C33: Anécdotas.

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El corazón de Camila Horvat comenzó a latir descontroladamente dentro de su pecho tan pronto como se dio cuenta que los besos de Zabdiel estaban comenzando a subir de intensidad. Soltó un pequeño jadeo que murió en los labios del muchacho y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

—Zab...—lo llamó en voz baja.

—¿Si...?

—Yo...—comenzó y él volvió a unir sus labios en un beso fugaz.

—No tenemos que hacer nada si no quieres o no te sientes preparada, Cam.—le informó apoyando su frente en la de su novia.—Te amo sin importar si estás conmigo de forma intima o no...eso es lo de menos. Lo que de verdad me importa es que sepas que te amo, sin más...

—Claro que sé que me amas.—murmuró la pelinegra ofreciéndole una pequeña sonrisa.—Y tengo que admitir que pensar en estar contigo de forma íntima es algo que ha estado rondando mucho por mi cabeza: y quiero hacerlo, Zabdiel.—anunció apartándose un poco de él para poder mirarlo a los ojos de nueva cuenta.

—¿Te sientes presionada de alguna manera?—cuestionó él en voz baja.

—No. Más bien me siento valiente...—respondió.

—¿Valiente?

—Sí. Lo suficientemente valiente como para admitir que quiero estar contigo en este momento sin sentirme culpable o avergonzada...—susurró.—Zabdiel...

—No estoy juzgándote.—le recordó el muchacha ofreciéndole una sonrisa amable con la intención de hacerla sentir confiada.—Nunca te juzgaría...

—¿Quieres estar conmigo también?—se atrevió a preguntar.

—Pues claro que quiero estar contigo, que no te lo diga no significa que no lo quiera, Cam...—las mejillas de la muchacha se sonrojaron de inmediato y él le sonrió.—Solo quiero que cuando pase sea algo realmente especial, no que pase solo porque sí. Te mereces lo mejor y quiero que sea lindo...

—Eres lo más lindo del planeta entero.—el negó.

—Tú eres lo más lindo del planeta entero.—la contradijo.

—Quiero hacerlo, Zabdiel.—anunció sin más.—Justo ahora...

—¿Justo ahora?—cuestionó.

—Si.—asiento firmemente y otra sonrisa apareció en la comisura de sus labios.

—Te amo...—susurró el chico volviendo a unir sus labios en un pequeño beso. Camila sonrió sin apartarse de él y acunó el rostro de su novio entre sus manos.—¿Lo sabes, verdad?—cuestionó y Camila asintió de inmediato.—Lo siento, Cami...en verdad lo siento pero no podemos hacer esto...no en este momento.—agregó en voz baja.

—¿Qué?

—No tengo protección y no voy a exponernos a los dos a cualquier cosa y cuando digo cualquier cosa realmente me refiero a cualquier cosa que pueda meternos en un problema con Renato o que nos exponga a ambos...—Camila dejó escapar un pequeño suspiro y sintió sus mejillas calentarse.—Lo lamento...

—No, no me pidas perdón.—respondió.—Está bien, no pasa nada de todos modos...

—¿Estás decepcionada de mí?—preguntó acunando el rostro de la chica entre sus manos.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y negó de inmediato.—Por supuesto que no. Nunca en la vida podría sentir decepción por ti...—hizo una pausa.—Te amo...

—También te amo.—anunció de inmediato.—Y puede que no pueda ser en este momento pero te prometo que voy a planear algo realmente lindo para que la primera vez que hagamos esto sea algo completamente único, especial, maravilloso e inolvidable para los dos...—inquirió frotando su mejilla con suavidad.

LA CHICA DEL VESTUARIO|ZABDIEL DE JESÚS|CNCO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora