°•CINCO•°

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Cinco solo negaba una y otra vez, no podía creer que enserio el castaño se encontrara frente a el, estuvo tanto tiempo fuera que no recordaba que era más alto que el, que sus ojos eran tan profundos.

--No creo que seas tu-- dice luego de varios minutos-- ____ se fue hace dos años, ¡nos dejo! ¡Dudo que tenga las agallas de aparecer frente a nosotros asi como asi!-- decia enojado. Sentia una especie de impotencia, enojo y miedo, estaba demasiado confundido, ¿porque regresar ahora?  ¿porque luego de 2 años?.

____ solo bajo la mirada y levanto lentamente su manga dejando ver el tatuaje de un paraguas encerrado en un círculo,  los siete muchachos quedaron sin palabras, no sabían que decir o simplemente como reaccionar ante la aparición repentina d N°8.

Vanya tomo la iniciativa y se acerco a él, lo miro a los ojos y lentamente le quito la capucha dejando ver su cabello castaño, N°8 dio un suspiro, se encontraba nervioso, noto la tensión que había en el ambiente, y fue aún peor cuando N°7 le quito la máscara dejando su rostro al descubierto.

--Hola-- murmuro Vanya con una sonrisa mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas

--Hola-- contesto de la misma manera, abrazando a la  contraria quien al corresponder el abrazo comenzó a derramar algunas lagrimas de felicidad.

Pero el mayor solo buscaba a una persona, pero esa persona al ver su rostro uso su teletrasportacion para irse del lugar, dejando al castaño con un gran vacío en el pecho, y con una mirada que en vez de felicidad reflejaba tristeza y dolor.

--seguramente estas cansado ¿quieres volver a casa?-- pregunta la castaña deshaciendo el abrazo.

--No estoy seguro-- respondió él mientras rascaba nervioso su nuca-- creo que hay algunas personas que aún no están preparadas para perdonar que me fuera, sin mencionar al sr. Reginald-- explica luego de un suspiro.

--Papá colgo un cuadro en honor a ti, el muy en el fondo quiere que regreses,  eres su hijo también-- decia Allison acercandose a él, cuando quedaron frente a frente la peli rizada toma su mano y lo mira a los ojos-- vuelve a casa Número ocho-- murmuro con una sonrisa.

Luego de tanta insistencia de parte de sus hermanos, número ocho decidió aceptar volver a su antigua casa, pero cuando caminaba hacia allí  pensaba en si había hecho bien en aceptar o solo volvió a cometer un gran error, estaba muy distraído pensando que no  escuchaba el escándalo que hacían sus hermanos, las risas fuertes y los gritos que daban.

--¿donde te quedabas?-- pregunta Klaus al llegar a su lado.

--Con unos amigos, me enseñaron muchas cosas interesantes-- se limita a responder-- ¿como estuvo la academia? Digo... luego de que me fuera-- pregunta algo incomodo.

--Digamos que fue un infierno acostumbrarse a tu ausencia-- responde sonriendo-- pero mira el lado positivo, haz vuelto, y mucho más apuesto que antes-- dice perversamente logrando un leve sonrojo de parte de su hermano.

--Veo que no haz cambiado en estos últimos dos años-- ríe.-- me alegra que sigas siendo el mismo Klaus que tanto adoraba y admiraba-- le da un abrazo

Todo el camino conversaron, pero tarde o temprano Número ocho enfrentaría su mayor miedo y es enfrentar a su padre. Estaban ya muy cerca de la academia cuando el mayor se arrepintió y quiso retroceder inventando excusas que no pudieron salvarlo ya que Klaus lo arrastro hasta llegar.

--T~tengo que volver,  mis amigos...-- intenta excusarse y zafarse del agarre de número cuatro.

--Tus amigos pueden esperar hasta mañana-- responde celoso.

--Pero...-- lo interrumpe.

--pero nada, deja de ser una vieja quejona y entra a casa-- hace un pequeño puchero y lo empuja dentro del portón.

El corazón de número ocho comenzó a latir fuertemente,  una onda de calor recorrió todo su cuerpo y comenzó a sudar frío, cada paso que daba hacia que sus nervios aumentaran, y fue aun peor cuando se acerco a la puerta, movió el picaporte y abrió la puerta emitiendo un gran rechinido que hizo eco en toda la academia. Entro lentamente y admiro el lugar recordando todos los buenos momentos que paso con sus hermanos.

--¿quien eres tu? ¿y que haces en mi casa?-- pregunta fuertemente una  voz gruesa.

El castaño levanta su mirada viendo a su padre parado en el barandal, y a su lado se encontraba Pogo y Grace.

--Hola sr. Reginald-- saludo el mayor casi en un murmullo.

--Papá, mira a quien nos encontramos en la misión,  es...-- lo interrumpe.

--Ya se quien es y no se como se atreve a pisar este lugar luego de que se fue de esa manera-- dijo enojado.-- al menos dime que haz estado entrenando y que ya controlas tus poderes--.

--Si señor, ya los controlo a la perfección-- explica haciendo volar algunos murcielagos por todo el lugar, luego con solo extender su mano los murciélagos volvieron a el y se acurrucaron desapareciendo.-- eh estado practicando mucho, espero que pueda volver a aceptarme--.

--Eso lo veremos mañana, te pondre a prueba delante de toda la academia y veremos si eres digno de volver a tu puesto, por ahora puedes volver a tu habitación de antes y esperar a tu prueba de mañana, y los demás vayan a dormir que mañana les espera un día largo-- dice para luego retirarse.

Numero ocho da un suspiro pesado y encamina a su vieja habitación,  al parecer no había cambiado nada, el viejo seguía amargado, los chicos seguían infantiles pero asi le gustaba.
Al entrar en su habitación vio que todo estaba en el mismo lugar que el había dejado, nadie movio nada, su ropa seguía allí, sus libros, sus velas e incluso sus dibujos, estaba todo en su lugar ordenado como debia ser.
Al ver que todo estaba en donde tenia que estar se tiro a la cama y quedo mirando el techo un largo rato.

--¿que tengo que hacer para que dejes de odiarme pequeño cafecito-- murmura para si mismo pensando en un castaño en especifico, estaba pensando si había alguna cosa que hacer para que el ojiverde lo pudiera perdonar.

Las horas pasaban como las ideas en su cabeza, lleno de amargura, de tristeza y de pereza, pareciera que cada cosa que hiciera lo afecta negativamente, y ahora para hacerle una sorpresa a su ojiverde tendría que pensarlo mas de 3 veces antes de hacerlo, y cuando se preguntaba si le gustaría llegaba esa duda en su cabeza diciéndole constantemente que no funcionaria, que se diera por vencido... que haga lo que haga número cinco no lo perdonará.

Mi primer amor💙// Cinco x T/N🏳️‍🌈//TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora