—Sé que ha pasado un largo tiempo y que las cosas entre nosotros no terminaron de la mejor manera la última vez que nos vimos pero…—negó.—No.—Camila Horvat se miró en el espero de cuerpo completo de su habitación y volvió a negar firmemente.—Vamos, Cam…tú puedes...Pero no podía. Y la sola idea de pensar que en menos de dos horas tendría que reunirse con los chicos para reanudar el tour luego de unas vacaciones demasiado…complicadas e intensas le aterraba a sobremanera. Porque entendí a la perfección que su vida estaba hecha un caos. Su madre que parecía estar haciendo un voto de silencio sobre el tema de su origen seguía dándole dolores de cabeza y porque más que ella ya había intentado hablarlo la mujer parecía estar bastante reacia al respecto. Y la estaba volviendo loca.
Camila dejó escapar un largo suspiro y se sentó en el filo de su cama apoyando su rostro entre sus manos. La opción de quedarse en casa con cada segundo que transcurría era más y más atractiva. Por Renato sabía que su madre había renunciado para hacerle las cosas más llevaderas y ahora Camila era oficialmente la estilista de la banda pero en el fondo sabía que su madre lo que realmente había hecho era quedarse en casa para liberarse de la presión de tener que decirle cualquier cosa. Ya era demasiado la presión que Camila ponía sobre ella en casa como para tener que seguir lidiando con ella en el tour ¿verdad?
—¡Cam!—la voz de Maddie llenó el aire y un momento después su pequeña hermana entró en su habitación con una amplia sonrisa tirando de sus labios.—¿Ya te vas?—cuestionó la niña cuando sus ojos marrones se posaron encima del par de valijas de su hermana mayor.
—Sí.
—¿Y vas a ir con Erick y Joel?—ella asintió.
—Sí.
—¿Les puedes decir que los quiero mucho y que extraño ir a jugar con ellos a su casa?—los ojos de Camila la miraron fijamente por largos segundos.
—No.
—Pero Cam…
—Por favor, Maddie…—murmuró.
—¿Vas a llamarme…?—preguntó.
—Sí, todos los días por la tarde noche justo después de que hagas los deberes de la escuela…—le prometió tomando sus manos.—Todos los días hablaremos y estaremos en contacto para que no nos echemos tanto de menos ¿de acuerdo...?—La niña asintió.—Eso es, eres una buena chica…
—¿Le puedes decir a Zabdiel que lo echo de menos?—el corazón de Camila dejó de latir un breve momento. Sus ojos se encontraron con los de su hermana y asintió débilmente.
—Se lo diré…
—¿Sigues enojada con mamá, verdad?—preguntó de nueva cuenta.—Ella llora a veces. Pero cuando le pregunto que es lo que está pasando ella se limpia las lágrimas y dice que no pasa nada malo, que solo le duele la cabeza pero yo sé que ella llora porque ustedes están peleadas…
Camila inspiró con fuerza y luego dejó salir el aire de sus pulmones de manera lenta. Hablar con Madison sobre la situación que estaba viviendo con su madre realmente no era algo que le gustase demasiado. Es más, odiaba la idea.
—No es asunto de niños.—murmuró sin dejar de mirarla.—Sé que eres demasiado lista para tu edad pero esta vez mantente al margen, Maddie…
—Pero…
—Pero nada.—respondió.—ahora…vamos a hacer una cosa. Tú vas a ser la hermana menor más linda del mundo entero y…
—¿Por qué Danna es tu hermana también?—cuestionó de golpe. Camila se quedó en silencio un breve momento y negó un poco.
ESTÁS LEYENDO
LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.
FanfictionDE LA CHICA DE LOS PATINES LLEGA: LA CHICA DEL VESTUARIO. "Una mirada siempre lo confesará todo". A ZABDILA'S STORY.