No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADA

«27-1» Escapada.

Alice observaba por la ventana, habían aparcado la camioneta viaja y oxidada junto al bellísimo Dodge Charger de Lavrov. Degustaba su propio brillo labial mientras se mordía uno de sus labios; "Hoy trabajo en el muelle" había informado de mal humor el corredor cuando lo había sorprendido en el taller de Henry.

Le había explicado el porqué de su mal humor; dado que Babyface no podía cuidar a sus primos (que no tenían clases ese día) y Alice se había ofrecido en su lugar.

Roy se había bajado de la vieja camioneta para adentrarse al edificio donde su tía y primos vivían. Alice estaba alerta ante el barrio que se encontraba.

Lo reconocía como el bulevar gitano al que su madre adoraba visitar en su juventud; en las tardes por las animadas personas que chismoteaban por los cafés y en las noches por las aventuradas fiestas que se llevaban a cabo en la calle, donde todos los vecinos asistían. Pero, en la actualidad, los vecinos dejaron de contar los chismes con un café y riendo, y pasaron a hacerlo en la intimidad y seguridad, y las fiestas entre ellos ahora eran propiedad de las mismas personas que asistían a las peleas y carreras en el Atracón.

Propiedad de personas como Roy y sus amigos.

O eso era lo que le había comentado su madre, ella jamás se había atrevido a cruzar por el barrio más colorido de la ciudad, pero a su vez, el más peligroso.

—¡Alice!— gritaron dos pequeños y alborotados niños corrieron hacia la camioneta entre gritos, risas y empujones.

Alice no tardó en bajarse con una enorme sonrisa y arrodillándose -sin importarle el sucio asfalto-, extendió sus brazos hacia Lili y Noah, casi tambaleándose cuando se arrojaron hacia ella.

—¿Cómo están, peques?— les preguntó animada cerrando los ojos cuando Noah le sacudió todo el cabello con travesura y Lili le tocaba las mejillas rosadas.

—Roy dijo que nos iban a llevar al muelle-

—Ally, ¡Mira! ¡Traje mi nueva muñeca!

— Porque Baby es un vago y no podía venir a cuidarnos-

—¡Le puse Ally, como tú!

—Porque tenía que salir con su novia –diag- o algo...

—Porque tiene el pelo marrón como tú.

—Pero yo sé que se quedó dormido. ¡Puff! Es obvio. Siempre le pasa.

Alice rio, alejándose de los niños y poniéndose de pie.

—¡Chicos, me están mareando!— tomó su cabeza exagerada y ellos se burlaron. —Vamos, súbanse a la camioneta y me cuentan de camino.

Ayudó a la pequeña Lili y a su muñeca a subirse al vehículo y le colocó el cinturón de seguridad mientras Noah le aseguraba que él no lo necesitaba, finalmente Alice lo convenció de que lo usara.

—Bestia...

Cuando se volteó, otra niña de piel clara y ojos color cielo estaba sobre los brazos tatuados de un corredor ilegal. La frágil Cassie se aferraba al cuello de su primo mayor, ocultando parte de su aniñado rostro, mirándola atenta.

—Hola, Cassie—musitó con una sonrisa, intentó no mirar demasiado la bandana lila de flores alrededor de su cabeza, ni los tubitos trasparentes que se conectaban a su nariz. —Al fin nos conocemos.

Roy acariciaba su espalda con la mano extendida. —¿No vas a saludarla, Cass?— le preguntó suave y Alice detuvo su atención en él por un instante.

La menor levantó su pequeña mano moviendo sus deditos y Alice se acercó más a ella. —Hola, Ally—tenía la misma melodiosa voz que su gemela.