Destellos de Luna

Capítulo 25: Dolor

Iniciare este capítulo un poco diferente a lo esperado, espero no confundirlos.

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Siglo XXXI
Palacio de Chronos

Despertó sintiéndose agitada, un dolor atravesó su cabeza, llevó sus manos a su frente sintiendola tibia, su visión era borrosa, miró a su alrededor se encontraba en su habitación, las fotografías de su boda descansaban sobre una mesa, su traje de Sailor Cosmos habían desaparecido, usaba su vestido blanco, quería bajar pero una corriente de aire frío la envolvió.

— Seiya...— Su corazón se encogió al recordarlo, rompió a llorar amargamente. Ahora más que nunca se encontraba sola, lo podía sentir, él se había ido para siempre. Sailor Venus entró sosteniendo una bandeja con su desayuno.

— Serena. — La sailor comprendía su dolor, hace casi unos seis meses ella había perdido a Yaten en batalla, pensó en Mercury quien se sumió a las investigaciones buscando como terminar esa pesadilla después de morir Taiki en sus brazos, Setsuna se mantenía en la puerta del tiempo  defendiendola, Haruka y Michiru murieron antes de poder iniciar la batalla, Haru  nunca había logrado despertar, Arger había muerto después de Selene. Rini se había encargado de destruirlos antes de que pudieran hacerlo con ella. Hotaru había aprendio a usar su barrera de protección sobre el castillo y ahora mismo estaba en una sala de meditación protegiendo a los civiles en el interior.

— Se fue...— Mina asintió, tomo la taza de té para entregarsela. — No quiero.

— Serena por favor, Lita le colocó miel. — Observó la taza, de un golpe la lanzó al piso sorprendido a su amiga. — Serena...

— Perdí todo, lo único que me quedaba era él, mis hijos murieron y él...— Sus orbes azules se llenaron de lágrimas. — Fui débil, debí ser más fuerte y eliminarla.

— Tú corazón es muy puro. — Acarició su cabello suavemente. — No tuviste la fuerza para eliminarla, aún veías a la niña llorona que corría por el castillo buscandote.

— ¿De qué sirvió? Mato a todos, Darien sucumbió a la locura y sólo pide regrese a su niña. Seiya tenía razón, lo hago por él. — La puerta de la habitación de abrió, Reí entraba con un semblante cansado. Al ver a Serena se lanzó a sus brazos lloraron. — ¿Rei?

— Darien escapó, lo vi salir del campo de energía, Rini lo redujo a cenizas. — Un jadeo proveniente de ambas rubias no se hizo esperar, no se esperaban una nueva pérdida en ese día. — Serena ya no puedo más,  sólo quiero despertar en el templo y ver al abuelo persiguiendo a las chicas que van por amuletos, a Nikolas limpiando la entrada, si veo a esa pelirosa  llegar la atacaria y no permitiría que cumplieras ese deseo de vivir la utopía, tampoco te dejaría ir al futuro.

Mina se dejó caer al suelo recostando su espalda de la cama, miró al piso, se sentía cansada de esa batalla que parecía ser eterna.

— Quiero ser la famosa Mina de nuevo, tener mi vida de Sailor y cuidar de mi mejor amiga, llegar a casa y ser recibida por sus besos, ver la linda cara de mi niña antes de dormir...— Mina abrazo sus piernas llorando. — Rini no me permitió verla crecer, se que vive en sus dominios sólo deseo recuperar a mi hija y que este maldito destino que Caos perseguía se termine.

— Sólo quedamos nosotras, — Lita y Amy se encontraban de pie en la entrada. — Es hora acabar con este dolor Serena, ya no podemos pensar que podrás purificarla, ella no puede ser purificada.

— Las lágrimas se han secado Serena. — Amy saco su pequeña computadora. — Sólo tenemos una oportunidad y será en la próxima luna llena cuando el poder del cristal de plata brilla cubriendo el universo. Sólo en  ese momento podremos purificar el universo y erradicar a Caos...aunque la vida desaparecerá y se dará un reinició.

— Ya no podemos permitir que Caos siga haciendo lo que quiere. — Tambaleante se levantó de su cama, les sonrió como en los viejos tiempos. — Como la primera vez contra Beril, sólo nosotras.

— Pero esta vez sin deseo. — Sugirió Amy. Asintió, miró hacia afuera, recordó a sus hijos, su madre y padre, la familia que tuvo al ser Serena Tsukino y deseo ser fuerte para poder vengarlos a todos, nadie se merecía ese destino cruel. Llevaría aquella batalla donde una vez ella y galaxia se enfrentaron, iría al caldero primordial, hace mucho pudieron regenerarlo pero esta vez se encargaría de destruir a caos y su semilla bajo la mirada de la sailor creadora. Cerró sus ojos, esa mujer era parecida a su madre, la reina Serenity, su cabello blanco atado en odangos, sus ojos de un toque azul, sin embargo su uniforme era de un color blanco irradiando luz a su paso, sólo una vez la logró ver y está vez volvería a verla.  

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Miró hacía la luna, ese día había decidió quedarse a dormir en casa de Haruka y Michiru, Serena se encontraba preocupada pero después de ver que estaba tan triste decidió dejarla ir. Haru se acercó a ella al verla llegar a su nuevo hogar temporal mientras la residencia Tenou era reparada. Michiru sentía el dolor de aquella niña de roja cabellera, Haruka la veía sufrir en silencio.

— Oye, odango. — Haru golpeó sus moñitos logrando que saliera de sus pensamientos. — ¿Tienes miedo?

— Mi mundo es apocalíptico...— Entre sus ropas saco un colgante, al abrirlo se proyectó una imagen, eran sus padres y hermanos pequeños. — Ellos eran mi único motivo para volver a casa.

— ¿Ya no? — Cerró sus ojos, ni sabía que iba a decir, ella no era muy inteligente como Amy y mucho menos como Taiki, pero estaba más que claro que su padre ya debería estar muerto, si conocía a su madre atacaria destruyendo todo, ya no tenía un hogar donde volver si ese presentimiento se cumplia.

— No existirá mundo al que volver. — La taza en sus manos cayó al piso rompiéndose, un frío seguido de un fuerte dolor atravesó su abdomen, debió hacer caso  y no subir a la terraza. Escucho muy lejana la voz de Haru, el dolor la envolvía llamándola hacia la oscuridad, por un momento creyó ver a sus hermanitos y padres jugando en el jardín del castillo, no pudo evitar sonreír, en ese momento se sentio en casa.

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Nos leemos en el siguiente, gracias por comentar.

Siguiente capítulo: Molly versus Haru.