Destellos de Luna

Capítulo 13: Aparición

Tokio — Parque nro 10

Apretó las manos con fuerza encima de su falda, sentía que en algún momento caería al suelo debido al cansancio de fingir, ella no odiaba ser Serenity ni mucho menos Sailor Moon, pero por una vez deseaba ser normal, el anillo en su dedo le recordaba el futuro inminente, ver a las parejas pasear con sus hijos le hacía ver que pronto ella estaría igual. Bajo el rostro, sentía que todo se derrumbaba, Mercury y Jupiter se encontraban desaparecidas, Taiki tenía una semana en el cuartel tratando de localizarlas pero no había rastro. Durante el día anterior Darien la llevo a ver los templos para elegir dónde sería su ceremonia, en dos meses sería la señora de Chiba y ella prefería ser la señora Kou, sobretodo después de esa noche con él, lo amaba con toda su alma aunque la recriminaran.

— ¿Princesa? — Dio un pequeño salto al oír esa voz. Setsuna la miraba con una sonrisa, esperaba que Seiya tardará y así  no ser regañada por aquella mujer. — ¿Te pasa algo?

— Sólo estoy preocupada, no se donde podrían estar Mercury y Júpiter, tampoco sabemos quien es el nuevo enemigo. — Setsuna suspiro, esa niña era fácil de engañar para ella, sonrió levemente sin que pudiera notarlo. — Siento que deberíamos suspender la boda por el momento.

— No, no será necesario hacer eso, todo resultará como debe ser, usted y Endimion unirán ambos cristales, crearán Tokio de Cristal y la pequeña dama nacerá, tendrán una vida perfecta. — Serena miró sus ojos notando un brillo extraño que le causo un escalofrío.

— Hay momentos donde siento que eso es lo que importa para ti. — Setsuna no respondió, prefirió mirar a otro lado. Una explosión en el parque les hizo entrar en alerta. Serena sostuvo su broche al ver los golen de piedra ante ella, pero lo que más atrajo su atención fue ver encima de ellos a Luna pelota flotando. — ¿Qué?

— la pequeña dama. — Serena tomo su broche de transformación, su manos temblaban, no deseaba transformarse, cada día estaba más débil y de hacerlo caería desmayada. — ¿Por qué Luna pelota está aquí?

— El enemigo debe venir del futuro, algo tuvo que pasar a la pequeña dama. — Setsuna saco su pluma de transformación. — Princesa es nuestro momento.

— Yo...— Miró su broche y alzó su mano. — Eternal...— Una flecha dorada impacto en uno de los golen sorprendiendo ambas. Tanto Serena como Setsuna mirando hacia la entrada del parque, Serena sintió un dolor en su frente al ver a dos enmascarados, uno de ellos portaba un arco dorado, de el colgaba una pequeña luna junto a un reloj de plata, su máscara portaba el símbolo de la luna y el planeta plutón.

— Rompe el tiempo...¡Destellos de agua! — Su compañero utilizó su espada haciéndola brillar como si fuese el agua bañada por los rayos del sol, un aire frío la rodeo y el crujir de las rocas cayendo la hizo mirar a sus enemigos, estos de volvían polvo mientras caian.

—  Cuidado princesa, ellos pueden ser peligrosos. — Serena miró a su guardiana apuntarlos con su cetro de granate. — Mi planeta protector es Plutón, el planeta del tiempo ¡Soy la Sailor del cambio, soy Sailor Pluto!

— ¿Tú eres la sailor del tiempo? — Uno de ellos comenzó a reírse bajando su arco. — Mi planeta regente es Plutón, soy un caballero de Chronos y Serenity ¡Soy Thanos Titan de la muerte!

Setsuna sintió un escalofrío recorrer su espalda al oír su nombre.

— Mi planeta protector es Neptuno, soy un caballero de Chronos, ¡Soy Poseidón titán del mar!

— ¿Titanes? ¿Caballeros de Chronos? — Serena los miró con curiosidad, uno de ellos era el mismo que vio en su casa, el mismo joven de sus sueños.  — Ustedes...

—  Princesa no se confíe, ellos no son amigos. — Nuevamente los jóvenes soltaron una carcajada. — Insolentes ¡Grito mortal!

Con un sólo movimiento de su espada, el caballero de poseidón desvió su ataque sorprendiendo ambas.

— No te confíes Serena, no pienses tanto en el futuro o vas a morir por tu confianza ciega. — Los miró desaparecer después de esas palabras, Setsuna observó dónde una vez estaban aquellos jóvenes que conocía bien o al menos conoció hace mucho tiempo, su aparición dejaba una sola cosa en claro; el nacimiento de Caos peligraba. Por su lado Serena se volteó hacia  su guardiana, ella parecía temerosa y llena de angustia, pensó que quizás le preocupaba que su ataque no fue nada contra ellos.

— Setsuna, debes ir a la puerta del tiempo y ver que paso con Rini. — Ella asintió, debía obedecer aunque sabía que nada cambio, al menos no lo haría por el momento. Serena permaneció allí sola al verla marcharse, su semblante se volvió serio al sentir nuevamente aquellos dos sujetos ocultos tras un árbol. — ¿Quiénes son?

— Conejo...— Nuevamente la misma pelota rebotó hasta ella, quiso llorar al verla, su corazón se oprimia al oír su voz. — Pequeño conejo de ojos zafiros.

— Dime por favor. — Levantó la pelota mirando las figuras. El recuerdo de risas y bromas en un jardín acudió a su mente. Sentía la mirada de él en ella. — Siento que eres importante para mi.

— Lo soy. — Camino hasta ella, la rubia le miró fijamente, sus ropas eran distintas, de un color negro como la noche, en su cuello colgaba un medallón de media luna, en su muñeca derecha un brazalete de oro con un reloj, la máscara en su rostro impedía ver su cara. Sintió sus manos sobre las suyas, una calidez lleno su corazón, el cansancio se había ido después de mucho tiempo.

— Buscame cuando sea luna nueva en la Torre de Tokio, sabrás quien soy al verme. — Deseo hablar pero sólo lo miró desaparecer con el viento. Su corazón latía con fuerza, con una fuerza diferente a la que sentía con Seiya, aquel joven le inspiraba una sensación de cariño extraña y si mal no recordaba en dos días sería esa luna nueva, ese día sabría que ocultaba.

Oculta por las sobras de los árboles Setsuna la miraba, sólo tenía una opción ir al futuro y alertar a su reina.

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Perdonen no tenía internet, bueno si y no, iba y venía hasta el punto de hacer enojar.

Este capítulo tenía pensando hacerlo diferente pero quedó así, me gustó y pues lo dejé. Espero lo disfrutaran.

En el próximo capítulo veremos nuevamente a Chibi-Chibi.

Próximo capítulo: Una visita.