Capítulo 53._ Antes de todo.

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“Flesh” Escucho una pequeña vocecita que me llama “Flesh” parece ser mamá “Flesh” No, no es mamá es una voz masculina.

—¡Flesh! —Bruscos movimientos en mis hombros que hacen que mi cabeza se mueva como si se me fuese a reacomodar el cerebro me levantan—. ¡Con un carajo! pareces una piedra.

—¿Qué? —Balbuceo aún soñolienta.

—¡Vas a ir a clases! Faltan putos 10 minutos. —Dice Zero mientras se abrocha los pantalones.

Me levanto de golpe de la cama con el corazón alterado y los ojos ardiendo, miro mi reloj en la mesita de noche solo para confirmar que son a las 6:50 am.

—¡Mierda, mierda! —Grito y doy un salto de la cama, incluso me olvido que estoy desnuda y lo único que hago es salir corriendo hacia el baño escuchando una carcajada tras de mi.

Me meto en la regadera para tomar el baño mas corto de la historia y es ahí donde caigo en cuenta que el asqueroso de Zero ni siquiera hizo el intento de tomar una ducha, solo se cambió, recuerdo su cara de susto mientras lo hacía  y me río sola.

¿Cómo es que llegamos a esto?  A dormir en la misma habitación, no juntos pues él ha preferido dormir en el suelo pero compartir el mismo espacio ha sido un enorme logro.

No lo había visto desde hacia una semana, cuando me llevó a ver a Cloe y espero por mí durante horas, aunque esa noche no nos quedamos dormidos como ahora, bueno como ayer.

Ese día él me prometió que no me molestaría lo que restaba de la semana pues estaría llena de exámenes y entregas de trabajos finales y cumplió, solo lo vi en clases de francés donde solo se limitó a sonreírme de vez en vez, acongojándome el corazón cada vez que lo hacía pues no puedo dejar de sentir como si lo hubiera traicionado de algún modo.

Viernes tuve mi último examen, podría decirse que ese fue el tan esperado final de este año pero esta semana ahí iremos por algunas clases de regularización y cosas así, oficialmente salimos de vacaciones este viernes aunque ya podemos estar mas que relajados, excepto hoy lunes pues tengo un par de actividades en todas las clases que me harán valer el siguiente año como horas extracurriculares, además, darán los resultados de las becas  para el siguiente año.

Me ducho en menos de 5 minutos, me cepillo a velocidad luz y salgo enrollada en mi toalla a la habitación donde Zero está terminando de ponerse las bota.

Cualquiera luciría terrible al levantarse de la cama, cualquiera menos él, si se ve algo soñoliento pero es todo, incluso sus ojos ligeramente hinchados se le ven perfectos.

En cuanto me ve regresar a la habitación, él me mira de arriba a bajo, con una lasciva mirada, no disimula en absoluto y aunque no debería esa sola acción me ruboriza.

Es extraño describir lo que me pasa con él, no puedo dejar de sentirme feliz cuando lo tengo cerca i ruborizada cuando me mira del modo en el que me esta mirando justo ahora, tampoco puedo dejar de desear tenerlo a mi lado todo el maldito tiempo.

Después de la última noche que pasamos juntos solo estuve deseando que la semana se acabara para uno; terminar con los exámenes y dos; verlo nuevamente. El día viernes me dijo que me visitaría luego de mi trabajo y decir que estuve ansiosa todo ese día es poco, me sentía tan nerviosa como quien sufre de pánico escénico y se debe parar frente un escenario con muchísimas personas observando, bueno tal vez estoy exagerando un poco pero sí me sentí muy nerviosa. Para mi mala suerte el viernes nos fue imposible vernos pues los de su facultad tenía un trabajo pendiente y se quedó hasta la media noche en el salón de artes, o al menos eso fue lo que me dijo.

Ahora, es verdad. (Parte 2 VERDADES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora