Sky movía su cola lanzando espinas hacía Hades, este movió su hoz desviando el ataque a una de las paredes. Hotaru cubría a Serena con su escudo de energía, la rubia miraba con terror como uno de los brazos de Mina sangraba debido a las heridas de aquella bestia. Haru lanzaba algunas flechas contra la bestia provocando leves heridas que sanaban por si mismas.
— Déjame ayudar Saturn. — Miró a Seiya tras Chibi-Chibi, se sentía impotente y con ganas de ayudar, pensó en su bebé, no podía arriesgar su vida.
— ¡Tiembla tierra! — El ataque dio de lleno en Sky, este sólo sacudió su cuerpo como si aquello sólo hubiese sido una leve cosquilla. — Maldición es invencible.
— ¡Tempestad de Urano! — Un remolino de viento levantó a Sky, este fue herido por el aire que lo rodeaba cayendo al suelo, Haru sonrió victorioso. Sin embargo se levantó y arremetió contra Michiru, ella apenas podía detener su ataque. Las llamas de Sailor Mars lo envolvieron provocando que retrocediera.
— ¡Destello cósmico! — El brillo del ataque rodeó al demonio causándole un gran daño, La peliroja jadeaba debido al cansancio, ya había usado su báculo mostrando lo que sucedía en su mundo y ahora utilizaba uno de sus ataques más fuertes. — ¡Curación lunar acción!
La neblina brillante comenzó a caer encima de todos, las heridas sanaban. Seiya la sostuvo al ver su transformación desaparecer. Sky volvió a levantarse, corrió contra Seiya y Chibi-Chibi, la cubrió con su cuerpo pero el fuerte resplandor de un nuevo ataque lo hizo mirar, Serena se había transformado y usando su báculo destruyó al demonio. Hades la sostuvo al ver cómo se desvanecia luego de ese ataque, Seiya miraba ambas mujeres inconcientes, sus amigos heridos, la sala de Haruka destruida, todos habían batallado mientras él se mantenía preso del miedo. La llave colgante en su cuello brilló, su mente viajó más allá de su presente.
Abrió los ojos encontrándose en medio de una habitación rodeada por la niebla, un hombre rubio se encontraba frente suyo sosteniendo un báculo con la gema de granate, se acercó a él, pero un rayo lo alejo.
— Chronos entrega el cetro y nadie morira. — Sus amigos estaban en el piso inconscientes. Chronos apretó con fuerza su báculo no quería rendirse. Fue en ese momento que se miró a él mismo, empuñaba una espada y decidió atacar siendo detenido por su atacante con la ayuda de un báculo que ya había visto, era el usado por Sailor Plut.
— Eris no permitiremos que destruyan el tiempo. — Chronos alzó el báculo, este brillo y la puerta del tiempo detrás de él se abrió, el cuerpo de Yaten, Taiki y Arger fueron absorbidos por las rafagas de aire, — Yo, Chronos padre creador del tiempo invocó el poder de los titanes...— Un fuerte resplandor fue emanado desde el interior de la puerta, varias cadenas ataron a Eris de pies y manos siendo arrastrada por ellas al interior, en el proceso tomó a Seiya llevándolo consigo. El rubio cayó inconciente, su espíritu se elevó por encima de su cuerpo entrando al corredor del tiempo donde Eris fue apresada, sus caballeros estaban a su alrededor flotando, las semillas estelares brotaron escapando del lugar, todo esto era visto por Seiya.
— En esta vida no podrás estar con ella, lo siento. — El pelinegro cayó dormido, la semilla estelar brillo escapando de su cuerpo y elevándose hasta perderse de su vista. — Tu y yo estaremos aquí por siempre.
Seiya miraba toda la escena, su yo del pasado había desaparecido, Eris encadenada a la nada y Chronos caía dormido.
Se sentía mareado, lleno de náuseas, Serena de encontraba a su lado, miró a su alrededor notando que era su habitación.
— Llevas dos días así. — Ella parecía preocupada. Tomo su mano. — Lo siento no debí atacarlo.
— Desde ahora mi luz te cuidara; — Se sorprendió al escucharlo, él sonrió. — La luz de sol siempre te protegerá de la oscuridad.
— ¿Recordaste? — Asintió suavemente. Acarició su mejilla al verla sonreír. — Mi amada estrella.
— Perdón por tener tanto miedo. — Serena negó, se lanzó a sus brazos sintiendo su calor, esa sensación de protección que la hacía sentir en casa. Las caricias en su cabeza no se hicieron esperar. — Te amo bombón.
— Yo a ti. — Era la primera vez en mucho tiempo que Seiya se sentía completo. La puerta de la habitación fue abierta, Selene entró mirando la escena con una sonrisa, recordó las miles de veces que vio a sus padres así, las risas, miradas cómplices, las locuras que intentaban sus hermanos para llamar su atención.
Lágrimas traicioneras cayeron por sus mejillas, dio media vuelta saliendo de allí, no quería llorar pero su corazón no soportaba más el dolor, corrió fuera de aquel departamento dejando atrás a Seiya y Serena, a un Taiki sumido en su investigación y Yaten recordando su pasión con Mina. Sus piernas dolían de tanto correr, saco un pequeño colgante con su llave del tiempo, la misma que pertenecía Apolo. Alzó su brazo al cielo sosteniendo la llave, iría ayudar a sus padres no importaba si moriría.
— No te traje para eso. — Justo frente a ella se encontraba Chronos, a su lado la reina Serenity sosteniendo su brazo. — Tu mundo no podrá salvarse si no eliminamos la raíz del Caos en esta dimensión.
— Mi papá, mi mamá...— Serenity se acerco dándole un abrazo, al sentir aquella calidez rodearla dejó que su dolor saliera convertido en lágrimas, Chronos tomo la llave. — Abuelo.
— Tu familia estará bien cuando todo acabe. — Una luz dorada estalló en el cielo apartando las nubes, dejando que la oscuridad desapareciera. — Todo está cambiando Selene.
El frío comenzó a ser menos, el sol volvió a salir dando calor a un mundo rodeado por el hielo de lo que pudo ser un crudo invierno. Lejos de allí Eris partía a la mitad su copa, las cosas volvían a complicarse, su ayudante miraba hacia el piso avergonzada por haber fallado.
— Mata a Selene. — Aquella orden daba un nuevo giro al destino.
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Nos leemos en el siguiente capítulo: Dolor
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Destellos de Luna
FanfictionHan pasado dos años desde la última vez que Serena Tsukino uso el poder del cristal de plata, su resplandor se hace cada día más débil, sailor Uranus teme que su princesa enferme y el cristal de plata absorba su poca fuerza. Tokio de Cristal se obse...