𝐀𝐕𝐀𝐃𝐀 𝐊𝐄𝐃𝐀𝐕𝐑𝐀 |𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫|

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Luego del partido regresaron a la tienda donde continuaron celebrando, los gemelos y Harry no dejaban de burlarse ante la admiración de Ron hacia el jugador Viktor Krum.

— Ya, dejenlo en paz — Dijo Samantha sonriendo un poco mientras descansaba.

— Viktor te amo! — Comenzaron a cantar provocando la risa de los demás.

De pronto comenzaron a oírse las explosiones llamando la atención del señor Weasley y Samantha al notar su reacción, pensaban que era la celebración de los irlandeses ante su triunfo pero era todo lo contrario. Arthur llamo a todos con una expresión muy preocupada anunciando que debían irse rápido de allí hasta el traslador.
Las personas corrían asustadas y el fuego comenzaba a consumir todo el lugar, los demás obedecieron a la orden del pelirrojo en marcharse de allí pero ante la desesperación de las otras personas era casi imposible, Harry comenzó a alejarse sin su voluntad.

— HARRY!!! — Grito Hermione tratando de ir por él pero Samantha la detuvo y dijo que vaya con los demás ella iría por el muchacho.

La multitud la empujaba sin intención y por un momento perdió a Harry aumentando aún más su preocupación, debía salir de allí antes que el fuego logrará atraparla pero sintió como alguien tiraba de su pantalón.

— Rak! — Dijo feliz, el felino la guió hacia una salida dónde podía estar a salvo. —. Ve por Harry y ponlo a salvo.

La criatura por más que no quería dejarla debió obedecer a su órden y fue por el muchacho dejando a Samantha detrás de un árbol donde se oculto por unos minutos cuando el fuego consumió todo a su paso, quiso salir cuando escucho los pasos de alguien pensando que era Harry pero había un hombre y era el mismo que había aparecido en sus sueños, se mantuvo allí hasta que esté soltó un hechizo dónde invoco la marca tenebrosa causando la furia en el cuerpo de la chica, ya no estaba en sus manos el controlarse sino se dejó llevar por la molestia que sentía, iría a enfrentar aquel mortifago.

— Sam ven! Sami! — En ese momento sus manos fueron tomadas pero empujadas para lados diferentes.

Cedric y Oliver estaban allí sin darse cuenta ambos habían visto a Samantha y querían ayudarla, la chica antes que estos comenzará a discutir por dónde ir los tomo a los dos y los saco de allí encontrandose con Amos y Arthur entre otros hombres del ministerio que trataban de investigar quien había creado todo el caos.

— Harry! Estás bien? — La chica abrazo a Potter para asegurarse que estuviese bien.

— Sí, solo me duele la cabeza ante al golpe — Dijo el muchacho.

Los adultos sacaron de allí a los chicos decidiendo que regresarían a casa, Oliver por más le hubiese encantado pasar tiempo con Samantha debió dejarla ir por su seguridad.

— Mis padres están allí, ve y cuando estés en casa escríbeme — Dijo besando por última vez a la chica.

Luego de un corto abrazo el castaño dejo una última mirada y nada amigable a Cedric quien no le resto mucha importancia ya que en el camino se aseguró que la chica estuviese bien.

— Gracias Cedric — Ambos sonrieron.

— No agradezcas, hubieses hecho lo mismo si me veías perdido — Ella asintió —. Bien creo que es momento de irme, nos vemos en Hogwarts.

— Adiós — La chica sonrió un poco.

Cedric mientras se marchaba con su padre y ella con los Weasley, el muchacho volteó por un momento para dejar una última mirada y sonrisa a la pelinegra quien agitó su mano en forma amistosa.
Al saber que todos estaban bien se alegraban pero debían prepararse ante los regaños de Molly y Julia.

[...]

Samantha leía la poca información que revelaba el profeta con respecto al ataque en el campeonato mundial de Quidditch, le daba cierta rabia al saber que no contaban la verdad y guardaban información sumamente importante.

— Lo hacen pare protegernos — Dijo Angelina a lo que Samantha negó.

— Si nos protegieran nos dirían la verdad Angie, es absurdo, en fin espero que al estar en Hogwarts olvidé estas cosas — Menciono la chica.

Los chicos trataron de crear otro tema de conversación para olvidar lo ocurrido que los dejo algo asustados. Los gemelos y Angelina tenían planeado incorporar a Samantha al equipo de Quidditch ya que solo les quedaban dos años en el castillo y querían que al menos saliera de su zona de confort. La chica no estaba del todo conforme pero lo intentaría para hacer algo nuevo.

Al llegar a Hogwarts tuvieron una sorpresa que dejó a todos con curiosidad, un carruaje dirigido por unicornios descendía desde lo alto siguiendo las instrucciones de Hagrid, luego un enorme barco salió desde las profundidades del lago.

— Esto no se ve todos los días — Dijo Fred a sus amigos.

Tenían curiosidad en saber quiénes eran los visitantes pero debían esperar hasta el banquete de bienvenida.

— Sam — La chica al oír su nombre volteó encontrandose con Cedric —. Que bueno verte otra vez, cómo estás?

— Digo lo mismo — Ambos sonrieron —. Estoy muy bien y tú?

— Excelente, tienes alguna idea de quiénes son?

El chico logro que Samantha permaneciera a su lado por unos minutos antes que enviaran a los alumnos a vestirse para el gran banquete. Cuando debieron “despedirse” Cedric beso la mejilla de la pelinegra provocando cierto sonrojo en ella pero confusión al mismo tiempo, no le resto importación simplemente fue con su grupo a la torre de Gryffindor para prepararse.

Albus como todos los años dio inicio al año escolar con un discurso motivacional pero está vez desilusionó a muchos al dar la noticia que el campeonato de Quidditch no se llevarían a cabo este año, pero traía consigo una sorpresa, el legendario torneo de los tres magos dónde tres de las mejores escuelas participarían y entre ellas estaba Hogwarts que escogería a un estudiante de último año para ser representada.

— Es un fiasco — Dijo Fred algo molesto.

— Nos quitan el Quidditch y no nos dejan participar en el torneo — Dijo George apoyando a su hermano.

Por un lado los gemelos tenían razón pero por otro el ministerio lo tenía, debían cuidar a los alumnos ya que era un torneo sumamente peligroso dónde sus pruebas eran enemigas de los asustadizos.