8. No Tienes Amor Propio

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GABRIEL

De camino a casa solo puedo preguntarme ¿Quién fue el idiota que tuvo sexo con Leah y no se acuerda de nada?

Al mismo tiempo pequeños flashbacks de anoche vienen a mi cabeza. Ayer tuve el mejor sexo de mi vida.

—No veo que estés desnuda, y eso me causa un gran conflicto.

Recuerdo que le dije eso a la chica en la habitación de Leah. Eso quizá explique porque desperté allí.

Tomó a la chica y la tiro de una forma muy brusca sobre la cama de Leah, ella estaba totalmente desnuda y a mi merced.

Trató de recordar el rostro de la chica pero es muy borroso en estos momentos.

Yo empiezo a juguetear con sus pecho mientras que mi lengua invade su boca. Es como si estuviese esperando este momento por mucho tiempo, y por fin se cumple.

—Voy a hacerte gemir tan fuerte mi nombre, que mañana por la mañana cuando trates de caminar recordaras que te he estado dentro de ti.

Llegó al estacionamiento de mi apartamento y aún no puedo recordar el nombre de la chica lo único que recuerdo es que ella tenía un muy buen cuerpo. Recuerdo como mis manos masajearon sus pechos. Lo único que puedo recordar es que con esa chica tuve el mejor orgasmo y sexo de mi vida.

Al llegar a mi apartamento abro la puerta y me encuentra a Carmen. Carmen siempre ha sido una amiga, no tan cercana como Leah.

No diría que Carmen fuera de las personas con las que puedes contar para hablar de cosas importantes o interesantes.

Ella tiene una copia de la llave de mi apartamento por mi madre. Mi madre sueña con que yo tenga una relación seria como, mi hermano, y que mejor que con Carmen.

Nunca he tenido el valor de decirle a mi madre lo que en realidad es Carmen. Ella es una persona muy atractiva físicamente pero psicológicamente no. En lo único que piensa ella es de vivir de apariencias, por eso cuando sus padres se separaron, su madre y ella quedaron en la calle. Mi madre les presto algo de dinero para que pudieran vivir por unos meses, hasta que la madre de Carmen tuviera un trabajo estable.

Pero cuando pensábamos que su madre había conseguido un trabajo, era que, la madre se iba a casar con un señor de unos veinte años mayor que ella. La razón; el señor tenía además de mucho amor hacia la madre, una enfermedad terminal y una gran fortuna, que posteriormente, cuando falleció la heredó la madre de Carmen.

Y, al parecer, Carmen piensa hacer lo mismo. Con la única diferencia de que yo no soy veinte años mayor que ella.

Carmen se acerca a mi para besarme — Hola, mi amor. Te estuve esperando toda la noche, pero nunca llegaste ¿Dónde estabas?

Esta chica de verdad que sabe como hacer que los días sean malos. Me alejo para que ella no me pueda besar.

No le respondo a su saludo — Primero; ya te dije un millón de veces que no quiero que me llames "amor", tu y yo no somos nada. Segundo; no puedes estar todas las noches en mi casa, te deje muy claro la última vez que viniste que nunca voy a tener algo contigo. Y tercero; No tengo porque decirte donde estuve anoche.

Quizá es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora