Alice se sentía sucia. Al igual que, cuando los niños, comían helado en la playa, se les ensuciaba las manos y la boca, se les llenaba de arena y se le pegaba el cabello a la boca. Al igual que cuando pisas barro bajo la lluvia.
Alice estaba reposada sobre la pared del baño en su casa, prestando oídos al sonido de la ducha golpetear contra el suelo. En defecto, no se estaba duchando.
Sostenía una toalla verde sobre su rostro, presionado lo más fuerte que podía. Eran pasadas la medianoche cuando entró en su casa con sumo cuidado, no sólo se encontraba Jason durmiendo, sino que un Harry Palmer se había apoderado de su habitación con la excusa de "no querer ver a su madre".
Había pasado toda la tarde con Charlie Green. Había permitido que le mostrase toda su casa, que le contara sobre la mujer que estaba pintada en el cuadro del comedor –que era su madre-, le había hablado de los autos que le gustaban, presumió los trucos que Ragnar conocía, se sentó a comer con él e incluso pasearon alrededor del lago que rodeaba su terreno.
Alice había pasado una buena noche con el señor Green, simplemente hablando como dos desconocidos, presentando una parte de sus vidas, ocultando las horrendas.
Incluso había reído de sus chistes y le correspondió con otros. Otra vez aquél maldito pensamiento la abarcó y le dejó una cicatriz.
«Si tan sólo lo hubiera conocido en otra situación.» Aquello mismo devastaba sus pensamientos cuando compartía un grato momento con Lavrov. ¿Cómo sería el señor Green en una relación?
Pero aquello no tenía lugar en sus pensamientos en tal momento. Bajo el sonido de la artificial lluvia, que ocultaba sus sollozos, practicaba lo que le diría. No quería equivocarse. Debería ser perfecto. '
Él la perdonaría. No había razón para no hacerlo. Estaba asustada.
«Roy» brillaba el nombre del contacto en su celular, deseoso porque presionara el botón verde. Sostenía, en su mano libre, las llaves de una Yamaha, lastimándola.
"Perdón" sería lo primero que diría. "No quería hacerte esto. Realmente no quería. No tuve opción. Por favor ayúdame a pararlo".
Entonces Lavrov la ayudaría, la perdonaría y se encargaría él mismo de continuar su batalla con Charlie Green.
Y su dedo estuvo realmente cerca de tocar el botón, pero nuevamente el miedo, la ansiedad y su cobardía la detuvieron. Se arrimó aún más sobre la tela gruesa, dejándose caer sobre el suelo que enfría sus extremidades. Realmente lo siento, Roy.
Pasaron varios minutos sonde Alice estuvo tendida en el suelo, esperando que los pensamientos que su verdugo causaban, cesaran. Cuando terminó de bañarse el agua parecía de un glaciar. Arrastrándose con pesar entró a su habitación.
Dentro de su cama -convenientemente- doble, su mejor amigo parecía dormir profundamente. Alice se recostó a su lado, Harry le mostraba su espalda desnuda y no tardó en abrazarse a él con fuerza, ocultando su rostro en ella.
Con sabiduría perspicaz y prudente, Harry Palmer pronunció las últimas palabras de la noche.
—La gente siempre te hará daño. El dolor forma parte de la vida— habló con voz ronca. —Lo importante es que tú sepas quién lo hace sin querer y quién lo hace sin quererte. Y lo que tú haces al respecto.
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No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADA
Acción«Roy sólo amaba dos cosas en su desastrosa vida; los autos rápidos y a ella.» «Cuando el amor termina; la locura comienza»