6. No Recordará Lo Que Me Quito.

97 4 3
                                    

La noche transcurrió de la forma más caótica posible. Luego de que mis padres se fueran, mis hermanos trajeron a sus amigos y estos trajeron mucho más alcohol. Mis amigas estuvieron coqueteando con los chicos de la limpieza. Solo habían unas cuantas personas sobrias y entre ellas estábamos Estefany, Marisol, Isabel y yo. Los demás se descontrolaron demasiado.

Mis amigas empezaron a hablar de algunos chicos y de repente nombran el nombre de él. Gabriel. Marisol empieza a hablar de él.

—Yo escuche que se volvío un adicto al alcohol hace como unos tres años —Justo el tiempo que no estuve.

—Yo escuche que ninguna mujer está en su cama más de dos veces —. Isabel continua. 

Marisol continúa —También escuche que es muy bueno en la cama.

Yo me ahogo con mi bebida — ¿Qué te paso? ¿Te sientes bien? — Me pregunta Estefany ocultando una sonrisa.

Yo asiento — Si estoy bien. Solo creo que debemos dejar de hablar de eso. ¿A quién le importa en qué se convirtió o si es bueno en la cama o no?

***

La fiesta sigue siendo un caos total, algunas de las habitaciones de invitados están ocupadas por algunas parejas. La piscina está llena de personas ebrias y muy excitadas.

Sin darme cuenta estoy buscando a Gabriel, quizá ya se haya ido.

O quizá esta en una de las habitaciones teniendo sexo con una chica — Me dice la voz de mi consciencia.

Apartó esas ideas de mi cabeza y voy en busca de Estefany. La busco por toda mi casa y algo me dice que debe de estar con Ihan, así que no la molesto.

Yo me voy a mi habitación, de camino a esta hay muchas parejas teniendo sexo con ropa. Muchos de ellos eran amigos de mis hermanos y algunos míos.

Al entrar en mi habitación busco ropa cómoda para dormir. Entro al baño para darme una ducha rápida y cepillarme los dientes. Cuando salgo de mi habitación, con mi cuerpo solo cubierto con la toalla, me encuentro a alguien sentado en mi cama.

Mi corazón empieza a palpitar a un ritmo que estoy cien por ciento segura que no es para nada normal.

Él se levanta de mi cama y yo me aferro mucho más a la toalla. Lo último que quiero que pase es que se me caiga — Hola — me dice el sin ningún tipo de vergüenza por estar en mi cuarto sin permiso y encontrarme completamente desnuda.

Con un tono frío que oculta mi incomodidad — Se puede saber ¿Qué carajos haces en mi habitación? ¿Qué no ves que estoy desnuda?

El se acerca a mi y no se porque, pero me quedo totalmente inmóvil — No, no veo que estés desnuda y eso me causa un gran conflicto.

Me quedo totalmente fría con lo que me acaba de decir. Pero creo que no escuche bien lo que me acaba de decir — ¿Perdón?

Él se acerca muchísimo más a mí, puedo sentir el contacto de su ropa con la piel desnuda de mis hombros.

Con una voz ronca el me susurra al oído — Estas perdonada por no estar desnuda. ¿Qué tal si arreglamos eso? — él toma mi cara en sus manos

Nuestros rostros quedan solo a milímetros de distancia. Quiero besarlo, pero las palabras de las chicas vienen a mi mente justo en ese momento.

Yo escuche que ninguna mujer está en su cama más de dos veces

Él acerca aún más sus labios a los míos, yo me alejo de él bruscamente — No.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora