Destellos de Luna

Capítulo 50: Especial; Taiki y Amy

Milenio de plata

¿Su sueño? Ser una importante doctora, desde el día que se volvió Sailor Mercury pensó en dejar ese sueño atrás, pero Serena la impulso a no hacerlo, ahora después de mucho tiempo esa chica llorona y torpe había tomado el título de reina aunque se opusiera a tomar el trono por el momento. La reina Serenity le había permitido seguir sus estudios de medicina en la Luna, dándole el privilegio de ser una de las doctoras del nuevo hospital, su madre y padre habían pegado el grito en el cielo al saber su identidad, pero vieron lo feliz que era dándole su apoyó y no queriendo dejarla sola fueron con ella al Milenio de Plata, pocas veces bajaba a la tierra, aunque la reina le pidió ampliar sus estudios allí y ser una de las principales doctoras su responsabilidad seguía siendo proteger a Serena, aunque había una época de paz no pensaba dejar de lado a su amiga. Su relación con Taiki iba mucho mejor de lo que esperaba, su novio seguía siendo uno de los caballeros de Chronos y por ende vivía en el palacio, aunque por las responsabilidades de ambos se veían poco trataban de hacer que su relación funcionará lo mejor posible. A diferencia de sus amigas que habían mantenido una relación con los titanes durante el pasado milenio de plata, para ella fue una sorpresa descubrír que la esposa de Taiki en ese momento fue su hermana mayor y regente del reino de Mercurio, durante un tiempo llegó a pensar que él se mantenía a su lado por alguna promesa a su hermana mayor en el pasado, pero sus dudas quedaron a un lado después de hablar con sus amigas. Ese día el sol brillaba como nunca, aunque no hacía el calor que sentiría en la tierra y haría que Mina propusiera ir de vacaciones a la playa. No pudo evitar sonreír al recordar sus días con sus amigas. 

— Señorita Mizuno. — Dejó a un lado la carpeta sobre su escritorio. — El señor Taiki se encuentra esperándola.

— Gracias Mayura, por favor toma el resto del día libre ya no tengo pacientes. — La anciana sonrió en agradecimiento antes de salir del consultorio. Tomo su bolso para salir, apagó las luces sintiéndose libre de su deber del día a menos que alguna emergencia surgiera y esperaba que no fuese así. Entre todas las áreas de medicina deseo especializarse en pediatría, su mayor deseo era recibir a la futura heredera de la Neo Reina y la hija que esperaba la reina Serenity.

— Amy. — Se sonrojo al ver la rosa roja que su novio le entregaba. Taiki seguía siendo un titán al servicio de Chronos, era el principal en mantener las relaciones entre Kinmoku y la luna, así como Yaten era su mano derecha. Además de eso estudiaba psicología y asistía en sus tiempos libres a los consejeros reales de la reina. 

— Pensé que nos veriamos mañana. — Tomó la rosa sonriendo al sentir el aroma. — Gracias.

— Lo sé, pero tuve un tiempo libre y quería verte, ¿Hice mal? — Negó, siempre que estaba con él se sentía nerviosa. — Además tengo una sorpresa para ti.

— ¿Sorpresa? — Asintió. Sujeto su mano entrelazando sus dedos con los suyos. — Me gustaría saber cual es la sorpresa.

— ¿Desde cuándo eres tan curiosa? — Su pregunta le hizo avergonzarse, oculto su rostro levemente tras la rosa causando una pequeña sonrisa divertida en su novio. — Digamos que es algo que planeaba hacer desde hace varios días.

Ella no dijo nada, simplemente se dejó guiar en silencio, ambos disfrutaban de caminar sin pronunciar palabras pues el silencio no les era incómodo ni mucho menos les molestaba, pues sus miradas furtivas decían más que mil palabras. La peliazul se sorprendió al ver que se dirigían a la pista de hielo. Quería preguntar que sorpresa podría haber allí esperándolo, pero su novio sabía guardar secretos. Taiki dejó caer la mochila de su hombro, saco un juego de patines azul turquesa.

— Son un regalo para ti, tendrás que usarlos para llegar a la sorpresa. — Amy observo como se alejaba de ella entrando al edificio, podía notar que el interior se encontraba a oscuras, aún así ella confiaba en él y decidió seguirlo hasta el final. Se las arreglo para llegar a una de las bancas y poder cambiarse el calzado, el frío en el lugar era agradable para ella, se preguntaba; ¿Qué tanto ocultaba su novio?

— ¿Taiki? — Trató de mirar entre la oscuridad sin éxito. Sin embargo se sorprendió al ver un camino de luces encenderse en la pista, parecía una alfombra de estrellas que la guiaba hacía su  destino, la suave música de un violín irrumpió el silencio, luces tenuas fueron encendiendose dejándole ver su sorpresa. En medio de la pista se encontraba una mesa con dos puestos, un ramo de rosas rojas adornaba la mesa, dos copas y una botella de vino, las velas encendidas le daban el toque romántico que faltaba.

Quería llorar de la emoción al ver todo aquello que él había preparado para ella. Las notas de un piano le hicieron buscarlo, Taiki tocaba para ella, sus ojos cerrados mientras le tocaba una pieza única.

— Amy Mizuno. — La melodía se detenía poco a poco. — Se lo mucho que te costó confiar en mí, en el amor que tenía hacia la hermosa e inteligente Amy Mizuno.

— Taiki yo...— Sus ojos se encontraban llenos de lágrimas. El castaño de alejo del piano, a paso lento se acercó a ella.

— Te amo Amy, si me lo permites deseo que seas mi esposa. — Saco de sus ropas una pequeña caja de terciopelo azul cielo, se arrodilló frente a ella. — ¿Te casarías conmigo?

Esas simples palabras aceleraron su corazón, sus ojos derramaban pequeñas lágrimas de emoción, no supo responder con palabras pues estas no parecían querer salir. Se arrodilló frente a él tomando el anillo, acercándose a sus labios sellando esa petición.

— Acepto ser tu esposa.

Le castaño sonrió, por fin había dejado atras el pasado trágico que le rodeó y podía ser feliz junto a la mujer que amaba, esperaba esa felicidad durará para siempre.

..........****..........

Gracias por leer, el siguiente capítulo será dedicado a la pareja de Yaten & Mina, al mismo tiempo Rei & Darien, quizás se divida en dos. Después de esto me dedicaré unos días para hacer el final de la historia.

Pdt.: Quiénes leen herederos y luz de estrellas comenzaré a publicar en el transcurso de la semana las actualizaciones. Una vez concluida esta podré seguir las demás con tranquilidad.