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64.-El matrimonio Gallagher

Aclaraciones:

*Aidan y la rayis son mayor de edad (25 y 27 años).

*Lloré escribiéndolo, así que preparen sus pañuelos.

*He estado un poco deprimida, por eso el os triste :v.

—¿Y?— preguntó rascándose la nuca y metiendo su mano en su bolsillo.

—Negativo— bajó la mirada, dio un largo suspiro y caminó hacia la cama sentándose en la orilla.

—Hey— tomó su mentón obligándola a mirarlo—Esas cosas no son muy confiables, ¿Si?— le dio una mirada comprensiva—Podemos ir mañana a una consulta, si quieres— la castaña tomó sus mejillas, acercó sus labios a los de él y le dio un tierno beso.

—Me encantaría— le sonrió.

—Ahora, ¿Qué te parece si vemos un maratón de películas para subirte los ánimos?— ambos asintieron y se dirigieron a la sala de estar.

Había sido una noche demasiada larga para ella, Aidan se quedó dormido al instante en que su cabeza tocó la almohada, por su parte, ________ había tenido una pequeña charla consigo misma, ¿Cuál es la razón por la que no puede quedar embarazada?. Habían intentado de todo, todas las posiciones sexuales, ¡Incluso había cambiado su dieta!, sus tías y abuela le habían dicho que tomar agua de coco o de piña podían ser malas para la gestación, no cría en las supersticiones pero no había nada que perder.

A la tarde siguiente fueron a la clínica medica más cercana, unas horas antes Aidan había agendado una cita lo más antes posible, además, los sábados no eran tan atrajeados, así que el itinerario estaba vacío.

 —Entonces doctor, ¿Qué estamos haciendo mal?— preguntó el pelinegro poniendo una de sus manos en el muslo de su -ahora- esposa.

—Nada, por lo que me contaron, mantienen su vida sexual muy activa— ambos bajaron la mirada sonrojados—Tal vez aun no es tiempo, pero, si estas de acuerdo, podemos hacer un estudio— dijo el doctor dirigiendose a la ojimiel con una sonrisa comprensiva.

—¿Qué dices?— susurró Aidan mirándola.

—Creo que me sentiría más segura con una explicación médica, sí— asintió algo tímida.

—Bien, en ese caso— de los cajones de su escritorio sacó un pequeño vaso con tapa roja—Necesitaré una muestra de su orina— hizo una pequeña muestra extendiéndole el vaso.

Habían pasado un para de días desde que tuvieron su consulta, el ambiente había estado algo tenso, ambos habían pedido una semana de vacaciones en sus trabajos, Aidan estaba más atento de lo normal y a pesar de que no le desagradaba su comportamiento, sentía un poco de miedo no poder darle la familia que tanto anhelan tener.

—¿Estás bien?— cuestionó acostándose en la cama a un lado de ella—Has estado un poco rara éstos días.

—Sí— contestó sonriéndole—¿Por qué piensas eso?.

—Nada, es solo...— pareció pensarlo un poco—No quiero que te culpes si algo no sale bien— suspiró—No me enojaré contigo, siempre está la opción de adoptar, ¿Bien?— la mujer a su lado asintió, Aidan se acercó a ella y depositó un beso en su frente, esa noche se la pasaron viendo televisión y comiendo chucherías, fueron días muy largos y un momento de diversión no vendría mal.

Pasaron cinco días desde esa consulta, la asistente del Doctor Wilson había llamado a Aidan por la mañana diciéndole que los resultados estaban listos y quedaron de que irían a más tardar las dos de la tarde.