55 - Todo estará bien

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Buenasssss, éste es el primer cap del día, en breve llega el otro♥

Buenasssss, éste es el primer cap del día, en breve llega el otro♥

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Estar enamorado es complicado. Nos vuelve tontos, ciegos y a veces serpientes, en ocasiones inconscientemente o por egoísmo. Mamá siempre me lo decía cuando papá hacía una tontería que yo no lograba comprender. Y mi madre, argumentaba que esa era la razón; el amor.

A mí el amor me ha cegado. A Sam el amor lo ha vuelto tonto, aunque, no siempre de mala forma. Y a Bruno... lo ha convertido en un ser venenoso, tal cual una serpiente.

No siempre sucedió por decisión propia.

Luego de oír a Rocío hablar de Jade, me he dado cuenta que ella se ha vuelto tan tonta, como ciega. Y a veces opino en mi cabeza que ella estaría mejor sin amar a su madre y a Jade, pero guardé esas palabras para mí.

—Conocí a Jade cuando tenía dieciséis. Ella me invitó a aquel «mundo» de fiestas y tal. —Dio ligeros golpes con su yema del índice a la mesa, provocando un irritante sonido repetitivo—. Participar de aquello es una de las peores decisiones que he tomado, pero fue... nuevo, fresco y adictivo. Como probar un dulce por primera vez... —Alzó sus cejas, divertida—. Su sabor es tan nuevo y exquisito, que necesitas comer todo lo que haya, y no puedes controlar tu apetito. La diferencia es que si te descuidas con los dulces, sacas caries, pero si te descuidas en esas fiestas podrías terminar en algún río, con tus bragas en la boca.

»No fue mi caso, afortunadamente. Si bien era una chiquilla ingenua y curiosa siempre intenté mantenerme segura, aunque no quita que haya sido muy promiscua a una edad temprana. —Hizo que su cuello truene, soltando un ruido que me hizo arrugar el rostro—. Pero, me gustaba sentir el desconcierto y el miedo que sentía dentro de esos sitios antes que regresar a casa y verle la cara a mamá, probablemente acompañada de una botella de vino.

La enfermera ya se había marchado, y sólo estábamos Rocío y yo, conversando y yéndonos por las ramas. La cháchara inició con las cagadas de Sam, luego prosiguió hacia nuestras parejas, posteriormente al amor y, sin darme cuenta, estaba indagando en el sepultado pasado de la locuaz rubia.

—¿Qué sucedía ahí dentro? —inquirí en voz baja.

Rocío permaneció en silencio con un gesto poblado de acritud. Hasta que, en una voz clara y con una sonrisa delgada y amplia, pronunció:

—Todo.

Fruncí mi ceño y ella pareció divertirse con mi ofuscación.

—Bueno, eran bastante comunes los drogadictos y tal vez una que otro ninfómano, pero lo que llamaba la atención de esas fiestas no era el sexo. Era la excentricidad y la fantasía de estar en un lugar confuso. —Bebió algo del zumo y escrutó un punto en la pared—. Yo sólo quería sexo, mis amigos lo habían hecho y yo no. Cuando lo tuve no fue la mejor experiencia de mi vida.

Sollozo a medianoche [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora