«5» Amor; Obsesión

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Ally apretó sus labios con fuerza. Ella no era una chica de shots, debía aceptarlo, muy a su pesar. El amargo alcohol, como veneno, se deslizó por su garganta, quemándola.

Descubrió que el tequila no era su bebida. Los chicos a su alrededor, se burlaron de su expresión.

Peter había convencido a Blair de salir de la taberna. Blair se había acercado bastante a tocar fondo; cuando Ally la vio hacer una arcada luego de tomar todo el contenido de su vaso, lo cual, era bastante.

Ahora, estaban a un par de cuadras del lugar donde la fiesta seguía sonando. Alice descubrió que no eran los únicos que se habían retirado un poco antes de lo normal. Más bien, la mayoría lo había hecho, y como ellos, se juntaban alrededor de sus respectivos autos a celebrar una especia de after.

Peter estaba junto a una de las mujeres que había conocido hace apenas unas horas, apoyado sobre el capó de su auto, con la chica entre sus piernas, le rodeaba la cintura con sus brazos. De vez en cuando, besaba su cuello o sus labios, incomodando a la mayoría de las personas presentes.

Blair estaba sentada en el lumbral de una casa, a unos pasos del auto de Peter, con su cabeza en el hombro de Alice y su cuerpo escondido en el gran abrigo de Babyface.

Alice al fin había descubierto al dueño de tan tonto apodo. Adam Durden, mejor conocido como Babyface, era un joven chico de veintiséis años –que apenas parecía de veinte-, tenía los pómulos afilados y marcados, resaltando pecas en el puente de su nariz, labios finos y rosados, ojos más celestes que el color mismo y cabello corto color miel. El hombre, sin duda, era hermoso y Alice se sorprendió ante tal belleza, incluso se maravilló más cuando Babyface sonrió y le dio honor a su seudónimo. Una sonrisa perlada brillante, con hoyuelos y cejas curvadas. El rostro de un lindo hombrecito.

Reconoció a Baby como el chico que la había separado de Roy dentro del boliche. Descubrió que sus amigos, Roy y dos chicos más –qué aún no se presentaban- lo llamaban tan sólo "Baby" –como babie-, y al chico parecía no molestarle.

Y allí, también, estaba Roy. Apoyado sobre un poste de luz, cubierto por una fina sudadera azul, la capucha cubriendo su gorra. Ally fingía no notarlo, con una sonrisa inmóvil, pero Roy no apartaba su latente mirada de ella.

—¿Pero no te molesta que te relacionan con un bebé? — Blair preguntó por enésima vez, con la voz temblante.

—¡No! — gritaron el aludido, Roy y los dos chicos desconocidos.

Las mujeres explotaron en carcajadas, excepto por Blair que se cruzó de brazos. Baby rascó su cabello. —Me llamo Baby hace más de quince años. Hasta mi mamá me dice así.

—Tu mamá también me dice así en la cama— agregó Roy con poco interés, bebiendo de su botella de cerveza. Nuevamente las risas se hicieron presentes.

—Ya quisieras estar con mi mamá.

Roy miró un punto fijo, intentando esconder una sonrisa.

Baby frunció el ceño. —¡Roy...!

—¡Es broma, es broma!

El rapado rodeó los hombros del chico, apretándolo pero recibió un golpe en un bíceps en forma de respuesta.

Ally dudó que le haya dolido. Rascó su nariz, aún con sus mejillas adoloridas por tanto reír, se puso de pie, jalando a una reservada Blair, junto con ella.

—¿Vamos? — no era pregunta, Alice ya comenzaba a sentir el sueño apoderarse de sus parpados. Ella no salía mucho los días de semana, inclusive si era viernes.

La enrulada hizo puchero. —Un ratito más, nos estamos divirtiendo.

Ally tiró su cabeza hacia atrás, abrumada. Pero, una brillante idea cruzó su cabeza. Se volteó hacia Peter y mirándolo fijamente, le preguntó — ¿Tú cuando te vas?

No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora