26. La Propuesta

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Gabriel

Leah me había sorprendido con los múltiples regalos que me había dado hoy en mi cumpleaños.

Primero, hoy por la mañana, me sorprendió con un desayuno delicioso. Luego tuvimos un buen polvo mañanero.

Segundo, mi hermano y mi cuñado nos invitaron a almorzar. Almuerzo que al parecer estaba previamente planeado por todos ellos.

Tercero, me regalan un viaje a Las Islas Fiji. Un lugar hermoso para pasar unas muy buenas vacaciones.

Estos fueron algunos de los regalos que me dieron mis amigos y familiares. Por más pequeño que fueran, me encantaron.

Hace unas horas las chicas se quedaron comprando algunas cosas en el aeropuerto. Mientras que Ihan, Andrés y yo nos quedamos solos.

No teníamos idea de qué hacer así que decidimos ir a un restaurante y comer algo. Pero al parecer estaba todo cerrado. Buscamos por todo el área de restaurantes del aeropuerto, pero no encontramos nada.

Al final decidimos esperar a las chicas en el lobby del hotel en donde íbamos a quedar estoy cinco días de vacaciones.

Todo iba bien, los chicos y yo estuvimos conversando un poco sobre lo del viaje. Ihan nos contó sobre el plan que tenía para proponerle matrimonio a Estefany.

Pero, de repente, tres chicas muy bonitas se acercaron a nosotros. Los tres nos miramos y decidimos no tomarles importancia a las chicas que habían interrumpido nuestra cálida conversación.

Cuando apartó mi vista del celular, me percató de que las chicas ya habían llegado del aeropuerto. Algo me decía que esto se iba a poner muy bueno.

Nunca antes había visto a Leah celosa, quizá está es mi oportunidad de verla celosa.

La primera en reaccionar es Estefany. La chica que estaba coqueteando con Ihan se aleja de ahí. Pero las otras dos aún siguen coqueteando con mi hermano y conmigo.

Vuelvo a mirar a Leah. Ella estaba muy neutral.

De repente Julia se acerca a la chica de cabellos negros y largos.

—¿No te parece guapo ese chico? Lastima que no esta soltero.

Y sin que nadie se lo espere Julia hace una revelación que deja con la boca abierta a más de uno.

— Pues es mi esposo perra —dice Julia mientras le muestra el anillo de compromiso.

La chica se aleja de inmediato, pero la rubia que aún seguía coqueteando conmigo, no parecía tener ganas de separarse de mi.

Vuelvo a mirar a Leah y ella seguía mostrándose indiferente ante la situación.

Un chico misterioso se hacer a a Leah y la toma de la cintura. Quizá a diferencia de ella, yo no puedo ocultar los celos o quizá yo si siento celos.

Me levanto y camino a grandes zancadas a donde estaba Leah. Tomó su rostro en mis manos y no hago nada más que juntar nuestros labios y dejar que mi lengua invada su boca. Ella no se niega, pues continúa mi beso sin ningún tipo de problema.

Al parecer el chico no entendió el mensaje de nuestro beso y continuó, muy mala decisión — Hey amigo, yo la vi primero.

Muy mala respuesta. Estampó mi puño en su cara, hasta que esta empieza a sangrar. Mi hermano e Ihan me separan del chico para que según ellos no lo mate.

Las siguientes horas fueron muy incómodas con Leah. No sabía cómo romper el silencio que se había creado entre nosotros. Por un lado me sentía culpable por mi escena de celos. Pero por otro lado, estaba enojado. No entendía ¿por qué? Leah no mostró celos con la chica rubia del lobby.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora