Quizá es para siempre

25. Eres Perfecta

Gabriel llegó a casa acompañado de su hermano, Andrés y la novia de este. Julia se acerca a mi y me saluda muy gentil, como siempre. Andrés hace lo mismo y se acerca y deposita un suave beso en mi mejilla izquierda.

Tenía mucho tiempo sin verlos. Desde aquella pelea que había tenido Andrés con sus padres, ellos decidieron irse a México, para separarse un poco de todo lo que estaba pasando. Y creo que fue la mejor decisión que pudieron haber hecho.

—Hola, espero no haberlos interrumpido — dice Andres mientras que se acomoda en el sofá.

— No, claro que no interrumpe, siempre serás bienvenido en esta casa — respondo mientras me pongo cómoda al lado de Gabriel.

Julia empieza a hablar — Queríamos invitarlos a almorzar. Hoy es tu cumpleaños número 23, Gabriel. No todos los días se cumplen 23 años — dice Julia con esa característica sonrisa en su rostro.

— Si, hermano. Además tenemos que ponernos al día, en este año han pasado demasiadas cosas. ¿Qué dices? — agrega Andrés mientras que toma a Julia por la cintura.

Gabriel intercambia miradas conmigo. Al parecer el está muy sorprendido por la llegada "sorpresa" de su hermano y su cuñada.

Lo que Gabriel no sabía es que me había puesto en contacto con Andrés y Julia hace unos meses cuando estaba organizando el viaje.

Gabriel rompe el silencio — Pues claro, que mejor forma de pasara mi cumpleaños que con mi verdadera familia.

Todos salimos del apartamento, no sin antes tomar mis regalos para Gabriel. Además del viaje, también compré un par de zapatos únicos en su modelo, sabía que tenía mucho tiempo queriéndolas.

Mi cuñado y su novia se fueron en su propio auto, en donde llevaban todas las maletas que había empacado para este viaje. Pues, hoy mismo, saldría el viaje con destino a las islas Fiji.

Por nuestra parte, Gabriel era el encargado de conducir como siempre. Odio conducir con todas mis fuerzas.

— ¿Qué te pasa? Desde hace unos días te noto muy extraña — Gabriel interrumpe el silencio que habíamos creado involuntariamente hacia el camino al restaurante.

— Nada, ¿Por qué piensas que estoy extraña?

— No me mientas. Te he notado muy extraña últimamente. ¿Te sientes bien?

— Sí, estoy bien. Pero hoy no te tienes que preocupar por mi. Hoy es tu cumpleaños y además tengo muchas sorpresas para ti hoy.

- ¿Ah si? Y ¿Se puede saber cuáles son esas sorpresas? — justo en ese momento llegamos a un semáforo que estaba en rojo. Así que, Gabriel aprovecha para robarme un beso.

— Eso es jugar sucio — le digo mientras le limpio los restos de labial rojo de sus labios.

— No se de que me hablas. Yo nunca juego sucio — lo miro con u a expresión muy irónica. Él continúa — Y entonces ¿Cuál es esa sorpresa? ¿Ó quieres que te de otro beso para que me lo digas?

— Puedes darme los besos que quieres pero jamás voy a rebela las sorpresas que tengo para ti.

Justo en ese momento llegamos al restaurante, en el restaurante nos estaban esperando Julia y Andrés. Al parecer ellos tomaron otra ruta más rápida.

Todos empezamos a ordenar nuestra comida. De entrada pedimos una ensalada. De plato principal, la comida favorita de Gabriel, el filete mignon.

Yo no soy muy fan de la carne, pero este restaurante hace las mejores carnes del mundo, a mi parecer.

El tiempo había pasado muy rápido y ya eran las 3:47 p.m.