5. La Noche Aún No Termina

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Gabriel

Hoy es el día de la fiesta sorpresa de Leah, su mejor amiga, Estefany es igual de despistada que ella. No me sorprende que por eso sean tan unidas.

Salgo de mi apartamento dudoso de ir o no a esa fiesta. Al final decido ir. Leah y yo somos muy buenos amigos aunque ella nunca haya hablado conmigo en todo este tiempo que estuvo en el extranjero.

Han sido más de tres años en los que no se nada de Leah. Tres largos años que no he sabido ¿cómo ha estado? o ¿qué ha hecho con su vida? 

Al llegar a su casa siento una extraña sensación, tantas cosas. Miles de recuerdos vienen a mi mente, pero solo uno es el que recuerdo perfectamente ahora mismo.

Eran las dos de la tarde y habíamos quedado en vernos en casa de la abuela de Teresa para hacer tareas. La abuela de Teresa vivía justo al lado de Leah. Tenía la esperanza de verla, necesitaba contarle algunas cosas.

Al llegar la señora Harris nos esperaba con algunos snacks. Todos estábamos excepto ella, pero que esperaba quizá ella estaba haciendo sus tareas.

De repente una sombra aparece detrás de Teresa, era ella. Ella aún estaba con el uniforme de la escuela y estaba con su amiga. Supongo que es Estefany su mejor amiga.

Ellas dos pasan a mi alrededor hasta llegar en donde estaba su abuela. Su abuela asiente con la cabeza y luego llama la atención de todos nosotros —Chicos si no les molesta, ellas se pueden quedar a ayudarles.

Todos se miran entre sí y yo sin dudarlo me muevo de donde me encontraba y digo —Nosotros estamos de acuerdo en que te quedes...—. Todos se me quedan mirando—. Digo que se queden las dos a ayudarnos...

Aún recuerdo la mirada de sorpresa que me dio Leah al escuchar mi comentario.

Luego de unos minutos después de que llegaran las chicas a ayudarnos, Teresa toma el control de la situación asignando a todos que deben hacer. A Leah y a Estefany les tocó hacer las letras para los títulos y subtitulos.

Solo quedábamos Teresa y yo sin un grupo así que ella al final decide ponerme en el grupo en donde estaban Leah y su amiga.

Ellas me miran con una expresión de sorpresa, pero Leah rompe el silencio cuando me acerco a ellas —. Parece que no puedes estar lejos de mí...

Si en ese instante ella hubiese sabido todo el daño que me hizo el no verla creo que las cosas entre nosotros hubiesen sido distintas. O quizá seguirían completamente igual.

Yo le regalo una sonrisa, que hace que ella se ponga nerviosa. Leah te conozco tanto que se cuando te pones nerviosa, siempre jugueteas con tus dedos y con tu anillo—. Eso quisieras— Ella me da una mirada de confusión—. Me refiero a que siempre estas en los mismos lugares que yo justo al mismo tiempo. ¿No crees que sea el destino?

Ella me da una mirada de suficiencia —. Más bien creo que es una casualidad que tú y yo nos encontremos siempre. No creo que sea cosas del destino, no creo en ello. Y ¿Tú?

Le respondo de inmediato — Yo si creo en el destino, a veces pueden haber obstáculos en una relación, pero aún así esas personas quedarán juntos porque son cosas del destino.

Ellas dos tienen una expresión de sorpresa al escuchar mi respuesta. Creo que simplemente no se lo esperaban en lo absoluto.

Luego de que Teresa nos dijera a dónde podíamos hacer las letras para el trabajo, los tres nos vamos a ese lugar. Al llegar allí nos damos cuenta de que se nos quedarnos algunos materiales y Estefany se dispone a buscarlos luego de decirle algo al oído a Leah, que claramente la puso un tanto incómoda.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora