13. Los Cambios

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Leah.

En la imagen se podía ver perfectamente que Gabriel y Carmen estaban entrando en una joyería local.

No puedo creer que me esté haciendo esto después de haber tenido sexo anoche. Es un maldito hijo de puta.

La voz de Marisol me hace volver a la conversación— Leah ¿Pasa algo?

— Si, es solo que había olvidado por completo que tenía que ir a ver a Estefany—. Miento.

Me despido de las chicas y me subo al auto de mi hermana. Aún no se conducir muy bien, pero tengo un permiso para conducir hasta las nueve de la noche.

Conduzco sin un rumbo fijo. Sin darme cuenta estoy en casa de los padres de Gabriel.

A lo lejos veo a su madre, ella estaba hablando con otra señora. La otra señora se voltea y me deja ver su rostro. Se trataba de la madre de Carmen. Antes de entrar a su casa, las dos señoras miran hacia los dos lados como si fuesen sospechosas de algo.

La notificación de un mensaje hace que me asuste, desbloqueo mi celular y es un correo de la universidad a la que asistiré.

El correo decía que las clases serán adelantadas una semana. Eso significa que mis planes de quedarme dos semanas en Colombia se van al carajo.

Pongo el auto en marcha y me dirijo a mi casa. Tengo muchas cosas como para quedarme observando lo que pasa en esta casa.

Al llegar a mi casa mi madre estaba hablando por teléfono, como de costumbre, mi hermana estaba en la cocina con su mejor amiga Carolina. Y mi padre no estaba, de seguro estaba con mi hermano trabajando.

Aprovecho que esta Carolina en casa y le explico que necesito que me ayude con el cambio de fechas de mis boletos de avión.

Ella accede sin ningún problema.

— Me siento toda una anciana. Aún recuerdo cuando llegaste a la escuela y nos dijiste que tu madre estaba embarazada—. ella me abraza— No puedo creer que esa bebé que siempre llevábamos de paseo ya se esté llendo a la universidad.

Mi hermana se une al abrazo grupal. Yo me separó de ellas. El vuelo que me habían conseguido salía mañana en la noche no tenía tiempo que perder. Aún tenía que ordenar el apartamento que había comprado cerca de la universidad.

Antes de salir de la cocina mi hermana le dice a Carolina que ya había perdido mi virginidad.

Me volteo— ¿Es en serio, Daniela? Te voy a matar si lo andas esparciendo por ahí—. Le digo a mi hermana en tono de reproche.

Subo a mi habitación y comienzo a empacar algunas cosas. Empaco solo las cosas que no venden en Estados Unidos y que en verdad necesito.

Luego de unos minutos recibo varios mensajes de Estefany.

6:25 p. m.

— Te estamos esperando.

— Contesta Leah, es grave.

6:26 p. m.

— Es sobre Max.

6:26 p. m.

— ¿Qué le pasó a Max? ¿Él está bien?

6:27 p. m.

— Sí, él está bien. Pero sólo quiere hablar contigo sobre algo. Por favor ven rápido. 


Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora