Capítulo 51: Último Especial: Y&M - D&R

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Templo Hikawa

Aunque su vida estaba ahora en el Milenio de Plata, la reina Serenity le permitió ir visitar a su familia, su abuelito había mejorado de salud, Nicolas seguía ayudándoles en todo lo que al templo se refería. Amaba estar sentada en el jardín con sus dos pequeños cuervos revoloteando a su alrededor, pensó en ir con Endimion, pero ese día estaría en el hospital. Llevo sus dedos hacia sus labios recordando la última vez que él le había besado, aunque se arreglaban para tratar de hacer funcionar su relación, la distancia entre ambos se notaba. Suspiro suavemente, como deseaba en ese momento ir corriendo a verlo y preguntar si aún la amaba. Serena se encontraba a unos meses de dar a luz, sabía que después de eso ella se casaría con Seiya y Endimion tomaría el trono como guardián de la tierra, mientras Serena sería la soberana del cosmos, Tokio de Cristal no existiría como se pensaba, el reino de la Luna sería su nuevo hogar, su abuelo y Nicolas habían decidido ir con ella e instalarse allá, Serena había pedido a su madre construyera un templo que fuera la copia exacta de su hogar, su sorpresa al verlo fue inmensa, pues todo era semejante. Ese día se dio cuenta que sólo él le ataba a la tierra. Desde hace más de dos días había vuelto para arreglar sus últimas cosas antes de irse a casa con su familia. Espero durante horas junto al teléfono una llamada que nunca llegó.

— ¿Rei? — La voz de Nicolas la saco de sus pensamientos. — El joven Darien la espera.

— ¿Qué? — No podía salir de su asombro, qué él estuviese allí cambiaba muchas cosas. Dándole gracias a su amigo se retiró para encontrarse con él, cada paso que daba la hacía temblar, no sabía que esperar, como guardiana de Serena no deseaba dejar su cargo, amaba ser la sailor del fuego, amaba a sus amigas, al igual que a su novio. Lo vio de espaldas a ella, miraba al cielo de forma distraída.

— Ya estoy aquí. — Se giró, su sorpresa fue enorme al ver las rosas rojas en sus manos. Darien le sonrió entregandole el ramo.

— Se que estoy muy ausente, pero quería tomar una decisión importante. — Tomó su mano, la llevo a sentarse con él en las escaleras del templo, donde sabía Nicolas y su abuelo no escucharian. — Rei, sabes que te amo, se que tu misión para ti, así como tu amistad con las chicas es importante. — Quería hablar pero él la detuvo. — Te amo Rei Hino, se que debo ser el rey de la tierra, pero si eres mi reina no podrás ser una guerra a tiempo completo.

Un jadeo por parte de ella fue su respuesta, estaba sorprendida y confundida por sus palabras, Darien sonrió levemente.

— Hable con Serena y ella está de acuerdo conmigo, después de nacer la bebé, lo haremos oficial.

— No entiendo. — Él acarició su mejilla. — Darien...

—Te amo tanto o más de lo que puedo imaginar. — Alejo su mano de su rostro. — Serena y yo decidimos que seas la embajadora entre ambos reinos, podrás seguir siendo su guerrera pero también...

Sus ojos miraban con sorpresa como sacaba una flor más, en ella un pequeño anillo planteado brillaba, no era llorona como su mejor amiga, en ese momento se permitió llorar presa de la emoción.

— ¡Mil veces si, me casó contigo! — Darien rompió a reír al oír su respuesta antes de formular la pregunta. Colocó el anillo en su dedo sintiéndose el hombre más feliz del universo. Dos sombras tras ellos les provocó un escalofrío.

— Este joven si me agrada para mi Rei. — El abuelo provocó que ambos cayeran del susto. Rei por una vez no quiso discutir con él, simplemente sonrió mientras se abrazaba a su novio. Su pequeño sueño comenzaba hacerse realidad.

Destellos de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora