39. Recuerdos

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Leah

Gabriel había entrado a la habitación como si nada, pero su expresión cambió en un segundo al ver a una pequeña niña hablando conmigo.

No sabía si él había escuchado nuestra breve conversación. Pero que mas da. Tarde o temprano debía decirle sobre Vera.

Pero, ¿Estaba preparada para esto? ¿Quería que esto pasara en estos momentos?

No. La respuesta a todas las preguntas que estaba haciendo en mi cabeza era No. Creo que nadie estaba preparado para lo que yo estaba viviendo ahora.

Todo se volvió muy incómodo en cuestión de segundos. No sabía que hacer, o que decir, o a dónde mirar. Simplemente era incómodo, y no era la única que lo había sentido. Sabía que Gabriel estaba pensando lo mismo.

— Siento interrumpir. — dice Gabriel excusándose, pero aún estando en shock.

— ¿Quién eles? — pregunta Vera con mucha curiosidad. Algo que sin duda había heredado de mi.

Me aclaró la garganta buscando las palabras para contarle a mi hija que está en una misma habitación que su padre. — Él es...

Mi hija me interrumpe. — Mi papá...

El comentario de mi hija casi hace que me desmaye. No tengo el valor suficiente para voltear a ver a Gabriel en estos momentos.

Solo puedo escuchar unos paso en dirección a donde me encontraba sosteniendo la mano que estaba libre de intravenosa de mi pequeña hija.

— Yo... Yo. — Gabriel no puede pronunciar nada, y lo entiendo debe de estar pasando por un momento muy complicado, enterarse que es papá debe ser algo muy shockeante. — ¿Yo puedo hablar contigo un minuto?

Aún seguía con la mirada en el suelo. No tenía el valor para mirarlo y decirle que efectivamente Verá era su hija.

— Leah estale bien, ve con mi papá. — dice Vera. Me llamo por mi nombre así que no pude evitar preguntarle.

— ¿No me recuerdas? - ella niega con la cabeza. — Esta bien. Poco a poco lo harás.

Duele. Me duele mucho que mi hija sepa y reconozca a su padre al cual solo ha vista por algunas fotografías, y a mi no me recuerde. Me duele mucho que no me recuerde, pero confío en que poco a poco lo hará. Una parte de mi lo sabe.

— ¿Vamos afuera a hablar? — Gabriel me saca de mis pensamientos. Yo aún seguía sin poder verlo a la cara.

— Si, vamos afuera.

Gabriel abre la puerta y me da paso para poder salir primero que él. Cuando salimos me encuentro con Estefany caminando de un lado a otro y Ihan tratando de calmarla.

— Puedes adelantarte, yo iré a la cafetería. — le aviso a Gabriel, y este sigue su camino hacia la cafetería de la clínica.

— Lo siento, trate de impedirlo pero se me hizo imposible. De verdad lo siento. — dice Estefany tratando de estarse quita.

— Tranquila. Esto tenía que pasar tarde o temprano. Quizá ya era hora de que el supiera de la existencia de Vera. 

— ¿Y? — le doy una mirada de confusión. — ¿Estas lista para confesar todo? Tal vez a llegado el momento de confesarle quiénes fueron los responsables de todo.

Indirectamente, Estefany me estaba sugiriendo que le dijera a Gabriel quiénes eran los implicados en mi secuestro. Ella quería que le dijera que uno de los culpables eran sus propios padres y la futura madre de su bebé.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora