Capítulo 34: Eris

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Siglo XX

Tomo un sorbo de su vino saboreando el sabor de las uvas en su boca, sus ojos rojos miraban la ciudad desde el balcón de un hotel, tomo una aceituna llevandola a su boca. Ya era momento de que las piezas se movieran, la nueva lluvia de estrellas le daría el poder para surgir triunfante. Cerró sus ojos sonriendo la brisa de la noche golpeaba su rostro suavemente.

- Reina mía...- Tras ella se encontraba una joven de cabellos castaños y ojos carmesí, Eris dejó a un lado su copa. - Déjeme ir y obtener las llaves.

- Todos han fallado. - Volvió a servir un nuevo trago. - Quiero traigas a la pequeña princesa, ellos no dudarán en venir por ella y darán lo que sea por esa niña.

- Sí eso desea su alteza. - Dicho eso desapareció. Volvió a fijar su vista en la ciudad, pensaba en aquellas personas que pensaban su salvación eran esas guerreras que durante años peleaban contra el mal. Ella era hija del Caos había tenido muchos más hermanos que llegaron a fallar al intentar dominar el poder del cristal de plata, cada uno de ellos uso títeres que odiaban a la familia de la luna, a cada descendiente de Chronos y acabaron muriendo tontamente. Pero ella iría directamente por ellos, no pensaba fallar demostraría que era mucho mejor.

- Hermanos, - Sonrió recordando a cada uno de ellos. Todos caídos ante el poder del cristal de plata. - Ser la menor tuvo sus ventajas.

Parque de diversiones

Usagi corría emocionada viendo las atracciones, en su mundo era muy protegida y eran pocas las veces que salía en compañía de su tío o Lita, su madre siempre se mantenía ocupada viajando entre la luna y la tierra. Se detuvo al ver un juego de lanzar aros, el premio era un oso de peluche.

- Seiya. - El pelinegro se acercó, esa pequeña era igual de enérgica que su bombón, se preguntaba si sería así su pequeña hija. Habían pensando que ella era su hija, pero según palabras de Artemisa, la joven era hija de Arger. No lo creía del todo pero tampoco querían alterar el futuro.

- Veamos si mi estrella logra un buen lanzamiento. - Sonrió nervioso pagando por participar, tres pequeños aros le fueron entregados, debía acertar al menos uno en las botellas, Usagi lo veía con emoción. Tomo valor lanzando el primero pero este cayó a un lado, el segundo igual, sólo tenía una oportunidad, la mirada esperanzada de la pequeña le conmovió y sin pensarlo cerró los ojos lanzando el aro.

- ¿Lo hice? - No quería ver para no mirar la decepción en esa pequeña, sin embargo al oír sus gritos de alegría supo que había ganado, en efecto le fue entregado el oso panda que quería. Abrío un ojo mirando su sonrisa emocionada. No pudo hacer otra cosa que lanzarle un beso riendo por ver su confusión, la levantó subiendola a sus hombros.

Serena no podía evitar sentirse feliz al ver cómo él se comportaba con la pequeña. Siguieron su camino sonriendo por el momento que vivían juntos.

- Al fin te conozco futura Neo Reina. - Serena se tenso al ver aquella mujer alta flotando en medio del parque, todos comenzaron a huir viendo aquella escena. La mirada de la castaña se posó en Seiya. - Entonces él es su más grande amor y por ende...- Señaló a la pequeña Usagi. - Princesa Usagi Kou.

- ¿Qué has dicho? - La pequeña se abrazó a Seiya con temor, aquello confirmaba sus sospechas, dejó a Usagi en el suelo, miró a Serena. - Huyan, yo voy a entretenerla.

- ¡No! - Usagi temblaba con miedo al pensar que no lo vería más, Serena quería alejarla para poder ocultarse pero una explosión los hizo caer. - Papá no...no me dejes papá.

- Pobre princesa sufriendo la pérdida de un padre. - Serena saco su broche, con una mirada les pido ambos marcharse.

- ¡ETERNAL SAILOR MOON TRANSFORMACIÓN! - Seiya aprovechó para huir con la joven en brazos, Usagi miró como su futura madre se defendía usando su báculo de escudo.

- Papá. - Seiya se detuvo al verla dudar de huir con él. - Ve con mamá, yo me ocultare.

Dudo en dejarla, pero al ver su mirada sonrió dándole confianza, saco su llave transformándose en Apolo, su traje de un color plata adornado con el emblema del sol en su pecho y hombros, en sus manos un arco dorado, la marca del sol parecía brillar como el fuego. Usagi veía emocionada como su padre iba en ayuda de su madre, abrazo el oso con fuerza, la llave en su cuello brillaba casi invisible, le advertía de un próximo peligro.

- No creí que sería fácil distraer a tus padres. - Usagi dio media vuelta al ver aquella mujer que pensaba luchaba con sus padres. Dejó caer el oso al suelo, Mayura la tomo del brazo desapareciendo en el aire, su grito de auxilio fue escuchado por Serena, quién la busco con la mirada pero sólo vio el peluche en el suelo, la figura con la que luchaban se desvaneció ante ellos.

- ¡Usagi! - Seiya recogió el oso apretandolo con fuerza, la llave del tiempo cayó de él, su hija les había dejado una forma de encontrarla.

Siglo XXX

Abrío sus ojos notando la visión frente a su ventana, el castillo de Tokio de Cristal se alzaba ante ellos. Sonrió pensando en que su madre estaba cerca y podría sentirla, pero era difícil atravesar la barrera de Eris.

- Bienvenida a casa princesa Kou. - Eris alzó su copa en señal de victoria.

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Gracias por seguir esta historia, nos leemos en el siguiente: viaje al futuro; Apolo

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