43. Ella Está Muerta.

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Leah

Los nervios y la angustia me estaban carcomiendo por dentro. No sabia ¿Por que se estaban llevando a Gabriel por un delito que había pasado hace unos cuatro años atrás?

Sin duda esto tenía que ver con Carmen y Max. Quizá ellos ya se habían enterado de algo. No me sorprendería en lo absoluto saber que son ellos los encargados de la detención del padre de mi hija Vera. 

Mi hija Vera que hace pocos segundos me había hecho la pregunta que más temía. No tenía una idea de como responderle. 

— ¡Mami, Mami! ¿Y papi? — Vuelve a preguntar mi pequeña mientras que sostiene al peluche que le había obsequiado su padre hace unas pocas horas.

Daniela, mi hermana, decide intervenir al ver que no tenía las palabras o las ganas para mentirle a mi hija sobre su padre. — Papá tuvo que irse con esos señores a buscar algunas cosas.

— ¿Qué coshas? — Insiste mi hija. ¡Joder! Ella es igual de intensa que su padre, sin duda.

— Tu papá tuvo que ir a buscar mucha comida para ver todas las películas de tus princesas favoritas todos juntos. Pero el volverá pronto, no te preocupes ¿Esta bien? — Ella asiente. 

Vera se va de la sala al ver que mi madre aparece de la mano de mis sobrinos. Mi madre y mis sobrinos se sientan en el sofá principal de la sala de estar y al cabo de unos pocos minutos todos se quedan dormidos a excepción de mi madre.

Yo cargo a Vera en brazos y la llevo a mi habitación para cambiarla y dejar que duerma toda la noche, ya era muy tarde y ella debía tener reposo como nos había indicado el doctor. Yo pensaba seguir los tratamientos y los cuidados a rajatabla para que mi pequeña se recuperará los más rápido posible. 

Después de cambiar a Vera y dejarla durmiendo plácidamente en mi cama, decido darme una ducha rápida y cambiarme de ropa rápidamente para ir a visitar a Gabriel y saber que era lo que estaba pasando en la estación de policía. Una parte de mi estaba tranquila porque mi padre y mi hermana estaban en el lugar, y estaban moviendo todos sus hilos para poder resolver todo lo más rápido posible. 

Me puse lo primero y más cómodo que encontré en mi armario y salí corriendo hacía la estación de policía, pero cuando iba pasando por la cocina de la casa de mis padres, mi madre me intercepta bruscamente dándome un poco de comida para llevarle a Gabriel. No había caído en cuenta de que quizá aún no había comido nada en todo este tiempo. 

***

Al llegar a la estación de policía me encuentro con la estación de policía muy llena. Habían demasiadas personas en ese lugar que difícilmente se podía acceder al mismo. Me sorprendió mucho el encontrarme con algunos medios de comunicación locales e internacionales, esto me daba muy mala espina, sentía que algo estaba mal. Y no me equivocaba en lo absoluto. 

Cuando logre entrar al lugar me encontré con muchas caras conocidas como; mi hermana, mi padre, Andrés, los padres de Gabriel, Carmen y ahí estaba el abogado y mano derecha de Max. Ahora lo que menos me incomodaba era la presencia de los padres de Gabriel o la molesta e irritante presencia de Carmen. Lo que más me incomodaba en estos preciso momentos era la presencia dela bogado de Max. Eso significaba que el estaba aquí, ellos nunca se separaban.

Tanto él como Max estaban igual de locos o quizá el abogado un poco más que Max. Muchas de las tantas veces en las que Max me obligaba a tener relaciones sexuales con él, contábamos con la presencia del abogado de Max. Fue un momento incomodo y repugnante porque a pesar de que ya me había acostumbrado a los abusos de Max, no estaba lista para todo lo que tanto Max y el abogado me hicieron esa noche.

Mi presencia en el lugar llama la atención de todos los presentes en especial la del abogado de Max. Él me dio una sonrisa de boca cerrada que causa escalofríos en mi. Esos ojos verdes me estaban mirando fijamente con cada movimiento que hiciera y me daba miedo. Por otro lado, tenía a los padres de Gabriel y a Carmen sentados en una fila de sillas de metal unidas. Pude sentir el ambiente y sus miradas pesadas en mi cuando camine por delante de ellos para llegar a donde se encontraban mi padre y Daniela.

— ¿Qué noticias hay? — les pregunto mirando a los dos intercaladamente.

— Por ahora sabemos que no lo pueden tener retenido por mucho tiempo, máximo unas horas más. Su caso es relativamente sencillo, la denuncia no tiene cuerpo porque esta hecha unos cuatro años después y la ley aplicaría vencimiento de términos. Además el hospital en donde fue atendido Max hace unos años tuvo un incendio hace unos meses y perdieron mucha información entre ellos los de Max. — Comenta mi hermana.

No podía explicar toda la emoción que invadía mi cuerpo.

Mi padre continua hablando por Daniela. — Pero Leah necesitamos que confiese todo lo que paso en estos tres años. Será de mucha ayuda para el caso de Gabriel y para poder meter a Max y a su grupo a la cárcel de una vez por todas. Solo piénsalo. Podrías vivir una vida en paz con Vera y así no tendrías que estar pensando dos veces cada vez que queras salir. 

No necesitaba pensarlo más, sabía que debía decirle todo a la policía y este sin duda era el mejor momento. Todos los sospechosos de mi secuestro estaban en un mismo lugar.

— ¡Sí! Lo voy a hacer. Voy a confesar todo. — le dije ami padre y a mi hermana. En sus rostros se formo una gran expresión de felicidad y satisfacción, mientras que yo por dentro me sentía muy nerviosa. No sabía ¿Qué hacer? o ¿Por dónde empezar a confesar todo?

Mi padre llama la atención de un agente de policía disimuladamente, este se acerca a nosotros y mi padre es el encargado de explicarle la situación. Y en menos de cinco minutos ya estábamos en una pequeña sala de interrogatorios mi hermana y yo. Le había pedido a Daniela que me representara como abogada, no quería que mi padre me representara porque muchas de las cosas que me habían sucedido en estos años eran muy fuertes y sabía que mi padre era capaz de salir de la pequeña sala de interrogatorios y matar a Max sin importarle nada a su alrededor.

— Me dijeron que estaba dispuesta a confesar cuáles son las identidades de sus secuestradores.  Yo asiento con la cabeza. — Muy bien, pues empecemos.  A continuación te haré unas preguntas de lo sucedido todos estos años.

El interrogatorio demoro más de dos horas, pero pensé que sería un poco más, trate de resumir los hechos lo más que pude. Cunado Daniela y yo salimos de la pequeña sala, pudimos presenciar el momento exacto en el que esposaban a los padres de Gabriel. Pero Carmen se resista a su arresto y ella se soltó del agarre del policía y escapo corriendo hacia la calle. De repente se escucho un fuerte estruendo seguido de un grito de ayuda.

Muchas personas salieron a ver la escena. Una señora que había visto el accidente entra y grita por toda la estación de policía. — Ella esta muerta. Ella esta muerta.

Daniela no pudo evitar ir a ver quién era la persona que estaba muerta. Era Carmen y había sido atropellada por un gran camión recolector de basura. Mis manos viajaron a mi boca que había formado una 'o'con mis labios. 

Carmen estaba muerta.No podía decir que estaba contenta de que Carmen estuviese muerta. Sí, Carmen nos había hecho tantas cosas pero esa no era razón para desearle la muerte o algún mal. A mi parecer la cárcel sería suficiente para ella.

Gabriel fue liberado inmediatamente después de que sucediera todo lo que paso con Carmen. Los padres de mi novio pasaron al frente de mi murmurando profanidades, pero no me importaba tenía Gabriel para que me protegiera de todo los demás.

Pero de repente apareció la persona que más detestaba: Max. Él se acerco a nosotros y le dijo a Gabriel. — Cuídala que si vestida es arte , desnuda es poesía. — dejo sus palabras y se retiro lentamente.

Podía sentir lo tenso y lo enojado que estaba Gabriel, pero sin que el se lo esperará, le doy un beso en los labios. Ahí a la vista de todos, no importaba nada. Solo eramos el y yo Quizá para siempre.

Nota de la autora:

Carmen está muerta, Los padres de Gabriel y Max arrestados. ¿Será que estos dos serán felices quizás para siempre?










Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora