Capítulo 10: Saturno

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Planeta Saturno — Palacio de Hades.

Se dejó caer sin energía al suelo, su viaje tomo 24 horas en completarse, además de ello ocultar sus planes aquella mujer había sido un reto, agradeció que fuera llamada por su ama lo que permitió pudiera escapar hacia su destino. Observó su alrededor, la hierba crecía sin control cubriendo las viejas armaduras de los guerreros que cayeron sin vida durante esa antigua batalla, las viviendas del pueblo no eran nada más que escombros esparcidos por el suelo, el fuego de esa noche las había consumido. Ya no habían pájaros volando ni niños corriendo en las calles, el ambiente de fiesta que rodeaba el castillo se esfumó como  el humo al apagar el fuego de una fogata. Usando su hoz corto parte de la hierba que impedía su paso.

— Mi antiguo hogar. — Ante ella se alzaba una gran muralla, la puerta había caído. Cerró los ojos dando un fuerte suspiró que le diera el valor para cruzar. Recordaba ese día, era una noche alegre llena de música y risas, era su cumpleaños número 10, pero las sombras cubrieron el cielo de su hogar y sólo pudo oír los gritos, ver el fuego abrasador cubriendo el pueblo, el bosque que rodeaba le castillo, entonces paso lo inevitable Sailor Saturn despertó en ella y uso su poder erradicando al Caos, pero era demasiado tarde su gente murió, sus padres y hermanos menores cayeron a causa de esa presencia maldita, ella se sumió en un profundo sueño flotando en su castillo, rodeada de aquellos cuerpos que una vez en vida la llenaron de amor.

Sus pasos la llevaron hacia los escalones que daban a la entrada del castillo. Sus pasos irrumpieron en el silencio, tenía miedo de entrar y nuevamente revivir aquellos últimos momentos de su familia. El interior se encontraba iluminado por la luz que entraba desde las ventanas rotas, las cortinas se encontraban destruidas, algunas casi deshechas por el tiempo y las llamas, las sillas, mesas tiradas por todas partes, algunas espadas bañadas en un líquido negro seco, no tuvo que ser adivina para saber que eso era la sangre de inocentes.

Detuvo su andar al ver la puerta del gran salón de bailes, su corazón se encogió. Sus manos temblaban mientras empujaba las puertas oyendo su rechinar. Se dejó caer de rodillas mirando la escena con horror. Parecía que el salón había explotado una bomba creando torres de  cristal donde se encontraba su familia y la corte real descansando en su interior, en medio de aquellos cristales habia uno en especial roto, lleno de grietas que indicaban algo había brotado de su interior, ella conocía perfectamente lo que había sido.

— Hotaru...— Sus ojos derramaban finas lágrimas al ver todo aquello, la voz que le llamaba le hizo soltar un gemido de dolor, a su mente vino la imagen de ella caer con su hermana en brazos. Alzó la mirada encontrándose con su sonrisa. — Has crecido tanto hija mía.

— Ma-mamá...—  Su madre era muy parecida a ella, su cabello negro le llegaba más abajo de la cintura, ojos de un color púrpura, piel en un tono crema. Vestía un traje de Sailor Saturn igual que ella, su madre había sido la Sailor guardiana del planeta antes de ser la reina. Quiso abrazarla pero entendió que era imposible, pues podía ver tras ella, sólo era su alma recibiendola. — Me haces falta mamá.

— Tienes grandes amigas, — Se arrodillo junto a ella. — las guardianas de Uranus y Neptuno te ven como una pequeña hija, las demás te ven como una valiosa amiga y la princesa te quiere cómo a una hermana.

— La estoy traicionando mamá. — Bajo el rostro ocultando su mirada, las lágrimas caían al piso dejando pequeña manchas. — Tengo miedo.

— Todos tenemos miedo mi ángel, yo lo tuve cuando nos atacaron. — La mirada de su madre se oscurecio. — Pero me alegra que al menos tu estés viva.

— Ustedes están...— Asintió. — ¿Qué es ese cristal?

— Tú lo creaste con tu cristal guardián para preservarnos, algún día vendrás aqui y nos llevarás a las criptas, por ahora nuestro mausoleo es la sala del trono. — Hotaru miró a su padre, sus ojos cerrados parecía que dormía, su cabello oscuro como la noche y piel morena, vistiendo un traje gris lleno de medallas en su pecho, junto a él un pequeño niño de cabello negro, piel morena de no más de cuatro años. Verlo hizo su corazón encogerse, pero lo que más le dolió fue ver el cuerpo de su madre sosteniendo a la pequeña bebé de unos meses de nacida, su pequeño cabello gris, una variación entre un linaje de herederos con el cabello oscuro, recordó las palabras de su padre cuando aquella niña risueña nació;

"Su estrella le ha bendecido con el poder de la vida, mi hermosa Hanna"

— Lo siento, — Su madre la miró sin entender. — No pude ayudar.

— Apenas despertaste como sailor, era normal no saber que hacer.  — Le sonrió dándole a entender que el pasado no importaba. — Hotaru, la persona que hizo esto fue Caos, no importa el tiempo ni el espacio él o ella puede ir más allá rompiendo las reglas de Chronos.

— Mamá Setsuna dice que de impedir la utopía Caos nos destruiría, Rini debe nacer para impedir que el equilibrio se rompa. — Un "no" por parte de su madre fue lo que obtuvo. — Madre.

— Hotaru, esa mujer es una farsante, ella asesinó a Setsuna antes de que tu pudieras nacer, te ha usado a su conveniencia. — Retrocedió asustada por ello, no podía creer que así fuera. — Tokio de Cristal es una ilusión que Caos volvió realidad con el deseo de la princesa, un deseo y anhelo que se rompió con el amor de Seiya. Setsuna es una sombra de Caos, pero tu mi niña viste al Caos a los ojos en el cuerpo de una niña que creiste inocente.

— No, ella no podría ser...— Sus madre sólo asintió.

—  Respondeme esto ¿Por qué amaba a Setsuna como a una madre? ¿Por qué siempre hacia menos a la princesa? ¿Por qué se empeñaba en nacer y obligaba a Serena a no olvidar lo que sentía por el príncipe? ¿Por qué se hizo amiga de la única sailor que podría destruirla con sólo chasquerar? Más importante, alguna vez te preguntaste el motivo por el que entre todas las guardianas elegio a la sailor capaz de destruir un planeta y la única que puede cambiar el tiempo.

Algo en su mente hizo click, recordó el momento cuando el príncipe fue raptado por Neherenia, esa vez ella había llevado a Rini con el príncipe y ella suplicaba reaccionará o iba a desaparecer. Lo entendió, Caos temía desaparecer y ella siempre protegió aquella niña por encima de su princesa.

— ¿Por qué necesita a Endimion? — La reina suspiro, aún su hija no había entendido todo.

— Porque su semilla estelar sería sanada con el cristal dorado, la unión del cristal de oro y el de plata podrían darle poder infinito, aún más del que ya posee. Recuerda que Caos es un dios, la Setsuna  que está a tu lado es su hija Eris, diosa de la discordia, una diosa que Chronos había encerrado en los confines de la galaxia.

Hotaru miró a su madre a los ojos, sabía que todo era cierto, después de saber que Amy y Lita eran impostoras no tuvo más dudas. Quería llorar en brazos de su madre, Rini siempre la había usado para asegurar que ella protegiera su futuro. Ahora estaba más que claro lo que sucedía, el futuro se había venido abajo, todo cambio y por esa razon estaban atacando a su princesa para obligarla a cumplir con Tokio de Cristal antes de tiempo.

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Gracias por leer.

El siguiente capítulo: Yaten.

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