron muy amigas últimamente por eso la pelirroja creía que Butler los veía como sus hermanitos y no dudaría en cuidarlos o dar su vida por ellos. 

— Siempre los cuidare, no solo a Harry sino a todos — Dijo la chica a lo que el trío sonrió.

— Ya lo sabemos, mamá — Dijo Hermione haciendo reír a los tres.

Samantha rodo los ojos y volvió su atención a la clave, las horas pasaban y sabía que cuando menos lo pensara ya estaría en el lago negro enfrentándose a la segunda prueba.