35. ¿Eres Tu?

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Leah

Estaba muy nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar mi mejor amiga a la existencia de Vera.

Pensé que estaría muy sacada de onda, pero fue todo lo contrario, y me alegra mucho que haya sido así.

Todos estos años han sido muy difíciles y no estaba muy segura de si quería seguir con esto.

Mi vida siempre ha sido de altos y bajos. Un día estoy bien, y al otro día no tengo ganas ni de levantarme. Cuando estaba en la secundaria y empecé a entablar una amistad con Gabriel, muchas de mis inseguridades se fueron a la mierda. Me sentía muy segura porque era la mejor amiga del chico más popular de la escuela.

Pero luego cuando tuve que ir a los Estados Unidos, todo fue un caos. Era la nueva, la nerd y la problemática. Ellos intentaban molestarme y fastidiar mi estadía en el campus. Al principio era muy indefensa, pero un día me dije a mi misma a que nadie tenía el derecho de molestarme o fastidiarme.

Esa mañana me levante y como de costumbre estaban ese trío de chicas en la entrada del aula listas para molestarme. Me plante frente a ellas y cuando terminaror de insultarme les di una sonrisa de suficiencia. Los insultos no pararon, pero ya no era la misma chica que se dejaba pisotear.

Luego decidí volver a Colombia y me encontré con él. Gabriel. El chico que me hacía sentir mariposas en el estómago nuevamente, luego de que había tomado agua para ahogarlas. Pero al parecer sólo les había dado la fuerza para recuperarse de su rechazo, porque cunado lo volví a ver sentí un huracán en mi estómago. Sentía tantas cosas que no las podía explicar.

Pero como nada es para siempre, él y yo nunca pudimos estar juntos. Él tuvo que tomar su camino y yo el mío. Aunque mi camino no fue bueno.

Decidí irme con Max, una de las peores decisiones que he tomado en toda mi vida, sin duda. Pero sólo quería llenar ese gran vacío que había dejado Gabriel en mi. Y fue por eso que estuve con Max. Nunca creí en la frase "un clavo saca a otro clavo". Nunca creí en eso, pero fue lo que hice. Pero el primer clavo nunca pudo salir, lo único que hice fue encajar aún más el clavo.

Soporte muchas cosas de parte de Max, solo porque pensaba que me lo merecía. Me merecía eso y muchas cosas por aceptar ser la amante de la persona que amaba y que estaba a punto de casarse.

Pero me di cuenta que ninguna persona merecía todo lo que llegué a sufrir a su lado. Me sentía muy hipócrita, porque años atrás me había prometido no ser pisoteada por nadie nunca más. Y ahora estaba sufriendo maltratos físicos y psicológicos de mi pareja. Sin duda alguna una de las peores experiencias de toda mi vida.

Pero como dicen algunas personas "luego de la tormenta, viene el arcoiris". Pensaba que era así. Por fin Gabriel y yo estaríamos juntos quizás para siempre, pero no fue a si.

La vida quiere que estemos juntos pero no en una relación. Y me duele, y duele demasiado que cada vez que queremos estar juntos alguien se interpone entre nosotros.

Luego de todo lo que tuve que pasar al lado de Max, luego de que me secuestrara. Lo último que quería es que otra persona tuviese que pasar lo mismo que yo. Y menos mi hija.

Cuando nació Vera, empecé a ahorrar dinero para salir de ese infierno en el que estábamos viviendo. Vera no se merecía los maltratos que yo sufrí por amor a Gabriel. Me costó muy caro pagar el amor que le tengo al padre de Vera.

Porque sí, aún después de estos años, sigo amando a Gabriel con todas mis fuerzas. Él me ha hecho daño, al igual que yo a él. Pero nunca fue nuestra intención lastimarnos. O por lo menos nunca fue mi intensión.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora