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35 capítulos de tensión sexual hacen de las suyas.
Disfruten.
Esta sensación es similar a estar cautivo en una habitación repleta de humo.
En un inicio, es alarmante cuando comienza a llenarse con humo. Comienzo a toser y me desespero por alejarme de ese sentimiento asfixiante.
Trato de huir, sin embargo, no hay ninguna salida. Sólo son cuatro paredes que me mantienen sin escapatoria.
Grito por ayuda, pero mi voz se apacigua cada vez más.
Sólo me queda permanecer allí, sintiendo mi cuerpo intoxicarse.
Si hubiera encontrado una salida antes, no estaría en este cuarto.
Si hubiera evitado el humo, no me intoxicaría.
Si hubiera pedido ayuda antes, me habrían oído.
«Si hubiera»; mi frase regular. Nunca hago las cosas bien, y luego me lamento por no pensar bien al tomar decisiones.
Mis pensamientos se han convertido en el humo que inunda la única habitación en mi cabeza, lo que, lentamente me asfixia, impidiéndome pensar con claridad para encontrar una salida.
—Kate —Me llamó Sam, quien estaba sentado en el sofá de mi cuarto, ayudándome a elegir ropa—, ¿por qué no llevas la ropa que usas regularmente?
Sonreí.
—Porque ahora que no está Bruno, puedo vestirme como quiera.
Ese es uno de los cuantos puntos positivos de que ya no estemos en una relación.
—Puedo usar una falda de dos centímetros o algún vestido extravagante, sin que nadie me lo impida —añadí.
—Te equivocas, probablemente te detendría la policía por exhibicionismo —comentó con diversión.
Reí junto a él por unas bromas más, mientras continuaba revisando mis prendas. Tomé del armario el vestido naranja que usé en el cumpleaños de Sam y se lo enseñé.
—¿Otra vez? —Me sonrió.
—Hay que reutilizar la ropa, Sam —expliqué—. Con lo caro que estaba, lo más probable es que también lo lleve en tu boda.
—Aclaración, Kate: el vestido que usarás en mi boda no será naranja, sino blanco —habló con total seguridad.
Me quedé unos segundos callada, hasta que comprendí su mensaje y solté un par de carcajadas.
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Sollozo a medianoche [✔]
RomantikSu novio está obsesionado. Ella es víctima de sus manipulaciones. La hiere, la destruye, pero ella continúa cayendo por sus encantos. Hasta que, una noche tras una discusión con Bruno, Katerine encuentra la paz en el canto de su vecino: Sam d'Aramit...