Querida Alma de Luna,
Eres como ese tipo de música que necesitas escuchar con los ojos cerrados, para no perderte ni un solo detalle. Eres fortaleza y fragilidad al mismo tiempo y la locura personificada elevada a infinito. Unas veces te comes el mundo y otras, el mundo te come a ti. Intentas ser de hielo pero con un simple roce te derrites.
Siempre usas el mismo pintalabios. Ese tono rojo tan característico que debería ser ilegal que no llevara tu nombre: Alma. El contraste de tu humor ácido con tu cara angelical. Tú tienes alas. No dudas ni siquiera un segundo en alzar el vuelo y, al mismo tiempo, te dan miedo las alturas.
Alma, eres esa mirada que inspira a los artistas y la musa de personas como yo, a las que les fluyen letras por las venas. Reencontrarnos supuso un giro de 180º en mi vida porque tienes una energía tan fuerte que podrías derribar todas mis corazas de un soplido. Eres como un huracán y desde que te conocí me volví adicto a los desastres.
Eres frenética y orgullosa, mucho más de lo que podía recordar. Cruzarte con alguien tan auténtico debería ser obligatorio al menos una vez en la vida y yo soy el hombre con más suerte de este jodido planeta por haberlo conseguido dos veces. Eres muy tuya y te compartes con muy pocos, pero conmigo lo hiciste.
Quiero descubrir la cara oculta de tu Luna. Quiero jugar con tus luces y tus sombras. Quiero ser tu prólogo y tu epílogo.
Con cariño,
Martín Bertrand.
PD: Somos nuestra historia y tú llevas una tan maravillosa en las venas que resultas adictiva.
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Todas las lunas que compartimos
RomanceCuando Martín vuelve, Alma tiene el corazón roto y su reencuentro hará temblar los cimientos sobre los que han construido sus vidas. *** Alma de Luna trabaja como recepcionista en Caelum. Sin embargo, pasarse todo...