Los brasileños somos conocidos por ser como una especie de plaga. Hay al menos uno en cada rincón del mundo. Algunos son inofensivos, otros causan caos. Y somos fáciles de reconocer. ¿Pero quién además de nosotros puede juzgarnos? Creo que todos hemos tenido el deseo de salir de Brasil. Aunque sea poco. Aunque sea por poco tiempo. Incluso sin el dinero para ello. Lo que nos diferencia dentre nosotros es nuestra motivación. Cada cuál tiene su motivación, aunque algunas son similares. Amanda es una de esas personas. Su motivación es la búsqueda de una vida mejor, económicamente. y vivir su tan soñada La La Land. Pero la vida nos muestra que los sueños y las metas, aunque intentemos alcanzarlos dejando la complacencia y afrontando desafíos, no siempre podremos alcanzarlos. No por nuestra culpa, sino porque siempre habrá obstáculos y algunos de ellos no los podemos controlar. Y no es culpa nuestra. Obstáculos que incluso los propios nativos pueden afrontar. Como es el caso de Elizabeth, quien enfrenta obstáculos al intentar buscar su independencia. Los sueños frustrados son amargos. Ellas conocen el sabor. Pero gracias a ellos, también conocieron el dulce sabor del amor. (Esta es una traducción de mi historia A EXTRANGEIRA que estoy escribiendo originalmente en portugués)