𝐀𝐕𝐀𝐃𝐀 𝐊𝐄𝐃𝐀𝐕𝐑𝐀 |𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫|

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El partido de Quidditch más preocupante para Samantha, el clima no acompañaba en lo absoluto complicando más las cosas y sobre todo la presencia de los dementores rondando cerca de castillo. Albus vigilaba a cada jugador cuando volaba lejos del campo asegurándose que regresarán con vida, y por otra parte los fuertes rayos que caían asustando a más de uno.

— Harry, ten cuidado! — Dijo Oliver cuando una de sus jugadoras cayó al suelo a causa de su escoba que recibió el impacto de un rayo.

Continuaron jugando con la abrumadora presencia de la fuerte llovizna que caía sin cesar.
Cuando vieron la Snitch dorada algunos se aliviaron al saber que el partido podría acabar pronto, Harry junto al nuevo buscador de Hufflepuff, Cedric Diggory fueron tras la victoria para su equipo y casa.

— VAMOS HARRY!!! — Grito Hermione eufórica.

La pelinegra sonrió un poco pero al ver que Harry y Cedric volaban con más altura sintió una pequeña presión en su pecho anunciando que algo malo iba a ocurrir.
De pronto sus piernas comenzaron a fallar y parecía que todo a su alrededor se detenía.

— Sam...— Podía escuchar su nombre pero en forma de eco.

Ron y Hermione lograron atraparla antes que cayera al suelo, la chica estaba palida y en sus ojos se podía notar que estaba desorientada. Cuando todos vieron como Harry caía inconsciente, Samantha se levantó algo mareada tratando de ayudarlo pero fue Dumbledore quien lo hizo.

— Sam, debemos llevarte a la enfermería — Dijo Hermione viendo a su amiga.

— Estoy bien, estoy bien, debemos ir con Harry — Dijo preocupada.

Hufflepuff logro obtener el triunfo antes que el partido acabará con esa escena preocupante. Los alumnos debieron regresar al castillo, el equipo de Gryffindor y algunos amigos más íntimos de Harry lo acompañaron a la enfermería hasta que esté despertara.
Albus le pidió a Samantha que le diera aviso cuando Potter estuviese bien.

— Estás bien? — Pregunto Wood al ver a Samantha bastante pálida aún.

— Me duele la cabeza, es todo — Dijo no restando importancia.

Oliver la abrazo mientras esperaban a que Harry diera un indicio que estaba bien. A los pocos minutos despertó algo aturdido pero bromeando ante la preocupación de su amigo Ron, aliviando a los demás. Hermione se encargó de mencionarle que Dumbledore estaba molesto por lo ocurrido y hablaría con el ministro, también recibió la noticia que su escoba acabo destruida gracias al Sauce Boxeador.

— Iré hablar con Dumbledore — Dijo Samantha cuando corroboro que Potter estaba bien y en el mejor de los cuidados.

La muchacha ignorando sus pequeños mareos fue con Dumbledore quien hablaba con Mcgonagall, Snape y Lupin. El hombre le pidió a los demás que se marcharán y dejo que la chica permaneciera allí.

— El ministro no podrá hacer nada al respecto hasta que atrapen a Sirius — Dijo el hombre a lo que ella asintió.

— Cree que eso sucederá pronto?

— Black es un hombre inteligente y se que no será fácil atraparlo, aún cuando tiene a personas que creen en su inocencia, no es así?

La chica expreso una pequeña sonrisa y asintió. Albus le agradeció por avisarle respecto a Harry y le sugirió ir a descansar.
Samantha al salir del despacho de Dumbledore se encontró con Oliver quien la estaba esperando para regresar juntos a la torre de Gryffindor.

[...]

A pedido de Julia, Samantha debió regresar con ella en vacaciones ya que no se encontraba para nada cómoda con la presencia de los dementores en el castillo y el gran alboroto que había respecto a Sirius Black.

— Haremos la cena que tanto te gusta y podrás decorar tu nueva habitación a tu gusto — Dijo la rubia abrazando a su sobrina.

— Nueva habitación? Has conseguido una nueva casa?

— Así es, está casa será mejor y tendremos más seguridad por supuesto — Dijo Julia ayudando a Samantha con su maleta —. Pero nos iremos el próximo año oficialmente.

— Porqué?

— Quiero asegurarme que sea un lugar adecuado para las dos, sin ninguna molestia ni nada — Dijo la mujer a lo que Samantha asintió —. Por ahora podrás decorarla a tu gusto para que el próximo año no tengamos que llevar las cosas.

La chica estaba feliz de estar en casa por unas semanas pero también extrañaba a los demás, tenía suerte que Oliver pasaría sus vacaciones con su familia y ninguno estaría en el castillo. Aún así le escribiría como él se lo había pedido.

Samantha estuvo casi toda la tarde apartando algunas cosas para su nueva habitación y dejando las más ligeras en la vieja para que no se viera tan vacía, pero en ese momento escucho como tocaban la puerta en varias ocasiones preguntándose quién era.

— Yo iré — Dijo la pelinegra antes que su tía apareciera.

Había un hombre parado allí quien al verla se asombro y sonrió con cierta alegría pero no tuvo tiempo de preguntar quién era ya que Julia fue a recibirlo con un cálido abrazo.

— Adelante profesor — Dijo la mujer —. Sam, él fue un gran profesor en mis años en Hogwarts.

— Es un honor conocer a la pequeña Butler, mi nombre es Chester Collins — Dijo con amabilidad a lo que Samantha sonrió de igual manera —. Desde aquí puedo ver la inteligencia de tu padre y la osadía de tu madre.

— No se equivoca — Dijo la rubia —. Por favor, acompañenos con una taza de chocolate.

Chester había sido un excelente profesor de pociones llevándolo a muchas expediciones en busca de nuevas mezclas para crear, pociones curativas o destructivas. El hombre recordó esos preciados momentos que estaban guardados en su mente y les menciono esos alumnos revoltosos que había tenido, como los padres de Samantha. Cassandra era una mujer sumamente extrovertida pero con un corazón puro, y Edward era sofisticado pero tenía sus buenos momentos de diversión.

— Y que hay de Sirius Black? — Julia se puso nerviosa al igual que Chester pero al recibir la aprobación de la mujer continuo relatando sus recuerdos.

— Cassandra era como la hermana de los merodeadores, el grupo donde estaba Sirius Black, James Potter, Remus Lupin y Peter Pettigrew — Dijo a lo que Samantha se asombro al oír que su profesor Lupin y Black eran mejores amigos de su madre, y Sirius no se lo había comentado —. Eran inseparables pero se hicieron presentes los días oscuros dónde esa armonía entre ellos debió ser rota, para la seguridad de todos.

— Que paso?

— Creo que es suficiente — Dijo la rubia levantándose —. El chocolate se enfriará.

Samantha no comprendía porque razón su tía trataba de evadir el tema cada vez que ella preguntaba sobre el pasado.