Sorry not sorry.
Advertencia.
Super largo, super intenso.
Mi infancia fue una etapa de mi vida que jamás voy a olvidar, mucho menos olvidaré a quien estuvo presente en ella, mi padre.
El vínculo que teníamos era más fuerte del que tenía con mi madre, nunca hemos sabido el porqué. Seth siempre ha estado más apegado a mamá y yo a papá. Cuando Seth tenía miedo, buscaba mamá y yo mi padre. No siento que sea favoritismo, más bien Seth y mamá comparten carácter y se entienden mejor, lo mismo con papá y yo. Desde muy pequeño era cobijado por sus consejos y sus locuras.
El padre de mi madre, tenía un rancho y en él había muchos animales, entre ellos, caballos. Recuerdo que papá trato de mil maneras enseñarle a Seth a montar, pero el niño les tenía miedo y prefería estar en la cocina con la abuela. Yo en ese entonces tenía 3 años y yo quería montar un caballo. Le pedimos permiso a mamá y cómo en la mayoría de los matrimonios, la última palabra la tiene la mujer y bueno, su palabra fue no. Igual nos valió madres, de todos modos me enseñó a montar. Sobra decir que cuando mi madre me vio montado, solo, en un caballo enorme, casi se muere de miedo, me deshereda y mata a papá.
Matías Martensi no solo era mi padre y me ejemplo a seguir, era mi amigo y confidente. Un hombre que tanto te podía hacer reír hasta que quisieras ir al baño y encubrirte de mamá, cuando llegas a las 2 am, todo borracho y sin saber quién eres, hasta ser el papá que no quieres ver enojado porque sabes que no habrá manera de calmarlo. Ahora solo era un recuerdo, uno que dolía. Matías Martensi, no solo era un gran hombre y padre, era de los nuevos genios de la física, de los más respetados. En tiempo pasado. En el presente, no quedaba ni un mísero rastro de él, nada. El hombre sentado frente a mí solo era un fantasma de mi padre. Jugaba con piezas de LEGO, sentado en una silla blanca que hacía juego con sus ropas.
— Podemos armar cualquier cosa con estos instrumentos científicos.— dijo ensamblando piezas al azar. Había días en que estaba más lucido que otros, esos eran los mejores. Podías hablar con él, casi como antes, con la excepción que, entre sus frases, decía cosas incoherentes. —¿Cómo te va en la universidad?— me preguntó interesado y viendo sus juguetes.— !Mira¡ Es un átomo.
— Bien, voy bien.— contesté sin más.— Eso no parece un átomo papá ¿Cómo sabes cómo se ven?
— ¿Y tú cómo sabes que no se parece?— Sus ojos avellana me vieron con intriga.— ¿Has visto uno para decirme que no sé parece?
— mmm... ¿No?
— Ves, no puedes decir que no es igualito a un átomo.— Ganó la discusión, no había argumento alguno contra eso.— Cami, sabes que no me dejan salir del laboratorio, soy muy importante para esta investigación y no puedo estar contigo.
— Lo sé.— le di la razón con un nudo en mi garganta.
— Pero quiero que me cuentes todo ¿Qué cosas te han pasado?— Él creía que dónde estaba, era un prestigioso laboratorio privado y del cual no podía salir hasta tener resultados de sus experimentos. Una ilusión que se creó, evitando así, su realidad.
— Todo está casi igual, sigo hablando con Cris, te manda saludos.— continúe a relatar.— Mis amigos, Alex y Nuria siguen por ahí... Y amm, creo que estoy saliendo con una chica.
— Eso es nuevo.— dejó de lado sus Legos y me examinó con sumo cuidado.— ¿Cómo se llama?
— Lune.
— ¿Luna?
— Si pero en francés.—Corregí divertido.
— ¿Estás enamorado?— cruzó sus brazos y me miró duramente.
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PROYECTO HETEROCROMÍA [Parte I] (Completa✔️)
Science FictionDNA. Genes. Ciencia. Para mí, todo eso era normal, una cosa de todos los días. Y aún así, no me imaginaba que la ciencia podía ser tan cruel y menos que dos chicas podían hacer todo esto. Jamás me lo esperé y mucho menos, lo vi venir. Su llegada fue...