«38-1» Rumor; Táctica.

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En un desvío de la carretera 77, a lo lejos y entre los altos pinos, se encontraba la cabaña de Charlie Green, con su esplendoroso lago detrás de ella; al menos, eso seguía siendo una constante en su vida.

Todo se había destartalado desde la última vez que el señor Green estuvo sentado en su comedor. Alice se quedó reclinada sobre la motocicleta negra, dejando que el frío del metal le lastimara la mejilla. Antes de que Charlie la convenciera de ir a buscar a Roy Lavrov a su lugar de trabajo, Harry Palmer era una de las personas más leales y de altos valores que había conocido.

Harry fue siempre el modelo protector y la figura de hermano mayor que ella nunca tuvo. Su idolatre por Jason, le había creado una necesidad de alcanzar sus altos estándares de honor y justicia.

Pero había traicionado a Blair, a su princesa. La chica a la que ningún hombre sería digno nunca, porque su corazón era más puro y sincero que cualquiera. La había traicionado casi por debajo de sus narices.

Alice no quería llorar, pero no podría perdonarlo nunca.

Sus piernas aún temblaban cuando intentó bajarse de la motocicleta y al fallar, calló de boca al suelo. Maldijo el ardor que sintió en todo su lado izquierdo; y cuando se sentó en la rocosa tierra, notó que se había rajado una rodilla, los codos y la mejilla. De todas formas, agradecía que no se le hubiera caído encima la motocicleta.

Cuando oyó a Ragnar, ladrar y correr a su socorro, le rodeó el cuello tan fuerte que el perro jadeó sobrecogido. Alice sollozó tan fuerte, que Ragnar gimoteó entre sus brazos.

¿Por qué tuvieron que involucrarse tanto con ellos? ¿Por qué Blair tuvo que enamorarse del mujeriego y caótico, Adam Durden? ¿Por qué Babyface, entre todos los hombres del mundo, había elegido a Harry para experimentar?

Porque no podría ser otra cosa; Baby era inflexiblemente dado a las mujeres. Todavía recordaba la primera vez que su amiga había hablado de él; definiéndolo como el más codiciado entre el género y de una belleza que lo había llevado a adoptar un estúpido apodo.

El hecho de que el corazón de su mejor amiga se rompería solamente por un experimento agraviaba todo.

Se levantó, con el ardor en la piel haciéndola llorar, caminó hasta la entrada de la casa, pocas luces estaban encendidas y eran las que Betty siempre dejaba antes de marcharse, por ende, Charlie Green no había llegado todavía.

No se molestó en limpiarse las heridas, tampoco cubrirse de frío que comenzaba a sentir; solamente se lanzó a los sillones, esperando que el pitbull se acostara a su lado, que intentaba lamer el pequeño raspón en su mano.

Se secó las lágrimas y antes de cerrar los ojos, volvió a preguntarse; Y sobre todas las cosas de mierda, ¿Por qué sentía que nadie podría consolarla más que su corredor del Dodge Charder del '69?

Alice se despertó a la orilla de una playa bellísima. A lo lejos, también podía ver puntas de unas montañas. Todavía tenía el vestido de lunares y sus rodillas sangraban hasta los talones, pero no podía importarle menos; sabía dónde estaba.

¿Roy?

Buscó el auto negro con bruscos movimientos de cabeza; ya no estaba dónde lo había visto por última vez. En su lugar, a orillas del mar, el viento golpeaba un inerte cuerpo.

Alice se acercó jadeando del dolor en sus extremidades. Nuevamente, aunque se encontraba muy lejos del cuerpo, dio dos pasos y estuvo frente a él. El hombre tenía la piel pálida de un muerto, las ojeras rosadas y corroídas por el agua del mar, y la boca abierta. Alice se cubrió la nariz y la boca porque desprendía una inmundicia nauseabunda.

No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora