Capítulo 59._ Desesperación

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—Hola ¿Quieres jugar conmigo? ¿No te sientes muy bien verdad? Tal vez quieras un poco de leche con galletas. —Se acercó el niño rubio por centésima vez para intentar entablar una plática conmigo, esta vez traía consigo dos sofisticados dinosaurios—. Puedo ir a la cocina a calentarte algo de leche, la leche tibia siempre consiente a mi pancita.

Me alejé de él abrazando mis rodillas en el medio de la cama cuando llegó a la orilla para intentar jugar conmigo, rápidamente retiró su mano pero no se alejó.

Me gustan los dinosaurios, eran animales grandiosos, enormes, los herbívoros eran lo buenos pero los carnívoros eran despiadados, hacían daño a los débiles y… —Él vio la expresión de horror en mi rostro por lo que hablaba de esos animales.

Damián era carnívoro, como él decía, tenía que serlo porque era malo, despiadado, era como un monstruo, un dinosaurio carnívoro.

—¡Oh, lo siento! Creo que no te gustan los dinosaurios ¿O te dan miedo?—. Bajó las manos derrotado con cierta tristeza reflejada en el rostro—. Descuida, aquí nadie te hará daño, mamá y papá nos protegen. —Esperó una contestación que nunca llegó—. Mañana traeré otra cosa, tal vez quieras jugar con astronautas. —Su voz se hacia cada vez mas inaudible y triste, lo vi levantarse de su lugar, él era bueno, él no era malo, él era como un dinosaurio herbívoro.

El niño comenzó a caminar hacia la puerta y por primera vez en mucho tiempo me animé a hablar con él, parecía inofensivo o no quería que se fuera.

—A-a-utos. —Tartamudeé haciendo que él se detuviera en seco.

—¡¿Autos?! ¡¿Quieres jugar con autos?!—Se giró para mirarme emocionado y solo asentí—. ¡Espera aquí, iré por muchos autos! —Salió corriendo de la habitación. —¡Mamá! ¡Mi hermano habló! ¡Mamá, él jugará conmigo!

Tenía al fin una familia, una buena familia”

*¡¿Zero?!* La voz de Ethan me trae de regreso a la realidad.

No sé por qué se me ha venido ese recuerdo de Daryl precisamente ahora.

¡Damian!

Su nombre se ha quedado resonando en mi cabeza.

La lluvia golpea con fuerza a mi auto, afuera todo es completamente oscuro y solo veo de vez en cuando las luces de los autos que pasan por la carretera, aquí dentro solo me iluminan las luces rojas y azules parpadeantes del tablero del auto.

Aún sostengo en mi oreja el teléfono, mi cuerpo entero se ha entumecido, no soy capaz de pensar o respirar con normalidad.

Damián me quiere a mi y ha aptado a mi hermana para conseguirlo. Todo es mi culpa, si yo no la hubiese encontrado, si no la hubiese contactado, él no sabría nada, ella estaría a salvo. La intranquilidad me corroe, Damián es un maldito, un cretino de mierda.

*¡Zero! ¿Sigues ahí?*

*Si, estoy aquí* me obligo a contestar ante la desesperación de su voz *Aquí estoy*

*Llegaré  tu casa en el menor tiempo posible* Resopla *Debemos encontrar una maldita solución*

*Tenemos que hacerlo* Digo por último colgando la llamada porque me cuesta articular las palabras.

Siento un pesado malestar en el pecho, es como si alguien me estuviese presionando con una fuerza anti natural, me arde la garganta y mis ideas están completamente disparadas, lo que debo hacer es muy claro, sin embargo me aterrorizan los demonios de mi pasado, Ava no era el objetivo, soy yo, soy yo, soy yo pero desearía inhumanamente que no fuera así, no tengo el valor suficiente para enfrentarlo.

Ahora, es verdad. (Parte 2 VERDADES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora