Capítulo 49: Especial; Haru y Michiru.

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Como dice el nombre, es un especial, el primero antes del final.
Me di cuenta que hay personajes que no han tenido su cierre y les daré su momento.

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Tokio — Residencia Tenou

Él era un titán, uno poderoso que podía dominar los cielos a su antojo, pero con una gran debilidad su hermosa sirena. Durante mucho tiempo se mantuvo oculto dentro de su propia hermana esperando el momento para regresar y dar la batalla una vez más, aunque no espero que en esa oportunidad las cosas fueran diferentes, él no era pesimista ni mucho menos ave de mal agüero, sin embargo, estuvo una vez frente a Caos y acabó desapareciendo ante su poder. Ahora las cosas habían sido de una forma distinta y no pudo evitar sentirse aliviado de no haber perdido a nadie importante en su vida, desde ese día había pasado no mucho más de dos mes, aún seguían debatiendo el destino del reino terrestre, Endimion no quería tomar el trono completo y Serena debía tomar el trono, aunque ese no era su problema del todo, debía mantenerse cerca de la reina pues ella era uno de los guerreros de su padre y de su hija.

Su relación con Michiru iba mejor que nunca, su sirena había acordado casarse con él después de su gira por Dinamarca, aunque por alguna extraña razón la gira se había cancelado hasta nuevo aviso, Yaten casi lo mata a golpes sin razón y Haruka se burlaba de algo que no tenía idea que era. Ese día en partícular había decidido ir por algún pastel a la tienda, hace más de dos semanas que le gustaba ir por postres a la tienda que su amiga Lita y su novio Andrew fundaron juntos, lo que nunca pensó fue que estuviese cerrada por algún tipo de fiesta privada.

— ¡Haru! — Dio media vuelta para encontrarse con Mina, la rubia cargaba algunos globos de varios colores con forma de estrellas, nubes y pequeñas lunas. — ¿Qué haces aquí?

— Vine a comprar pero esta cerrado, ¿Todo eso para que es? — La rubia sonrió nerviosa.

— Bueno esto... Es para la fiesta de serena, ya sabes celebrar que será mamá pronto.

— Mina, se supone que eso es unas semanas antes del nacimiento y la conejita nacerá en seis meses, ¿Qué demonios me estás ocultando?

— ¡Nada! Deja de interrogar yo no tengo culpa que nadie quiera...— Dejó de hablar al mirar la puerta de la pastelería abrirse, Lita la observó con una expresión que le dio un escalofrío ambos. — Debo irme. — Antes de que pudiese decir algo la puerta le fue cerrada en la cara. Definitivamente aquel no era su día, su hermana y Michiru se habían ido antes de las 7:00 a.m., sin dejar alguna nota que dijera donde podría encontrarlas, desde la suspensión del concierto actuaban con tanto misterio que por un momento llegó a creer que su sirena le era infiel.

— Esto es una estupidez. — Pateo una pequeña piedra. Su móvil sonó, había recibido un mensaje de su hermana, querían verlo en la cafetería a las 6:30 p.m., lo que mas le causo curiosidad fue la última frase; "Viste elegante". Tuvo la curiosidad de preguntar porque esa sugerencia, pero se negó hacerlo y sólo cumpliría con la petición de su hermanita menor. Prefirió caminar entre la multitud, faltaban al menos unas tres horas para la cita en la pastelería y quizás podría saber todos los misterios de esas dos mujeres que le rodeaban.

— ¡Bombón! — Se detuvo al oír la voz de Seiya, lo miró correr detrás de su prometida, Serena entraba a una tienda de ropa infantil, no supo si reír o lamentar la situación de su amigo, desde que ella había regresado lo tenía de un lado al otro preparando todo para la llegada de la bebé. Se quedó mirando la tienda de juguetes, un peluche en la vitrina atrajo su atención, era un oso polar, con un pequeño listón azul tocando un violín, aquel oso le hizo recordar a su novia, no pudo evitar la tentación y fue por aquel peluche para sorprenderla.

Lejos de allí Serena y Seiya le habían visto ir a la tienda de bebés, la rubia se aferró al brazo de su novio. Ambos se vieron con una sonrisa cómplice antes de continuar con su paseo pues debían buscar algo para la fiesta. Por otro lado Haru pago por su oso decidiendo volver a la mansión y comer algo antes de salir, el día estaba caluroso y sólo deseaba huir del sol. Una vez que estuvo en la comodidad de su hogar se dejó caer en el sofá deseando descansar pero un ruido en la planta alta lo hizo levantarse de nuevo.

— ¿Michiru? — Se encaminó hacia las escaleras, visualizando la cabellera de su hermana. — ¿Haruka, que haces aquí?

— ¿No deberías estar arreglandote? — Se encogió de hombros. — Vine a ver que te arreglarás hoy es un día importante.

— ¿Por qué? — Su hermana desvió la mirada. — Haruka no saldre de casa si no me dices.

— Entonces arrastrare tu trastero a la pastelería y yo misma te vestire. — Prefirió no indagar más y decidió ir arreglarse. Por su parte Haruka se sintió triunfante, no podía permitir que su hermano descubriera el secreto que tanto les había costado guardar. El paso del tiempo se hacía lento para ambos, aunque para Haru era peor la espera. Su hermana había decidido ir caminando hacia el lugar de encuentro.

— ¿No me dirás? — Suspiro al verla negar. — Te recuerdo que eres mi hermana.

— Michiru mi mejor amiga. — Si ambos debían competir en quién era más leal se quedaban en empate. Haruka se detuvo frente a la entrada del local. — Por cierto, te encantará.

Lo dejo entrar antes, las luces de encontraban apagadas, trató de regresar pero la puerta fue cerrada por su hermana al tiempo que las luces de encendían.

— ¡Sorpresa! — Sus ojos no daban crédito a lo que veían, su sirena vestía un hermoso vestido azul cielo, en sus manos un pequeño ramillete de rosas blancas, todos sus amigos estaban allí, habían algunos arreglos de flores en las mesas, globos adornando, pero una pequeña mesa atrajo su atención, eran globos rosados y azules, con pequeñas frases que agitaron  su corazón; "¿Es niña?" "¿Quizás un niño?".

— El novio está aquí, la ceremonia puede empezar. — Apenas podía reaccionar, su hermana y Yaten le empujaron hacia la mesa donde el juez esperaba junto a Michiru. Se sentía un robot pues reaccionaba sólo por impulso. Un golpe en su espalda lo hizo reaccionar.

— Protegela. — Tomó la mano de Yaten con fuerza, ambos se sonrieron. — Te entregó a mi hermana y espero no la hagas llorar.

— La protegere y amaré con mi vida.

Se giró hacia Michiru, ella sonreía viendo su rostro, le importó muy poco que la boda aún no empezará, la sujeto de la cintura atrayendola hacía su cuerpo.

— Señorita Kaiõ, le juro hacerla feliz por el resto de nuestras vidas y ese pequeño recibirá todo el cariño del universo. Te amo Michiru. — Ella sonrió antes de recibir el beso que tanto anhelaba, ambos habían pasado por miles de cosas que los llevaron hacia ese momento de sus vidas, después de muchos siglos de espera por fin podían estar juntos y declararse su amor sin pensar en algún peligro en la esquina. 

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Muchas gracias por leer, supongo esperaban el final, pero pensé bien las cosas y antes de eso pienso cerrar la historia de algunos personajes, en el siguiente: Amy y Taiki.

Destellos de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora