66 - Las oscuras nubes de una tormenta

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Mientras escribía el capítulo Cold de Jorge Méndez me gustó bastante para acompañar la lectura. Pueden ponerla en caso de que quieran más inmersión, sino, pueden elegir cualquier canción que les despierte un sentimiento de tristeza  :)

Disfruten el cap, y voten si pueden (sin WiFi también llega el voto), ya que el anterior tuvo bastantes lecturas y un menor número de votos a lo que normalmente tiene la novela u_U

Disfruten el cap, y voten si pueden (sin WiFi también llega el voto), ya que el anterior tuvo bastantes lecturas y un menor número de votos a lo que normalmente tiene la novela u_U

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El sonido de los cubiertos sonó cual tintineo en el incómodo silencio en la familia. El padre de Sam estaba en la cabecera, concentrado en su comida, mientras que yo yacía sentada al otro extremo de la mesa.

Lao le murmuró algo a Eleonora, quien era la única comiendo ensalada. Los demás degustábamos la carne asada con algo de vegetales.

Sabrina observó, algo preocupada, cómo Olaf comía manchándose el rostro. Pasó la servilleta por el rostro de su hijo, limpiándolo de restos de saborizantes y entrecerré mis ojos, como un gesto agobiado.

Me percaté de la disimulada mirada de Sam sobre mí, y, cuando nuestros ojos conectaron él se apartó con rapidez, evadiendo el contacto visual.

Dejé el tenedor y cuchillo a un lado tras acabar la cena y en mis labios se formó una sonrisa incómoda. Nora me echó un vistazo de reojo.

—¿Cuánto tiempo lleváis juntos? —inquirió Sabrina.

—Casi cuatro meses —respondí, inquieta. Mis ojos deambularon entre los presentes, desde la castaña madrastra hasta el despistado hermano de Samuel—. O algo así.

—Oooh —exclamó el papá—. Creí que llevaban mucho más.

—Es verdad. ¿No fue desde antes de abril? —añadió su esposa.

Entorné la mirada y miré a Samuel, ¿les había contado una versión distorsionada?

—En realidad no —contestó el pelinegro, algo incómodo—. Sólo éramos amigos.

—Pues no lucíais como unos —replicó su madrastra.

Mi novio replicó con una incómoda sonrisa de labios cerrados. Lucía un tanto nervioso, como si no fuera capaz de afrontar la situación. Su padre apoyó una mano en el hombro de su esposa, en una señal sutil de que no diga más cosas así al comprender la irritación de su hijo.

Eleonora y Estanislao se miraron algo entretenidos debido al malestar del hermano del susodicho. Sabrina fue quien dio el último bocado en la mesa y se levantó junto a su hijastro, Sam, para lavar los trastos. Mi suegro abandonó su silla a los pocos minutos y me quedé a solas con Olaf y el par de enamorados, quienes cotilleaban a escondidas algún asunto que mis oídos no llegaron a oír.

Estanislao volteó a verme con un semblante neutral. Se rascó su escasa barba y carraspeó para aclarar su voz.

—¿Aún no habéis solucionado nada? —masculló con urgencia, sus dientes estaban apretados y sus ojos bien abiertos.

Sollozo a medianoche [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora