Capítulo 1._ De vuelta

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*Flesh*

El sonido de las garras de Hunter arañando la madera de mi puerta me despierta como todas las mañanas, él esta acostumbrado a dormir conmigo pero desde que llegamos a casa de mis abuelos no se despega de los establos, quiere jugar con todos los animales aunque estos lo ignoren o terminen enfadándose, eso si todos los días cuando el sol se levanta viene a despertarme o quizá solo a asegurarse de que siga con vida.

La casa de los abuelos ha sido como un revitalizante para mi alma, se respira paz y tranquilidad por donde quiera que vaya, me encanta estar con mamá y con ellos en la sala platicando de lo que sea, a veces el clima, partidos de fútbol, noticias del gobierno, de los animales, historias de mamá y papá o de mis abuelos y papá o historias mías de pequeña, estas últimas son las favoritas de mis abuelos y al parecer de Ilie, él se estuvo quedando tres días por semana llegaba jueves por la mañana y se iba los domingos, él es amante de los animales, mis abuelos le dieron trabajo en la granja cuidando de los caballos y otros animales, ahora Ilie les ha metido la idea en la cabeza de hacer un refugio para perros y gatos en un futuro. En conclusión es el nieto que hubiesen deseado tener.

—¡Flesh! —Escucho los gritos de mamá y lo único que hago es cubrir mis oídos con las almohadas para tratar de ahogar los sonidos.

No quiero levantarme de la cama pues esta es mi última mañana disfrutando de ella, de su comodidad, nunca, jamás ninguna habitación me dará la tranquilidad que me da esta, nunca ninguna otra me hará sentir tan cerca de papá.

—¡Flesh, levanta tu ex gordo trasero de ahí! —Gruñe mientras abre la puerta de mi cuarto, solo he bajado un par de kilos pero ella adora acosarme con ello—. Ilie esta aquí para ayudarnos a subir todo a los autos, necesitamos que este todo listo ya o si no nos atrapará la noche o la nieve en el camino.

—Ya voy mamá —contesto de mala gana.

Me levanto con los ojos aún pesados, Hunter brinca sobre mi y comienza a lamerme con desesperación como si él también intentara que me levantara.

Tomo un baño rápido, me visto con unos pantalones oscuros y una camiseta blanca, una cazadora café y mis zapatos del mismo color, luego bajo al comedor donde todos están desayunando ya. Ni siquiera me han esperado, en otra ocasión tal vez habría hecho un pequeño drama pero no ahora, no con Ilie y Thony ahí presentes. Ilie es tan correcto que comportarse como una chiquilla insolente y mimada da vergüenza.

Me sirvo el desayuno y me uno a la mesa, es el último día que compartimos la mesa con los abuelos después de un poco mas de dos meses y eso duele.

—¿Todo bien? —La mano de Ilie se coloca sobre mi mano izquierda que tengo apoyada en mis rodillas y de inmediato mis sentidos se ponen en alerta.

—Si —susurro—. Todo en orden.

Él me sonríe convencido y sigue hablando con mi familia. Ilie es muy atento, desde que llegamos a casa los días que se ha quedado con nosotros se ha preocupado siempre por el bienestar de mi abuelos, esta muy familiarizado con las personas mayores pues es voluntario en un asilo, también ha estado pendiente de mamá y de mi, de los animales, en fin de todo.

Incluso ha hecho algo que parecía casi imposible, me ha incitado a correr todas las mañanas, nunca había corrido mas de 10 metros sin comenzar a sudar frio y ahogarme del cansancio, pero me invito a hacerlo y no podía hacer el ridículo frente a él, admito que en un principio solo corría los días que se quedaba en la granja pero poco a poco comenzó a gustarme, orgullosamente puedo decir que llevo ya mas de un mes corriendo por las mañanas. Además de ayudarme a tomarle el gusto al ejercicio también me ha enseñado algunas reglas gramaticales del Italiano, es mucho más fácil de lo que pensaba o quizá él sea un muy buen maestro.

Ahora, es verdad. (Parte 2 VERDADES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora