17. Segura De Que Era Vino

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Estefany

— No le puedes decir a Leah que espere un poco. Aún no hemos llegado a segunda base — Me dice Ihan, mientras trata de jalarme para quedarme en la cama.

Mi cuerpo esta muy adolorido, ayer cumplimos 3 meses juntos, y no hay mejor manera de celebrarlo que con sexo.

Follamos como conejos en cada parte del apartamento, jadeamos lo más fuerte que nos permitimos. Pero nuestros momentos de pasión, fueron interrumpidos por la llamada de Leah.

Dijo que me necesitaba urgente, así que me di una ducha rápida y agarre el vestido que me había obsequiado Ihan como regalo.

Salgo del apartamento y me voy en dirección a la casa de mi mejor amiga.

Entro a su apartamento invadiendo el mismo. Tengo unas copias de las llaves por si algo pasa.

Tomó asiento en un muy cómodo sofá — Y bueno, ¿Pará qué soy buena?

La expresión de Leah era de nerviosismo — Bueno, pues tengo una cita con...

La interrumpo, no lo puedo creer — ¿Con quién? ¿Con Gabriel?

Ella se veía muy incomoda por mi comentario — No, con Max.

¿Qué? No puedo creer que Leah vaya a tener una cita con Max. De todos los hombres del mundo, ella va y acepta una cita con Max. Mi cuñado.

No es que esté celosa de mi mejor amiga. Pero es que hay algo en Max que no me gusta.

— Me estas jodiendo ¿Verdad? — ella mueve su cabeza hacia los lados — Leah ¿Desde cuándo te gusta él? Osea, no es que no sea guapo ni nada por el estilo, pero es que nunca te escuche hablar de él — le digo en un tono de reproche.

— Es que todo fue muy rápido, solo sucedió — me contesta evadiendo mi mirada.

—¡¡¡Te acostaste con él!!!— le digo asombrada.

— No, no me he acostado con él...

Después de ayudar a mi mejor amiga a escoger un buen conjunto para su cita, yo me dirijo a una tienda de cafés. La primera que veo era Starbucks así que me bajo del auto y compro un café helado con caramelo.

Al entrar a mi apartamento un delicioso aroma de pasta invade mi nariz. Ihan estaba cocinando una deliciosa lasagña. Él estaba vestido con un traje a la medida muy elegante. Me acercó a él y depositó un suave beso en sus labios.

Sus labios sabían a vino tinto, mi favorito. Este chico me vuelve loca. Me ha cambiado tanto. Ha cambiado mi forma de pensar, mi forma de ver el mundo. Simplemente este chico es perfecto.

—Mi lady — me mira fijamente con esos ojos marrones con un toque de verde — Tiene un regalo en su habitación — me dice en un tono muy formal con algo de picardia.

En la habitación me encuentro con un vestido verde. Es muy bonito el vestido es tal cual me gustan. Desde que empecé a salir con Ihan, he usado vestidos ceñidos a mi cuerpo. Antes de conocerlo no era muy segura de mi cuerpo. Pero él me dijo que mi cuerpo era perfecto y al que no pareciera así que se fuera a la mierda.

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