17 - El cielo en el infierno

2.8K 459 226
                                    

-------------------------------------------------------

------------------------------------

TRIPLE ACTUALIZACIÓN!!

SUBE SI NO HAS LEÍDO

EL CAPÍTULO 15 y 16

---------------------------

-------------------------------------------------------

Kate le extendió dinero al conductor, quien no dijo ni gracias ni adiós

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kate le extendió dinero al conductor, quien no dijo ni gracias ni adiós. Bajamos del coche y rodeé el susodicho aproximándome a mi acompañante.

Observé mi entorno. Era la nada misma, si miraba adelante me toparía con montones de césped y un camino de tierra, lo mismo sucedía si volteaba hacía atrás.

—Éstas son las puertas nacaradas —habló con una sonrisa divertida.

Comenzó a caminar adentrándose en el campo. Observaba las piedras filosas que parecían incrustadas cuales estacas en el terreno e intentaba evitar las pequeñas lagunas de barro que estaban dispersas por todo el camino, mientras que Kate apartaba el césped largo de mi camino.

—Sospecho de que estés llevándome a un sitio alejado para asesinarme, ¿me equivoco? —bromeé al notar que el camino a pie se hacía cada vez más largo.

Soltó una risa baja, casi forzada.

—No es mala idea.

Miré el cielo sobre mi cabeza mientras avanzaba entre la hierba.

—Ahora que lo pienso, decías de llevarme al cielo, ¿eso es una indirecta sobre matarme?

—Mhm... Lo que dije se abre a muchos conceptos, pero puedes tomar esa definición si así lo prefieres —respondió un tanto desganada—. Después de todo, no sólo puedes morir cuando pierdes tu vida, ¿sabías eso? También puedes morir cuando sucede algo muy-muy malo, como cuando pierdes a un familiar, o cosas así.

— ¿Tú estás viva? —inquirí, un tanto inmerso en su habla.

Volteó a mí con sus ojos entornados, como si pensara una respuesta aceptable.

—Yo... —Volvió a girarse, continuando su caminar—... estoy agonizando. Sinceramente, lo que yo tengo como «vida» no podría ser considerado una «verdadera vida», pero no estoy muerta; estoy cerca de estarlo. No tengo metas, ni temores, nada me entusiasma ni satisface.

—Deberías cambiar eso.

Suspiró.

—Es difícil. Quizás tú puedes emocionarte tocando tu guitarra, yo no me emociono con nada; nada me apasiona.

Sollozo a medianoche [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora