Leah:
Falta muy poco para las doce, los niños corren alrededor del árbol de Navidad. Estamos solo Estefany, Ihan y el pequeño Gael. Por otra parte estamos Gabriel y yo con mi pequeño embarazo.
Sí, estoy embrazada, luego de que el doctor nos dijera que no podíamos tener más hijos, decidimos acatarlo y buscar algunos métodos anticonceptivos. Pero como cualquier anticonceptivo, tienen su falla.
Ahora estoy embrazada de apenas cuatro meses, aunque lo he pasado fatal. Las nauseas no me dejan comer absolutamente nada. Le he agarrado asco a la colonia que suele utilizar Gabriel.
—Leah ¿Has visto a Ihan? —Pregunta Estefany con su vientre muy abultado. Ella también quedo embaraza, aunque ya tiene casi ocho meses de gestación. Ella esta esperando a una linda y grande niña, mientras que nosotros aun no sabemos el sexo de nuestro bebé, y tampoco queremos hacerlo.
—No, no lo he hecho.
—¿Dónde estará? Tengo antojos de pavo con gomitas... —La interrumpo.
—Por favor para ya. Aun tengo nauseas, no quiero tener que vomitar.
Me alejo de mi mejor amiga y tomo asiento al lado de Gabriel que estaba tratando de descifrar como armar un tren de juguete.
Me quedo observando como Gabriel lee las instrucciones, mientras que nuestro pequeño Matthew hace pucheros.
—¿Dónde están nuestra pequeña Grace y Vera? —Pregunto.
—Están jugando con Gael en el patio, creo que Ihan esta cuidándolos —. Contesta Gabriel.
—Gracias, amor. Iré a verlos, espero que no te compliques tanto armando ese tren de juguete —. Le doy un beso en los labios.
—Vayan a la habitación —. Grita Estefany a nuestro lado.
—¿Pol que tía? —Pregunta Matthew.
—Pregúntale a papi, yo estaré en el patio con tus hermanas y tu primo.
Me escabullo como puedo de la incómoda escena, dejando a Gabriel y Matthew en una incómoda conversación sobre lo que vamos a hacer en nuestra habitación.
Cruzo las puertas para observar a mis dos niñas jugando. Vera ya tiene siete años y Grace tres años al igual que Matthew. Me encanta verlos jugar e ver lo felices que somos ahora. Nosotros siempre tuvimos problemas, pero ahora todo esta en orden.
Mis hijos tienen todo lo que necesitan y mucho más.
—¡Mami ven y juega con nosotros! —Me invita Vera.
—Lo dudo, faltan solo dos minutos para que sean las doce. Podemos ir a abrir los regalos.
Todos entramos y nos sentamos alrededor del árbol. Aunque Estefany y yo nos sentamos en el sofá y no en el suelo como los demás.
Empezamos con la cuenta atrás para Navidad.
—10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 ¡FELIZ NAVIDAD!
Los niños se levantan a abrazarnos y decirnos feliz navidad. Empiezan a abrir los regalos para luego irse a dormir, no sin antes despedirse de sus tíos.
Me encontraba en mi cama leyendo el libro que me había regalado Ihan, cuando aparece un sexi santa.
Gabriel solo lleva puesto un gorro de Navidad y un bóxer rojo con bastones de caramelos.
—¡Feliz Navidad, Leah!
Gabriel empieza a recorrer mi cuerpo, llenándolo de besos y caricias. Entre mis manos, tomo su cabello negro.
—Creo que esto nos incomoda —. Dice refiriéndose a mi pijama.
—Sí.
Es ahí, en medio de caricias y besos en donde Gabriel y yo recibimos la dulce Navidad, agradeciendo todo lo que tenemos.
Nota de la Autora:
¡¡¡Hola!!! Aparecí y con un especial de Navidad. Solo viene por aquí para desearles una feliz nochebuena y feliz Navidad.
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Quizá es para siempre
RomanceEl tiempo nos dirá si lo nuestro era amor o una simple confusión. El tiempo nos dirá si tuvimos algo valioso y lo dejamos ir. El tiempo nos dirá si alejarnos fue una sabia decisión El tiempo nos dirá lo que hoy no queremos oír. ...