Once - Seducción

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YoonGi se posicionó detrás de Jimin, observo el trasero que tenía frente a el y se relamió su labio inferior mientras tenía pensamientos para nada inocentes con aquel niño.

Pues un gran trasero se cargaba el hijo de los Park.

- Para. - Escuchó del peli-negro pero hizo caso omiso y le bajó el pantalón de un tirón sin siquiera escuchar a Jimin que soltaba maldiciones a lo bajo de un murmuró.

- Dijiste que no tenías opción. Que yo te iba a forzar a hacerlo. - Acercó su parte íntima al trasero del peli-negro. Lo masajeó unos instantes en ella escuchando, sintiendo como el chico quería escaparse. Pero, aún con todo eso, aún cuando tenía su parte íntima chocando con la piel del menor.

Sentía que no lo estaba disfrutando.

En cambio Jimin sabía que su plan había fallado que aver apuñalado a YoonGi Min fue un error, pero también quería qué le explicará el porque no tenía ninguna herida, el porqué en su mano se hallaba sangre pero más no habia herida en su piel.

Obviamente el peli-negro sabía que el mayor no le iba a decir.

Lo más probable es que luego de esto lo maten. Ya no sabia que hacer, el tenía un plan, ya lo había dicho. Quería destruir a su padre y a los Min.

Entonces entregarse a YoonGi le estaría ayudando un poco y no solo eso, si se convierte en su juguete preferido podría manipularlo como el quiera.

El problema aquí era que Jimin no sabía nada sobre sexo, ni mucho menos que hacer para que al mayor le guste la actividad sexual. Entre todos estos pensamientos, también había algo que no le daba el valor de seguirle la corriente, «¿Y si igual me mata?»

- Que rayos.. - Escuchó de Min y a la vez dejo de sentir el miembro de este rozarse con su trasero. - ¿Por qué no siento nada?

Jimin quedó perplejo girándose rápidamente para encararlo.

No sabía que decirle. Tan solo lo miró porque aún se hallaba confundido.

- No siento excitación al rozarme contigo. - YoonGi lo miró serio y ante esa expresión Jimin solo pudo sentirse un poco ofendido y a la vez agradecido con los cielos por salvarlo de una posible violación.

Pero aún no podía quedarse así, el objetivo de Jimin era hacer caer al señor Mín ante sus pies. - Cualquier hombre se hubiera excitado con solo rozarme, si no me crees pregúntale a Zaico. - Jimin sonrió burlón.

YoonGi lo escucho claramente y sonrió ladino esta vez acorralando a Jimin en la cama.

- Pero yo no soy cualquier hombre. - Murmuró cerca a los labios del menor y este asintió con una linea de sonrisa en sus labios.

- Demuestramelo. - Miró fijamente al mayor.

Simplemente sus palabras habían calentado a YoonGi, las palabras que había dicho el menor estaban resonando en la mente del castaño.

Esas palabras le habian causado mucha excitación que se dio cuenta que en la parte baja de su pantalón se hallaba un bulto.

- Oh genial, sigue así Jiminie. - Dijo acercándose al cuello de su acompañante a dejar castos besos húmedos que iban en un camino de mordiscos y lamidas desde la parte baja de su oreja hasta los pezones del menor.

Jimin había caído, no por qué había perdido. Pero le estaba gustando aquellos besos que repartía Yoongi sobre el. A ciencias ciertas de el había descubierto que Min tenía mucha experiencia en el acto sexual, lo supo al sentir una especie de caricias en su abdomen y sus pezones.

Lo hacía tan profesionalmente que no evito gemir ante eso. Tal vez dejarse llevar era la clave para disfrutarlo más.

Por otro lado YoonGi estaba consciente de lo que hacía ahí abajo, hacía lo que siempre hizo con un chico. Beso, relamió y mordió delicadamente teniendo como regalo los gloriosos gemidos del peli-negro.

Se Mío [El  inmortal] - YM [VK+NJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora