«29-2» Ángel caído

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—¡ALICE! — había gritado hasta que la garganta le dolió.

Respiraba agitadamente mientras era perseguida por media docena de personas. Los tobillos le dolían por correr con las botas altas, los pulmones y la garganta por el aire tan frío; pero todo se opacó cuando lo vio a lo lejos. Ella supo hacia dónde dirigirse.

Charlie Green estaba apoyado sobre una plataforma de luces florecientes, con sillas como tronos, rodeado de personas que, sin escrúpulo alguno, intercambian dinero y alcohol. Vestía una campera de cuero, como muchos otros allí, pero la lucía como si fuera de tela santa.

Aquello la enfureció más.

Los gritos detrás de ella no podían detenerla, Roy casi llegaba cuando a ella cuando la vio de pie frente a uno de los hombres que más odiaba.

Ally vio los rosados labios de Charlie abrirse cuando estuvo frente a ella, pero lo cayó cuando estampo su mano contra la mejilla.

A palma abierta, no con un puño; porque el mensaje era claro. Ubicar no herir.

Roy se detuvo. Las personas alrededor quedaron en un silencio sepulcral, nadie se atrevía a decir nada, mucho menos moverse, y lo único que llenaba el vacío era la música aturdidora y la respiración agitada de Alice.

Observaba como Charlie Green volteaba el rostro lentamente, tocándose la mejilla con un dedo adornado por una calavera como anillo. —Cómo te vuelvas a acercar a él— la voz le tembló cuando habló, pero no dejó que sus ojos verdes la intimidaran. —Te mataré.

Roy los observó detrás de ella, sólo pasos los separaban. Al igual que el resto de sus amigos, llevó una mano a la cinturilla de su pantalón.

Su Bestia, Alice, lo que en tan poco tiempo se había vuelto todo para él estaba enfrentándose con la frente en alto a uno de los hijos de puta más grande que había conocido y no podía moverse. Estaba paralizado, en estado de shock.

—¿Tú? — habló el señor Green por primera vez. —¿A mí? — lo había dicho con desprecio, en un intento de rebajarla.

En un verdadero y natural intento de hacerla sentir inferir, Alice recordó cuando se besaron mientras lo miraba, sabía que él estaba pensando en lo mismo.

—Sí— dijo aún más firme. —Yo. A ti.

Charlie levantó una mano para tocar su mejilla con el dorso de esta, pero como una canción en coro, el sonido de gatillos opacó el silencio. —Piénsalo dos veces, Green— ladró Roy, apuntándolo con una pistola. Al mirar hacia atrás, Alice notó como desde Baby y Jess hasta Bruno y Harry, le apuntaban, detrás del señor Green, otras personas les apuntaban a ellos. —A ella no la tocas.

Charlie levantó las manos en símbolo de paz, Alice no podría saberlo pero aquello podría desatar una guerra entre pandillas. Sintió la mano de Roy tomar su campera en un puño y empujarla hacia atrás, los brazos de Baby la capturaron de inmediato.

Parecía más un intento de retenerla que protegerla. Vio como Roy bajaba la pistola para observar al hombre frente a él, quién le sonreía sínico.

—Te presento mis felicitaciones, Lavrov— habló con teatralidad, se volteó lentamente sin bajar la guardia. —¿Qué es esto? ¡Por favor, es una fiesta!— habló animadamente y los hombres detrás de él comenzaron a descender sus brazos armados, sin perder el contacto visual. —¡Vamos todos a seguir festejando! — y la música sonó más fuerte y la gente comenzó a romper la ronda que habían formado, demasiados asustados como para llevar la contraria de aquel hombre.

—¿Nueva novia? —pregunto y Roy le sonrió, asintió.

—No es de por aquí— dijo y sus hombros se relajaron, Alice se aferró al brazo de Babyface.

No puedo enamorarme (de ti) - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora