29. Las Dos Opciones

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Leah

Tenía mucho tiempo sin ver a esa señora. Una señora que estaba rondado los cincuenta años de edad, de estatura promedio, cabellos castaños y ojos azules como el mar. Igual a los de él.

Era la madre de Gabriel, era la señora Evans. Sabía que ella no agradaba de mí desde que Gabriel decidió no casarse con Carmen. Pero no creía que fuese capaz de cumplir sus palabras.

La señora de cabello castaño se acerca a mi con una postura firme y segura — No puedo creer cómo piensas que esto. — me da una mirada de desprecio —Te das cuenta de lo hermosa que eres, Carmen.

Carmen se limpia las lágrimas y se acerca a donde está la señora Evans — Si. Pero aún así Gabriel, el amor de mi vida, la escogió a ella antes de a mi — una risa irónica se me escapa, haciendo que todos me maten con la mirada.

Max, que hasta ahora se había mantenido callado, decide romper el silencio que se había producido luego de mi risa sarcástica.

— A ver señoras, aquí está claro que Leah sólo tomó una mala decisión al querer irse con ese — Max se acerca a mi, tocándome una mejilla. Se acerca aún más. Puedo sentir su aliento caliente. Estaba ebrio. El pasa su lengua por mi mejilla — Tu eres mía y de nadie más.

Carmen lo aparta de mi — Tu arruinaste mi futura vida con Gabriel. Pero tu también puedes arreglarla.

La señora Evans continúa — Solo tienes que hacer lo que te vamos a pedir. Vamos a hacerte pasar por muerta a los ojos de todo el mundo. Tu desaparecerás de la vida de mi hijo y su futura esposa — dice mirando a Carmen. Sus ojos tenían un destello de felicidad al hablar de ella.

Max continúa — Tú vendrás conmigo y viviremos la vida que siempre quisimos. Viviremos en cualquier parte del mundo, donde tu elijas. — En la habitación se había creado un incómodo silencio. Todos estaban esperando mi respuesta.

Carmen rompe el silencio — Pero si no aceptas esto, todo será muy diferente. Mataremos a Estefany - abro mis ojos como platos — Si, ella. Estefany, la persona por la que me reemplazaste.— las lágrimas invaden mi rostro — También mataremos a tu familia. Esa familia que nunca pude tener. Y como último te mataremos a ti. Y Gabriel irá a la cárcel. Max tiene una demanda en su contra, Cuando casi lo mata ese noche. El día de la pijamada ¿Lo recuerdas?

— Además Gabriel vivirá con ese remordimiento de no haber hecho nada al respecto. Él sufrirá por no tenerte cerca de ti. Quiero que sufra lo mismo que sufrí yo cuando no estabas a mi lado. Y dudo que cuando salga de la cárcel, salga con la misma cara de ángel que tiene. — agrega Max.

La madre de Max concluye con unas hirientes palabras - Si no te hubiese entrometido en la relación de mi hijo con Carmen nada de esto hubiese pasado. Pero supongo que las zorras como tu, solo saben destruir relaciones.

Y ahí me dejaron todos sola, en esa fría habitación de paredes blancas con manchas de suciedad, con hedor penetrante y  tan indefensa.

Quería tener a mi lado a la única persona que me hacía sentir segura, Gabriel. Pero no estaba y ahora solo podía tomar una sola decisión. Y ya la tenía muy clara.

Estefany

¿Por qué nunca puedo ser feliz?

Justo después de recibir la pregunta que más deseaba. Por fin me iba a casar con la persona que me aceptaba tal y como era.

Pero todo se fue a la mierda desde el momento en que me entere del atraco que sufrieron Leah y Gabriel.

Desde ese momento presentía que algo estaba mal. Y estaba completamente segura de quién podía ser el culpable de todo esto. Era obvio.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora