Fue una semana demasiado larga, Alice la pasó escondiéndose de Jason, evitando a toda costa hablar sobre su trabajo. Sin embargo, -de una forma u otra- la mitad del dinero que el señor Green le había dado había terminado en sus manos.
Estaba terminando la semana, y Alice se había encargado de evitar estar disponible para cualquier persona.
Por alguna extraña razón Blair le había pedido quedarse con ella en su casa. Palmer se caracterizaba por no ser una persona muy reservada, era muy extrovertida y siempre acudía a Alice cuando se trataba de sentimientos. Pero por primera vez no había parloteado sin parar; permanecía acostada en su cama, con las decorativas luces violetas, escuchando música y comiendo porquerías.
Ally preparaba el desayuno del viernes para Blair. El jueves por la noche habían cocinado un bizcochuelo de chocolate y galletas de naranja –las cuales quedaron horribles-, ahora estaba preparando waffles bañados en mucho chocolate derretido. Para estas amigas, engordar era la clave para superar un dolor en el pecho.
Blair salió del baño envuelto en una bata blanca y una toalla enredada en su cabello. Su rostro no era resaltado en maquillaje hace días.
Ally saltó al verla. —¡Mierda, Blair! ¿¡Qué te dije de usar mis maquillajes para disfrazarte de momia!?
La aludida se sentó en el banco de la isla de la cocina. —Cállate, Roselline— tomó un pedazo de torta y se lo llevó a la boca. —Por tu culpa tendré que internarme en un gimnasio el resto de la semana.
Ally vertió el líquido espeso sobre los waffles. La miró divertida. —Yo te preparo tus postres favoritos y tú me los desprecias de esa manera. Eso no es muy lindo de tu parte, querida. Púdrete, Blair.
—¿No ves qué es lo que intento? — dijo desanimada. —Tal vez si me pongo al sol, acelere la descomposición.
Sintiendo la culpa de no poder hacer sentir mejor a su amiga, Alice torció su cabeza. —Ay nena, no me digas eso— apoyó su mano sucia de condimentos sobre la pulcra de ella. —¿Segura que no quieres que vaya a golpearlo en la nariz? ¿O en las pelotas? Se me da muy bien las patadas, tú lo sabes— intentó ser graciosa, pero solamente recibió una mueca simulando ser una sonrisa.
—¿Golpear a quién, Ally? Ya te dije que es mi período.
Alice chisteó. —Ok. Sigamos fingiendo que no te conozco como a mí misma.
Blair se enderezó en su lugar —¿Hablaste con Roy?
Ally arqueó una ceja. Tomó el plato repleto de waffles y lo puso en medio de ambas junto a una taza de café para Blair.
Realmente Alice no quería hablar sobre ese tema, más específicamente, sobre él.
—¿Por qué debería hablar con él?
Blair le dedicó una muy mala cara. —Alice, te fuiste así por así de la carrera. Pareció que habías visto a un muerto. El chico debe haber estado preguntando por ti.
Alice inundó su boca con un gran bocado de aquel postre con chocolate. —No exageres... No creo que Jess me haya visto, y Peter no le dirá nada.
La morena asintió, torciendo su boca. Supo, entonces, que le estaba ocultando algo.
—¿Qué? — le preguntó a la rizada. Blair llevó la taza de café a sus esbeltos labios. —¿Por qué me miras así?
—Nada.
Alice dejó caer sus hombros. —Blair, por favor, te preparé el desayuno...
La castaña frunció su entrecejo. —Sabes, no puedes hacer algo lindo por alguien y luego echárselo en cara.
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No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADA
Ação«Roy sólo amaba dos cosas en su desastrosa vida; los autos rápidos y a ella.» «Cuando el amor termina; la locura comienza»