brunocornudo
remember that atención a este capítulo = actualización rápida.
Estaba helada, quieta en mi sitio, tratando de descifrar en qué tono hablaba. Sam era impredecible, sin embargo, esta vez no esperé para nada una respuesta así.
A ver, tampoco debía hacerme mucha ilusión. ¡Era Sam! Quizás una de las personas menos hábiles en comunicación del mundo. Quizás lo decía en broma, ¡o en otro sentido!Me percaté de que Sam no bromeaba, ni lo decía en otro sentido cuando contemplé su expresión circunspecta, esperando una respuesta.
—D-debo irme —dije separándome de él.
Me detuvo con un agarre en mi muñeca y volteé para verlo, pero me soltó inmediatamente, quizás dándose cuenta de que había dicho.
—¡K-Kate! No quise decir eso —aclaró antes que yo cruce la salida de aquel pasillo.
Detuve mi andar y me giré, viendo su expresión arrepentida y cómo maltrataba su cabello con su mano al estar nervioso.
—Tranquilo, sólo iré a tomar aire.
En realidad no iría a tomar aire, sólo era una excusa. Salí del sitio con un paso apresurado y me encontré con Bruno a los pocos pasos, quien, al notarme corrió hacia mí con un semblante consternado.
—Carajo, Kat, me asustaste —dijo al abrazarme con fuerza—. No vuelvas a ir sola por este sitio, te podría pasar algo entre tantas personas y yo no me daría cuenta.
Extendí mis comisuras, pero no fue una sonrisa.
—Lo siento, tuve un contratiempo.
Relajó su cuerpo y se separó de mí, tomando mi mano y guiándome nuevamente al sector donde yacíamos previamente.
—¿Pudiste... disculparte? —interrogó por lo bajo, apenas pude oírlo por la música.
Ay, Bruno, ni te imaginas.
—Sí, me tardé un poco porque Sam se sentía mal.
Recordé el día en que Sam terminó borracho en mi casa. Aún no tenía la confianza suficiente en él, así que me había sentido obligada a dejarlo quedarse. Recordé su rostro y cabello desordenado, su voz lenta y baja, junto con sus palabras:
«Quería verte».
Detuve mis pensamientos y miré a Bruno, quien me observaba minuciosamente.
Me alcanzó un poco de bebida y me la lleve a la boca, sintiendo el ardor de mi garganta y el sabor amargo.
—¡Agh! ¡Esto está ultra caliente!
Fingí una arcada. Sí que se había calentado el condenado alcohol.
—Anda, no exageres —habló Bruno, arrebatándome el vaso de mis manos y dando una probada—. Tienes razón, sabe horrible.
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Sollozo a medianoche [✔]
Roman d'amourSu novio está obsesionado. Ella es víctima de sus manipulaciones. La hiere, la destruye, pero ella continúa cayendo por sus encantos. Hasta que, una noche tras una discusión con Bruno, Katerine encuentra la paz en el canto de su vecino: Sam d'Aramit...