Al día siguiente apenas abrió los ojos, Camila agradeció a Dios no tener que encontrarse con Azul. Afortunadamente tenía el día libre pues los chicos tenían varios cientos de entrevistas que dar; lo que significaba que la pelirroja estaría fuera todo el día. Desafortunadamente, Danna los acompañaba y no tenía nada bueno que hacer más que quedarse en la habitación viendo películas y perdiendo el tiempo haciendo nada.
Tomó su celular que descansaba encima de su mesa de noche y soltó un pequeño suspiro. Madison a esa hora estaría en el colegio y su madre descansado así que prefería no molestarla. La llamaría más tarde cuando la niña estuviese presente en casa.
Era aburrido estar en la habitación sin nada que hacer. Hasta que una increíble idea se le ocurrió.
Se puso de pie en un salto apenas Azul entró en la habitación y corrió hasta su maleta para tomar un conjunto de ropa limpia con la mera intención de pasar el resto del día fuera.
Se encaminó hasta la habitación de Danna esperando tener un poco de suerte y soltó un suspiro cuando se percató que el pomo de la puerta se estaba moviendo débilmente.
—¡Hola, Dan!—saludó animadamente apenas la chica le abrió la puerta de su habitación. Danna le sonrió un poco y la hizo pasar.—¿Estás ocupada?—cuestionó y la chica negó.
—¿Pasa algo?—preguntó la castaña sin apartar sus ojos de los de Camila.
—¿Te apetece dar un paseo por ahí?—ofreció.—Le podemos pedir permiso a Renato y rogarle a Dios que acepte—confesó y ambas rieron.
—¿Crees que funcione?—inquirió Danna arrugando sus cejas un momento.
—Creo que podríamos intentarlo...
(...)
Si había algo que le gustaba de tener que viajar de lugar en lugar sin descanso era tener la oportunidad de poder conocer los sitios en los que se encontraba.
Y definitivamente, las calles de Perú eran la cosa más linda que había visto en su vida.
—¡Mira eso!—exclamó Danna contemplando un enorme edificio de cristal.
—Es increíble ¿no?—murmuró Camila sin poder apartar sus ojos del lugar donde la chica veía.
—Por supuesto...—susurró.
—¿Nunca habías viajado, Dan?—preguntó Camila en voz baja llevando sus ojos vagamente hasta el rostro sonrojado de Danna.
—La verdad es que no...—confesó.—Siempre estuve en el mismo lugar así que...era un poco aburrido, es decir, era aburrido en comparación con...con todo esto...
—Pues entonces amiga...ya somos dos...—declaró—¡Oh por Dios, mira esos cinturones!—exclamó llena de emoción.
—¿Cuándo es tu cumpleaños?—cuestionó Danna con media sonrisa llevando su atención hasta el enorme puesto de accesorios que Camila estaba contemplando fijamente.
—¡Hasta Febrero!—respondió—Falta demasiado aun... ¿Por qué?—inquirió en voz baja.
—Elije lo que quieras, Cam—demandó y Camila negó.—¿Por qué no?
—Porque no es necesario, Danna—decidió.
—Oh, vamos...Cam—susurró.—Además, yo quiero hacerlo y no importa cuánto protestes; de todas maneras voy a hacerlo así que si no lo eliges tú lo elegiré y yo te prometo que tengo un muy mal gusto para la moda.. —advirtió.
ESTÁS LEYENDO
LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.
FanfictionDE LA CHICA DE LOS PATINES LLEGA: LA CHICA DEL VESTUARIO. "Una mirada siempre lo confesará todo". A ZABDILA'S STORY.